¿Cuáles son las enfermedades más comunes de la nariz?

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Muchas personas pueden llegar a pensar que la nariz no representa más que un agredo estético en nuestro rostro, cuando la realidad es que es un órgano muy importante que está estrechamente relacionado con la salud general de un individuo. Básicamente, constituye la puerta de entrada del aire al tracto respiratorio y cómo tal, debemos prestarle especial atención.

Aunque parezca mentira, aún en la actualidad y luego de los eventos vividos a nivel sanitario en los últimos dos años, muchas personas con patologías nasales omiten visitar a un profesional de la salud porque confunden ciertas sintomatologías con algún tipo de resfriado común. Esto no sólo ocasiona que a lo largo de su vida se acostumbren a no respirar bien, también contribuye a agravar patologías que al principio pudieron ser bastante sencillas.

Considerando que, cuando hay un problema en la nariz no sólo nuestra salud en general puede verse afectada, pues estos también suelen incidir en factores como la calidad del sueño, percepción de olores o sensación de bienestar; en esta oportunidad te enseñaremos a reconocer cinco de las enfermedades nasales más comunes y algunas recomendaciones para cuidar tu nariz.

Enfermedades nasales más comunes

La salud de la cavidad nasal puede verse afectada por diversos elementos, casi siempre son de tipo externos y responsables de ocasionar problemas relativamente frecuentes como los resfriados o algún tipo de alergias. No obstante, como bien mencionamos, muchas veces por desconocimiento y por la similitud de ciertos síntomas, algunas de esas condiciones tienden a confundirse con otras patologías de mayor complejidad que disminuyen el funcionamiento eficiente de la nariz.

Teniendo en cuenta que un diagnóstico a tiempo puede evitar problemas de salud a futuro, es importante que aprendas a reconocer los síntomas de las siguientes enfermedades relacionadas con la nariz:

1. Rinitis alérgica

Es probablemente una de las enfermedades nasales más comunes y/o habituales en adultos, pero al mismo tiempo con las que más se confunde el resfriado común pues entre sus síntomas característicos destaca: la congestión nasal, los estornudos, el goteo nasal. Se presenta por la inflamación de los senos paranasales a consecuencia de la aspiración de algún componente alérgeno como es el caso de polvo.

2. Sinusitis

Al igual que la rinitis alérgica se produce por la inflamación de los senos que se comunican con las fosas nasales, pero también hay inflamación de la mucosa. Además el detonante de tal condición puede obedecer a causas diferentes, algunas de ellas son de tipo anatómicas como es el caso del tabique desviado, otras inflamatorias e infecciosas, relacionadas con infecciones bacterianas o cuadros virales.

Por ultimo, hábitos en el estilo de vida como el tabaquismo o la convivencia con niños pequeños. Además de compartir los síntomas de la rinitis, también puede haber presión y dolor facial, secreción de moco abundante, obstrucción nasal, lagrimeo, tos con flema, disminución en el sentido del olfato, entre otros.

3. Pólipos nasales

La poliposis nasal podría interpretarse como la consecuencia de inflamaciones o irritaciones prolongadas en la cavidad nasal. Son casi siempre producto de una sinusitis agravada o crónica y se refiere al desarrollo de pequeñas masas de tejido blando en el revestimiento de la nariz o los senos paranasales. Aunque el desarrollo de pólipos es más habitual en adultos de edad avanzada, no se descarta su aparición durante la adolescencia.

Por otro lado, es importante saber que en su fase inicial no suelen producir dolor, pero en su fase aguda, sí que pueden generar complicaciones a largo plazo, entre ellas: sensación de presión facial, presencia permanente de mucosa nasosinusal, bloqueo de la vía área nasal, pérdida de olfato… Y, por mucho que algunos fármacos puedan ayudar a disminuir estos síntomas, si los pólipos son muy grandes probablemente se deban eliminar mediante intervención quirúrgica.

4. Tabique nasal desviado

Se refiere al desvío de la pared que divide la cavidad nasal en mitades. Si bien puede deberse a rasgo característico presente desde el nacimiento, es más común que se origine por el sobrecrecimiento del cartílago o a consecuencia de una fractura o traumatismo importante. Entre sus síntomas más comunes, aunque no suelen presentarse en la mayoría de los casos, está la obstrucción nasal, las hemorragias y los dolores de cabeza. Por otro lado, también es habitual en personas con tabique desviado, la respiración fuerte o ronquidos, así como el posible desarrollo de apnea obstructiva del sueño.

5. Hemorragias nasales

Aunque sí son bastante comunes, más que una enfermedad de la nariz podría calificarse como la consecuencia de algún patología nasal previa. Y es que, la gran mayoría de hemorragias nasales ocurren a causa de irritaciones, cuadros de resfriado e incluso, por hurgarse la nariz incorrectamente. No hay que olvidar que a nivel interno, este órgano está rodeado de una gran cantidad de pequeños vasos sanguíneos que pueden romperse muy fácilmente.

Aun así, en caso de hemorragias nasales recurrentes, por traumatismos, prolongadas (por más de 20 minutos) o sin causa aparente, siempre es recomendable buscar asesoría médica con la finalidad de descartar cualquier otra posible patología relacionada.

Recomendaciones para cuidar la salud de tu nariz

Si deseas evitar no sólo las enfermedades nasales más comunes mencionadas en este artículo, sino cualquier otra que pueda comprometer la funcionalidad y calidad de tu respiración, te recomendamos seguir la siguientes recomendaciones:

  • Emplea técnicas de respiración adecuadas: respira por la nariz en lugar de por la boca, realiza habitualmente respiraciones profundas.
  • Sacude tu nariz correctamente: cuando sea necesario, vacía tus fosas nasales de mucosidades. Presiona sólo un lado de la nariz mientras soplas por el otro y repite del lado contrario.
  • No interrumpas los estornudos: con esto impides la expulsión de mucosidades y bacterias contenidas en ella, enviándolas nuevamente hacia el interior de la cavidad nasal, aumentando con ello las probabilidades de desarrollar infecciones.
  • Adopta hábitos saludables: de manera que puedas aumentar tus defensas evitar contraer enfermedades que comprometan tu sistema respiratorio. No consumir tabaco, llevar una alimentación equilibrada, realizar actividad física regular, realizarte lavados nasales cuando sea necesario, son sólo algunos cambios que podrían servirte de ayuda.
  • Acude a un profesional de la salud: ante cualquier sintomatología recurrente que no seda ante ningún tipo de medicación, que se prolongue por períodos fuera de lo normal o dificulte la respiración.

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