Los hisopos parecen unos inofensivos bastoncillos de algodón pero en ocasiones su uso puede causar daños al oído. Cuando nos bañamos por lo general limpiamos los oídos para retirar la suciedad y restos de jabón. En la actualidad los expertos advierten sobre los daños que puede ocasionar usarlos frecuentemente.
Los hisopos. Daños que causa al oído
Al introducir un hisopo por el canal auditivo aumenta el riesgo de perforar la membrana del tímpano. No solo eso también empujas el cerumen hacia el interior. Como consecuencia de eso la presión lo compactará generando infecciones y dificultades para escuchar.
A veces el tímpano se regenera solo pero cuando el daño es más grave puede requerir cirugía.
Cerumen, protección para los oídos
El cerumen es una capa que ayuda a proteger los oídos de muchos gérmenes manteniéndolos limpios y cuidando la piel. Según Erick Voigt, profesor del Departamento de Otorrinolaringología de la Universidad de Nueva York; si se utilizan los hisopos muy frecuentes se remueve la cera de sus canales auditivos dejándolos desprotegidos. Aunque se haga de manera suave el daño puede ocurrir porque la capa es muy delicada.
Según un estudio realizado por Nationwide Children’s Hospital en Estados Unidos unos 12.500 personas menores de 18 años llegan al hospital de emergencia por heridas en el oído y los principales causantes son los hisopos.
Los oídos se limpian solos
Son pocas las personas que saben que los oídos se limpian solos. Lo hacen con los movimientos de mandíbulas y con el nacimiento de la nueva piel. A través de estos dos factores la cera vieja es empujada hacia afuera cayendo por lo general cuando se da un baño.
Lo recomendable al limpiar los oídos es hacerlo en la parte externa, a nivel del pabellón auricular. Lo mejor es hacerlo con una toalla o con un poco de algodón pero jamás introduzca el hisopo al conducto auditivo. Si tu intención es limpiar los oídos completamente deberás acudir a un especialista cada seis meses.
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