Mitos y realidades de la celiaquía: Desmontando falsas creencias sobre esta enfermedad

mitos de la celiaquía

La celiaquía es una enfermedad autoinmunitaria que afecta a un porcentaje significativo de la población, y aunque ha ganado mayor visibilidad en los últimos años, aún persisten numerosos mitos y creencias erróneas en torno a ella. Estos mitos pueden llevar a una comprensión inadecuada de la enfermedad, lo que resulta en un diagnóstico tardío, un tratamiento inapropiado o incluso un estigma social hacia las personas que padecen esta afección.

Desmontar estas falsas creencias es fundamental para mejorar la calidad de vida de quienes padecen celiaquía y promover la comprensión y el apoyo de la sociedad hacia ellos. En este artículo, abordaremos algunos de los mitos más comunes sobre la celiaquía y confrontaremos estas ideas con la realidad respaldada por la ciencia médica.

Desentrañando la verdad: Mitos y realidades sobre la celiaquía

mitos sobre la alergia al gluten
Derribar estos mitos y promover una comprensión precisa de la celiaquía es un paso importante para ayudar a las personas con esta enfermedad a vivir de manera segura y satisfactoria.

Al entender la verdad sobre la celiaquía, seremos capaces de brindar un mejor apoyo a quienes la padecen y promover un enfoque más informado y empático hacia la enfermedad en nuestra sociedad. Además, esta información puede ser de vital importancia para aquellos que aún no han sido diagnosticados y están luchando con síntomas desconocidos.

Mito 1: La celiaquía es solo una alergia al gluten

Realidad: La celiaquía no es una simple alergia al gluten; en realidad, es una enfermedad autoinmunitaria que afecta al intestino delgado. Cuando una persona con celiaquía consume gluten, una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno, su sistema inmunológico reacciona de manera anormal y ataca las vellosidades del intestino delgado. Estas vellosidades son cruciales para la absorción de nutrientes, por lo que su daño puede llevar a malabsorción, desnutrición y una amplia variedad de síntomas.

Aunque tanto la celiaquía como la alergia al trigo implican una respuesta inmunitaria al gluten, son condiciones distintas. La alergia al trigo es una reacción alérgica clásica, en la que el sistema inmunológico produce anticuerpos específicos contra las proteínas del trigo, desencadenando síntomas alérgicos. La celiaquía, en cambio, implica una respuesta autoinmune que daña los tejidos propios del cuerpo, generando consecuencias a largo plazo más graves si no se trata adecuadamente.

Es importante distinguir entre estas condiciones, ya que el manejo y el tratamiento pueden variar. En el caso de la celiaquía, la única solución efectiva es seguir una dieta estricta sin gluten de por vida, mientras que las alergias al trigo pueden manejarse de manera diferente y, en algunos casos, pueden mejorar o resolverse con el tiempo.

Mito 2: Las personas con celiaquía pueden comer alimentos “bajos en gluten”

Realidad: Aunque algunos alimentos pueden etiquetarse como “bajos en gluten”, esto no significa que sean seguros para las personas con celiaquía. La única forma efectiva de tratar la celiaquía y prevenir complicaciones a largo plazo es seguir una dieta estricta sin gluten. Incluso una pequeña cantidad de esta proteína puede causar una reacción en personas con celiaquía.

El límite seguro de consumo de gluten para las personas con celiaquía varía según el individuo, pero en general, se considera que cualquier producto que contenga más de 20 partes por millón (ppm) de gluten no es seguro. Por lo tanto, es crucial que las personas con esta enfermedad lean cuidadosamente las etiquetas de los alimentos y eviten cualquier producto que contenga gluten o que pueda estar contaminado con gluten.

La mejor manera de garantizar una dieta sin gluten es consumir alimentos naturales y no procesados, como frutas, verduras, carnes y pescados frescos, y granos y semillas sin gluten. También es importante tener en cuenta la contaminación cruzada, asegurándose de que los utensilios de cocina, las superficies y los electrodomésticos estén limpios y libres de gluten antes de preparar o consumir alimentos sin gluten.

