Actualmente, vivimos en una época donde el poder de la comunicación es innegable. Hace un par de años, el buen desenvolvimiento en público o ante cámaras, sólo era relevante para un limitado grupo o cargos profesionales. Hoy en día, los beneficios de una buena oratoria han trascendido de tal manera, que más allá de la política, la educación o la difusión de noticias e información; podría considerarse dentro de las principales características que definen a una persona exitosa, sin importar su oficio, profesión o área de aplicación.
No obstante, superar el miedo a hablar el publico y lidiar con la ansiedad que produce la idea de un mal desenvolvimiento escénico, es el “talón de Aquiles” de muchas personas a nivel mundial. Y de hecho, una de las principales causas que motiva a un individuo a tomar cursos o clases de oratoria.
¿Qué es la oratoria?
Básicamente, para definir el concepto de oratoria debemos decir que, más allá de hablar sobre cualquier temática, la intención del orador es comunicar y conectar con una audiencia, independientemente de que ésta sea presencial o virtual. Para ello, se vale de diversas herramientas que van, desde el profundo conocimiento de un tema específico hasta el desarrollo de técnicas corporales que faciliten el entendimiento de su discurso.
Con altísima frecuencia (mucho más de la que crea probable), conocemos a personas que manifiestan un miedo irracional a expresarse en público y cuando lo hacen, aun con buena preparación; experimentan todo tipo de bloqueos mentales que los colocan en una posición vulnerable. Esta situación puede ser ocasionada por diversos factores los cuales en ocasiones, tienen origen psicológico. Dentro de los más comunes destacan:
- Miedo a hacer el ridículo
- Temor irracional a las criticas
- Sensación de no estar a la altura de las circunstancias
- Inseguridades personales
- Falta de confianza o autoestima
- Miedo a no encontrar las respuestas correctas ante una pregunta relevante
- Simple timidez o personalidad introvertida
Afortunadamente todos estos factores, pueden ser controlados al superar el “miedo escénico”, uno de los grandes beneficios que conseguimos con la oratoria.
Principales beneficios de un buen manejo de la oratoria
Como mencionamos al principio, hace un par de años atrás, una buena oratoria sólo se consideraba importante en caso de ponencias con fin educativo, discursos políticos o motivacionales, presentaciones médicas o científicas, locución de noticias e incluso en los certámenes de belleza. Hablar correctamente y expresarse en público con soltura, determinaba en gran medida la calidad de tu profesionalismo.
Hoy en día, en vista de la creciente demanda del uso de plataformas digitales, millones de profesionales en infinidad de sectores buscan hacerse con los beneficios de la oratoria para hacer crecer su audiencia. Actualmente, es común ver a un dermatólogo compartiendo a través de su perfiles sociales contenido instructivo para el cuidado de la piel. Al igual lo es que un cirujano comparta los resultados de un procedimiento estético. También es posible, acceder a foros en vivo donde un psicólogo en línea resuelva las dudas de sus internautas.
Hoy más que nunca, dar con las herramientas que ayuden a expresar correctamente una idea, si bien mantiene la finalidad de dejar claro tus conocimientos o profesionalismo, también persigue el objetivo de crear, mantener e influenciar a tu comunidad. Al mismo tiempo, de la buena oratoria obtendrás los siguientes beneficios:
- Aumentar confianza y seguridad personal: al entender cuál es el detonante u origen de nuestra ansiedad por hablar en público, aprendemos a manejarlo y por consiguiente, adquirirnos control sobre la vulnerabilidad de nuestras emociones. Esto se refleja directamente en nuestra autopercepción y en la manera como nos expresamos, nos movemos y nos comunicamos.
- Enriquecer nuestros conocimientos: uno de los beneficios de la oratoria, es que estimula nuestra capacidad de análisis y de allí, nuestra facilidad para debatir sobre temas específicos. Esto permite, no sólo expresar nuestro punto de vista, sino también conocer y retroalimentarnos con las opiniones o perspectivas de otros.
- Aumentar nuestra red de contactos: o también nuestra comunidad. La seguridad y confianza con las que transmitimos conocimientos, fácilmente podemos evaluarla con el nivel de receptividad de nuestro público. Hablar y desenvolverse con fluidez puede además de facilitarte el objetivo de comunicar, crear un puente para futuras relaciones tanto profesionales como personales.
- Desarrollo de la sensibilidad: cuando aprendemos a comunicarnos de manera efectiva, también desarrollamos la habilidad de conectar con nuestro lado más humano. Posteriormente, comenzamos a entender la importancia de identificar la receptividad de una audiencia para en vez de paralizarnos o bloquearnos, encontrar la manera de modificar el ritmo o la finalidad de nuestro discurso.
- Aumentar nuestras habilidades de liderazgo: uno de los beneficios de la oratoria más explotados a nivel político. Sin embargo, no es el único ámbito en donde es necesario desarrollar un alto nivel de influencia y persuasión. Como creadores de una comunidad, líderes de proyectos sociales o beneficiario de puestos de trabajo con alto nivel de autoridad, hablar adecuadamente ante un público presencial o virtual es sin duda, el inicio de una carrera que puede llevarte tanto al éxito como al rotundo fracaso.
Indudablemente los diversos beneficios que proporciona la oratoria, lo convierten en una actividad altamente útil para el desarrollo tanto profesional como personal de cualquier ser humano. Si eres de las personas se paralizan o experimentan alteraciones de ánimo ante la idea de hablar en público, no dudes ni por un segundo que un buen curso de oratoria te ayudará a superar las barreras que originan este mal manejo de tus emociones.
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