El estrés y el aumento de peso

El estrés y el aumento de peso
El estrés y el aumento de peso


El estrés y el aumento de peso. Descubre por qué comemos incluso cuando no tenemos hambre. Todos intuimos lo que causa que subamos de peso: comer más calorías de las que quemamos en energía. Pero esto no responde a preguntas más interesantes: ¿por qué comemos en exceso en algunas oportunidades?, ¿por qué a veces nos sentimos “obligados” a comer ese pedazo de pastel o barra de chocolate; aunque sabemos que nos arrepentiremos unos minutos después?

Aunque el autocontrol es importante, existe cada vez más evidencia de que el estrés juega un papel clave en el aumento de peso.

Aumento de a causa del estrés

El estrés crónico obstaculiza nuestro sueño y desnivela los niveles de azúcar en la sangre, lo que conduce a un aumento del hambre y a que comer se transforme en un escape emocional. Eso, a su vez, lleva a una mayor interrupción del sueño, a niveles más altos de estrés y a valores aún más elevados de azúcar en la sangre.

Para analizar esto, el doctor Giles Yeo decidió con la ayuda de científicos de la Universidad de Leeds, Reino Unido, someterse a un día especialmente estresante. Los científicos de Leeds comenzaron pidiéndole a Giles que hiciera la prueba Maastricht Stress Test. Una evaluación para provocar respuestas de estrés autónomo y de glucocorticoide, hormonas clave para el metabolismo de carbohidratos.

Antes y después de estas pruebas, el equipo de Leeds midió los niveles de azúcar en la sangre de Giles, los cuales aumentan cuando comemos, pero en una persona sana rápidamente vuelven a la normalidad.

No obstante, lo que el equipo de Leeds descubrió fue que el día en que Giles fue puesto bajo estrés deliberadamente, sus niveles de azúcar en la sangre tardaron tres horas en volver a la normalidad, unas seis veces más que en un día libre de el estrés.

La razón por la que esto ocurre es que cuando estamos estresados nuestros cuerpos entran en el modo “lucha o huida” donde creen que están bajo ataque y liberan glucosa en nuestra sangre para proporcionarnos energía a nuestros músculos. Pero si no precisamos esa energía para escapar del peligro, el páncreas bombeará insulina para reducir nuevamente los niveles de azúcar en la sangre.

Estos niveles crecientes de insulina y la disminución de azúcar en la sangre harán sentir hambre, razón por la cual anhelamos carbohidratos azucarados cuando estamos estresados. Lo mismo sucede cuando dormimos mal una noche.

Es importante que consideremos la importancia del manejo del estrés en nuestra vida diaria. Existe una técnica de respiración recomendada, con la cual obtendremos un mayor beneficio si lo incorporamos como parte de nuestra rutina diaria. Podemos hacerlo de pie, sentados o recostados, lo que sea más relajante.

Debemos comenzar inhalando tan hondamente como podamos por la nariz hasta contar cinco. Luego, exhalar suavemente por la boca hasta contar cinco. Seguir respirando por la nariz y por la boca de forma constante. Continuar haciéndolo de tres a cinco minutos.

También podemos probar algunas técnicas para el “manejo del estrés”, como el ejercicio, la jardinería, el mindfulness o el yoga. Todos somos diferentes en cuanto a intereses y motivaciones, es por ello por lo que la recomendación es intentar distintas cosas y analizar cuál funciona mejor para cada uno de nosotros.

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