Los 5 hábitos podológicos que te ayudarán a cuidar la salud de tus pies

hábitos podológicos

Dentro de tantos cuidados que una persona generalmente se preocupa por tener, siempre hay uno que otro que pasa desapercibido hasta que se convierte en un problema. La higiene postural por ejemplo, así como los hábitos podológicos por nombrar un par, son sólo algunos elementos que como seres humanos, normalmente omitimos incluir en nuestra rutinas de cuidado. Y ojo, no nos referimos a la típica pedicura que realizan las mujeres cada cierto tiempo para lucir unos diseños de uñas hermosos, más bien hablamos de la escogencia adecuada del calzado, la revisión podológica preventiva, la tenencia de algún material de podología para casos de emergencia, etc.

El hecho es que, al igual que fortalecemos o protegemos cualquier otra parte de nuestro cuerpo, a la salud de los pies debemos darle la misma relevancia, incluso cuando estos se muestren aparentemente sanos. No podemos olvidar que además de ser los responsables de una correcta pisada, también tendrán que soportar nuestro peso a lo largo de nuestra vida. De allí, podríamos decir que parte la necesidad y por supuesto la importancia de contar con unos pies totalmente sanos.

En el supuesto caso seas una de estas personas, pero estés comenzando a preocuparte por tu salud podal; en este artículo te hablaremos de algunas rutinas o hábitos podológicos que puedes implementar fácilmente para garantizar el cuidado y la higiene de tus pies.

5 hábitos podológicos para cuidar la salud de tus pies

salud de los pies
Una visita podológica al menos una vez al año, puede ayudar a prevenir numerosas afecciones futuras que afecten la salud de nuestros pies. Imagen vía Freepik.es

Aunque parezca mentira, cuidar la salud y la higiene de los pies resulta bastante sencillo siempre que incluyamos prácticas habituales en nuestra rutina diaria. Claro que, como toda condición que pueda afectar directamente nuestra salud en general, lo más recomendable siempre es asistir con profesionales, para obtener unas recomendaciones más personalizadas y en base a nuestras necesidades. Mientras tanto, si aún no lo haces, podrías comenzar adoptando los siguientes hábitos.

1. Lava y seca muy bien tus pies

Es probable que encontrar esta recomendación te parezca un poco extraño, te preguntarás ¿Y es que no todo el mundo lo hace?, y la respuesta, por más que te cueste creerlo, es no siempre. La realidad es que son muchísimas las personas que no se toman el tiempo de secar muy bien sus pies luego de una ducha o alguna lavada. Un correcto secado, implica no dejar humedad entre los dedos o sobre las uñas, puesto que esto crea el escenario idóneo para la aparición de hongos o infecciones, además de que fomenta el mal olor. Si bien, una insistente pasada de la toalla por todo el pie (y los dedos) debería bastar, siempre puedes “exagerar” un poco y usar un secador de pelo para no dejar rastro de humedad.

2. Corta tus uñas de manera regular y de forma recta

Generalmente las mujeres suele ser un poco más delicadas con el cuidado de su pedicura, pero en el caso de los hombres, es muy común toparse con uñas encarnadas como consecuencia de una mala ejecución en el corte. Lo ideal sería que, si no cuentas con micromotor de podología con una diversidad de fresas para podología que te faciliten tanto el corte como el limado, crees el hábito de realizarte una quiropodia con regularidad. Esto evitará que te generes lesiones innecesarias y quizás aprendas a cortar tus uñas en casa de manera segura.

3. Hidrata y consiente tus pies

Otro de los hábitos podológicos que te ayudarán a mantener tus pies saludables recae en la hidratación diaria. Así como te dedicas a cuidar la piel de tu rostro, la de tus manos y cuerpo en general con cremas específicas zona, también es necesario que consideres algunos productos hidratantes para los pies. Con esto no sólo evitarás descamaciones y porosidades que se pueden traducir en futuras infecciones, también fomentará la realización de masajes para relajar la musculatura y posibles tensiones en la fascia plantar. Puedes complementar esta rutina con una bola masajeadora y algunos ejercicios de estiramiento del pie.

4. Elige bien tu calzado

Especialmente ese que habitualmente utilizas a diario. El calzado más que verse bien (que sabemos es importante), debe ser adecuado a la forma y tamaño del pie, así como al tipo de pisada. Quizás ésta última sea un poco difícil de descifrar sin la ayuda de un podólogo, pero las dos primeras sí que podemos verlas por cuenta propia. En primer lugar el zapato no debe apretar, ya que puede generar desde el desprendimiento de uñas, hasta juanetes, callosidades, úlceras e incluso problemas de circulación. Asimismo, debe proporcionar suficiente estabilidad para una pisada correcta que no nos genere contratiempo. Y en el caso de mujeres, con el uso diario de tacones muy altos se debe tener moderación, puesto que a la larga puede afectar también la higiene postural.

5. Visita regularmente a un podólogo 

Por muchos artículos de quiropedia que tengamos en casa, no todos nos hacemos con un arsenal de bandas para los pies, plantillas a medida o siliconas podológicas para resolver alguna irregularidad en nuestros pies. Sea que tengas algún problema de tipo médico, alguna condición que esté afectando tu caminar o simplemente por prevención, crear el hábito de acudir al podólogo es tan necesario como la visita al dentista. Ellos no sólo te ayudarán a conocer tu pie y tu pisada para la elección de calzado adecuado por ejemplo, también te orientarán en la prevención de posibles lesiones y tratarán cualquier afección que pudiera afectar la calidad de tu pisada o la salud de tus pies.

Esperamos que después de ver lo fácil que es incluir hábitos podológicos en tu vida, de ahora en adelante puedas ser más responsable con ellos y cuidar correctamente tu salud podal. Recuerda, sólo tienes dos pies y éstos serán tu soporte y medio de movilidad durante toda tu vida.

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