No todo el tiempo las cosas andan bien en nosotras mismas. La vida se pone cuesta arriba cuando todo se va acumulando. Solo debes decirte a ti misma que debes continuar y no estancarte en la depresión femenina.
La depresión femenina es una de las manifestaciones emocionales de la mujer que es más notable en pleno siglo XXI. Lo puede causar desde un cambio físico muy bruscos, también la muerte de algún familiar cercano, la detección de una enfermedad o un divorcio.
Depresión femenina y los desvaríos
La mujer cuando se deprime por lo general genera mayores niveles de ansiedad; notablemente hay un cambio en su esencia, y por ende es evidente que algo no anda bien ella.
Normalmente se cuestiona, pide explicaciones, pocas veces busca ayuda; prefiere irse por la vía fácil y aguantar hasta desplomarse en una almohada.
Déjala salir
Háblalo. Con tu almohada, tus hijos, tu pareja, tu madre, tu padre, un desconocido; con quien sea solo háblalo.
Hablarlo siempre le hará bien a tu cabeza y a tu corazón. Te genera menos estrés y drenas todo lo que sientes.
La ira y la tristeza no son una buena combinación. Por eso es mejor no acumularlas.
Ejércitate
Luego de hablarlo hasta cansarte debes procurar hacer actividades que te desgasten, pero que al mismo tiempo te ayuden a combatir toda la tristeza.
Asúmelo
Debes sentarte contigo misma y autocompadecerte. Tienes un problema y debes aceptarlo. Debes ser valiente para saber que es parte de la vida y que eres un ser humano que también sufre.
Busca ayuda profesional
No importa si estás afectada solo un poco. Tal vez eso es lo que sientes. Localiza un terapeuta, un psicólogo u orientador que te ayude a calmar tu mente.
Trabaja
Muchas veces contamos con sitios específicos que nos generan paz. El trabajo es uno de ellos. Si eres de estas personas estar en tu oficina te relajará y te ayudará a ordenar mejor las ideas.