El valor de la humildad ¡oro en un ser humano!

la humildad
La humildad un valor que vale oro

El valor de la humildad, oro en un ser humano

La humildad es la capacidad que posee un ser humano de ser consciente de sus propias limitaciones. El lado opuesto de la humildad es la prepotencia, arrogancia u orgullo. El creer que se sabe todo, que no hay más que aprender, ni mucho menos nadie vendrá a sugerirte nada.

Aprender ha ser humilde, por lo general representa dolor, pues se aprende de humildad cuando se sufre una pérdida.  Se suele caer en la arrogancia, o mejor dicho se vuela con la arrogancia cuando una persona se acostumbra  al éxito sin agradecer, mas bien dan todo por sentado y espera que todo se le de forma automática.

Debemos estar orgullosos de quienes somos, de lo que tenemos y hemos logrado con nuestro esfuerzo. Aunque la vida haya sido generosa con nosotros no debemos olvidar de dónde venimos y quienes somos. No es un pecado tener, ni poseer grandes bienes, ni significa ser falto de humildad, pero son esas cosas las que muchas veces nublan la visión y se olvida agradecer por aquello que somos y tenemos.

La humildad, ¿Cómo vivirla en plenitud?

  • Ser humilde supone vivir el hoy, sin buscar honores debidamente. Somos lo que somos y eso está bien.
  • Reconocemos aquello que nos limita y agradecemos a quienes desean ayudarnos hacernos mejores. Esto no representa sentirse menos, si no de aprovechar de las capacidades de otras personas.
  • Nadie es superior a mí, ni nadie es inferior a mí. Simplemente las personas son diferentes y eso esta bien para cada quien. La cuestión es ser lo mejor posible con lo que somos.
  • Aléjate de la envidia, esta no es amiga de la humildad. Al contrario se debe intentar a que las personas que nos rodean sean valoradas y reconocidas por sus capacidades.
  • Una persona arrogante se reconoce por el “yo”, yo hice, yo tengo, yo fui. Al contrario una persona humilde sabe lo que es y lo que ha logrado y no necesita divulgarlo, las personas a su alrededor sabrán reconocerlo.
  • Por último, escuchar con atención a los demás, es un gran rasgo de la persona humilde. Ya que así demuestro que siempre puedo aprender de las demás personas.

El valor de la humildad hace grande a las personas, y no en tamaño si no en humanidad. Al final no cuenta aquello que poseas o hayas hecho, más bien se trata del cariño y el respeto que has ganado por tus cualidades.

Ser una persona humilde es muy valorado. ¿Qué piensas de eso?