Millones de personas padecen de intolerancia a la lactosa; Otras tantas sólo creen que lo son. Si no puedes estar cerca de un vaso de leche sin que se perjudique tu digestión, estás dentro de la clasificación de intolerantes a la lactosa formulada por algún vecino sabelotodo; Después de todo muchas personas están predispuestas contra los productos lácteos.

Según los expertos; muchos casos de intolerancia autodiagnosticada son falsas y tal error puede hacer que los consumidores adopten dietas bajas en calcio. Aquellos que son realmente intolerantes no tiene que eliminar la leche de su alimentación. Existen ajustes dietéticos sencillos que pueden ayudar a continuar con el consumo de productos lácteos sin que eso produzca efectos secundarios.

La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir cantidades significativas de esa sustancia, que es el azúcar predominante en la leche, a causa de la falta de lactasa, la enzima que descompone esa azúcar en formas más sencillas que el flujo sanguíneo puede absorber; Normalmente las enzimas las producen las células en el intestino delgado, pero cuando no hay cantidad suficiente de lactasa para digerir la lactosa, los resultados pueden ser síntomas como nauseas, gases, cólicos y diarreas.

Raramente no se nace con esta incapacidad de producir la enzima, a la mayoría de las personas esta dolencia les va apareciendo con el tiempo, cuando el organismo va produciendo menos cantidades de la enzima.

Lactosa Furtiva

Si necesitas disminuir el consumo de lactosa, comienza por leer las etiquetas de los alimentos. Debes evitar nombres raros, así como productos lácteos sólidos de leche seca y leche en polvo desgrasada. A menudo se añade a alimentos procesados, cereales-puré de papas instantáneos-bebidas-sopas-margarinas-aderezos de ensaladas.

Hay una cantidad de alimentos que parecen contener lactosa; pero en realidad no es así. Entre ellos la mantequilla de manzana y otras frutas-leche de coco-licores de crema. Por otra parte, el consumo de leche en pequeñas porciones durante el día es una forma de asegurar que la ingestión de lactosa no sobrepase la producción de lactasa.

Ser cuidadoso con tu alimentación implica determinar tu nivel de tolerancia a la lactosa; Por tanto, no habrá ningún problema en que sumerjas tus galletas en leche fría. En ocasiones no es que sea intolerante; simplemente se tiene una mala digestión de la misma. En los productos lácteos también se encuentran otros nutrientes como el zinc-hierro-fósforo-potasio, necesarios para el organismo.