Comienzo del amor… parte II

Comienzo del amor
Comienzo del amor

Comienzo del amor… La psicología moderna; en la búsqueda incesante de explicar los rasgos de conducta del amor, se ha preocupado por analizar diversos comportamientos muy bien identificados. Esto no quiere decir, que cada uno de nosotros deba estar encasillado en algún tipo de ellos. No obstante; hay cierta predominancia, y también es común que transitemos por ellos en alguna etapa de nuestra vida.

Comienzo del amor, con cual te identificas…

Eros: este amor se basa principalmente en el deseo erótico; siendo su centro de atracción las relaciones sexuales. Se inicia de forma temprana y rápida; generalmente sin darle lugar a vínculos emocionales profundos.  Ludus: estas parejas pretenden pasarla bien al inicio, con juegos sexuales variados, pero igualmente sin una base afectiva como el compromiso.

Storgo: este tipo de amor en las parejas se basa en la unión donde predomina la simpatía y el afecto; es una relación sosegada, tranquila; producto de una amistad inicial. Puede convertirse en una relación sólida. Manía: es una forma de amar apasionada; intensa, turbulenta, se cometen barbaridades por mantener la atención e interés de la persona querida; donde puede predominar el carácter obsesivo en la plenitud del éxtasis, para luego caer en el otro extremo de dolor profundo.

Comienzo del amor
Comienzo del amor, cual te define

Pragma: es un tipo de amor controlado y práctico. Se les otorga a las personas que reúnen una serie de cualidades bien pensadas; se considera por ejemplo la edad, profesión, solvencia económica, entre otras características. Agape: esta forma de amar es la que parte de una concepción religiosa que el matrimonio promoverá el cariño, la bondad, la paciencia, la comprensión y más; Este tipo de pareja tienden a concebir el amor mas dentro de un marco idealizado que realista.

El amor tiene mucho que ver con todo lo que somos como seres humanos, no se limita a ser una emoción que se alberga en nuestro interior. Es expresión y síntesis de los sentimientos de cercanía, conexión e intimidad. Se alimenta de pasión, de impulsos y de convivencia, de decisión de compromiso y mantener ese vínculo muchas veces como un ideal: “Hasta que la muerte nos separe”.