La cicatrización es el método regenerativo en el cuerpo del ser humano cuando se encuentra en exposición. Se produce cuando sufrimos alguna herida por accidente, por una enfermedad como la varicela, el acné o un procedimiento quirúrgico.
Las cicatrices van a depender en su tamaño de la zona dañada y su profundidad. También influye su genética hereditaria, la edad de cada persona y el tiempo que tarda en recuperarse. Tienen un color rosado y un brillo más prominente que el tono común de la piel.
Cicatrización en adultos y jóvenes
La cicatrización de un adulto no se puede comparar con las de un joven. Las células de una piel juvenil se reproducen más rápido que las de un adulto. Así también cuando las heridas ocurren en el mentón, la parte superior de la espalda o en las costillas.
Las cicatrices no desaparecen un 100% pero con el tiempo tienden a atenuarse.
La cirugía permite reducirlas de tamaño, profundidad u orientación de la misma. En pocas palabras la cirugía solo puede dejarla en estado imperceptible.
Cuando las cicatrices se localizan en la cara por cuestiones de estética son tratadas en pabellones quirúrgicos. Generalmente porque este tipo de cicatriz puede afectar la personalidad, son de gran tamaño o modifican la expresión del paciente. Si la cicatriz de la cara es pequeña se utilizan cremas o maquillaje que logran disimularlas.
En vista que las cicatrices tienden a modificarse es preciso esperar mínimo unos tres meses para someterse a una cirugía.
El método más conveniente para modificar una cicatriz de gran tamaño corresponde a la Revisión Quirúrgica. Esta consiste en remover la cicatriz hasta dejarlo lo más cercano posible a su forma original.
El procedimiento que se utiliza para eliminar el acné también es utilizado para eliminar cicatrices. Una de ellas es la Dermobrasión que es recomendable para aquellas cicatrices más delgadas.
