El enojo es una virtud

El enojo
El enojo, una herramienta útil

El enojo es una virtud, no un vicio; afirman varios psicólogos e investigadores sobre el tema del estrés. Se trata de una útil y maravillosa herramienta. Como cualquier instrumento punzocortante bien utilizado; el enojo ha servido al género humano brillantemente a través de los siglos.

Sin el enojo, hoy en día seguiríamos preguntándonos el porqué de muchas cosas y las luchas de independencia no se hubieran consumado. Esta emoción es una manifestación al mundo de que tu no eres una victima sumisa. Y se trata de una aseveración efectiva.

El enojo
El enojo, es necesario

Mas de mil millones de años de biología han inculcado una lección en ti: sin un temperamento, no podrías sobrevivir en un medio hostil. El fango de los lagos te comería. Tu vecino cercano te robaría a tu esposa. Tu jefe continuamente pisaría tu cara. Si no pudieras lograr enojarte, no tendrías la oportunidad de sobrevivir.

Esta emoción te protege a ti y a las personas cercanas a ti. El reprimir los sentimientos sanos del enojo puede ser infernal para tu corazón; y podría conducirte a vivir una depresión a largo plazo. La clave para mantener tu salud en el curso de los enfurecimientos de tu vida, afirman los médicos, es aprender a reaccionar con un “enojo controlado”. Este es el hermano benévolo del enojo de cara enrojecida y venas saltadas.

Enojo Controlado Vs Dañino

Con el controlado te transformas en un leopardo en la pradera, la adrenalina agudiza tus sentidos y aplaca tus instintos, dándote la suficiente capacidad para concentrarte en conseguir el resultado que quieres, ya sea una gacela muerta, un oponente humillado, o una mejor habitación en el hotel.

El dañino nubla tu mente, transformando todo en una urgencia primitiva para lastimar a alguien. Es incontrolable y también mortal. Un estudio descubrió que las personas con altos índices de mal humor fueron el doble de propensos a sufrir ataques al corazón.

A esta emoción hay que darle una misión específica, que no sea la revancha. Si el hijo de tu vecino chocó con su bicicleta el auto, toma unos cuantos segundos para darte cuenta qué es realmente lo que quieres en lugar de la venganza ¿El arreglo de los daños? ¿un auto nuevo y un boleto para que todos se vayan al infierno? Y luego emplea el enojo para estimular los esfuerzos.

El enojo sin propósito tan sólo desea venganza, y estarás desperdiciando tu emoción en una causa frívola que en realidad no te beneficiara. El beneficio del enojo es que logra concentrar tus poderes en obtener aquello que te mereces verdaderamente.