Mito 3: Si no experimentas síntomas digestivos, no puedes tener celiaquía

Realidad: Es un error común pensar que las personas con celiaquía siempre experimentan síntomas digestivos, como diarrea, dolor abdominal o hinchazón. Si bien estos síntomas son comunes, la celiaquía también puede manifestarse de muchas otras formas. Algunas celíacos experimentan síntomas atípicos o extraintestinales, como fatiga, anemia, dolores de cabeza, problemas de fertilidad, problemas neurológicos o trastornos de la piel como la dermatitis herpetiforme.

Además, algunas personas con celiaquía no experimentan síntomas notables, a pesar de que sus intestinos pueden estar sufriendo daños. Esta forma de la enfermedad se conoce como celiaquía silente o asintomática. Es importante recordar que la ausencia de síntomas no significa que no haya daño interno en el intestino delgado.

En este sentido, es fundamental que las personas que sospechan que pueden tener celiaquía se realicen pruebas adecuadas, incluso si no experimentan síntomas digestivos clásicos. Un diagnóstico temprano y preciso puede ayudar a prevenir complicaciones a largo plazo, como la desnutrición, la osteoporosis y, en casos raros, el linfoma intestinal.

Mito 4: Una pequeña cantidad de gluten no afectará a las personas con celiaquía

Realidad: Aunque algunas personas pueden pensar que una pequeña cantidad de gluten no causará daño significativo en alguien con celiaquía, esto no es cierto. De hecho, incluso una pequeña cantidad de gluten puede provocar una reacción del sistema inmunológico, lo que puede causar daño en el revestimiento del intestino delgado.

La cantidad de gluten que puede desencadenar una reacción varía entre individuos, pero se ha demostrado que la ingesta de gluten tan baja como 10 a 50 mg por día puede causar daño en algunas personas con celiaquía. Para poner esto en perspectiva, una sola rebanada de pan puede tener alrededor de 5.000 mg de gluten.

Mito 5: La celiaquía solo afecta a personas de ciertas edades o etnias

Realidad: Aunque es cierto que la celiaquía es más común en ciertos grupos étnicos y en personas de ciertas edades, esto no significa que la enfermedad esté limitada a estos grupos. La celiaquía puede afectar a personas de cualquier edad y etnia.

Sin embargo, no es un mito que se ha observado que la celiaquía es más prevalente en poblaciones con ascendencia europea, pero también se ha identificado en personas de África, Asia y América Latina. Además, aunque la celiaquía a menudo se diagnostica en niños, puede aparecer en cualquier momento de la vida de una persona, incluso en adultos mayores.

En otras palabras, es importante que los médicos y los pacientes estén atentos a los síntomas de la celiaquía, independientemente de la edad o la etnia del paciente.

Mito 6: Las personas con celiaquía no pueden consumir ningún tipo de grano

Realidad: Si bien es cierto que las personas con celiaquía deben evitar el gluten presente en algunos granos como el trigo, la cebada y el centeno, hay muchos otros granos y cereales que pueden consumir de forma segura.

Algunos granos libres de gluten incluyen el arroz, la quinoa, el amaranto, el mijo, el sorgo, el teff y el trigo sarraceno. Estos granos no contienen gluten y son opciones seguras y nutritivas para las personas con celiaquía. Además, hay una variedad creciente de productos sin gluten disponibles en el mercado, como harinas, pastas y panes hechos a base de estos granos.

Es importante para las personas con celiaquía aprender a leer las etiquetas de los productos y asegurarse de que contengan ingredientes seguros. También pueden buscar la certificación sin gluten en los productos para mayor tranquilidad. Con un poco de investigación y planificación, las personas con celiaquía pueden disfrutar de una dieta variada y nutritiva sin poner en riesgo su salud.

Desmontar los mitos y malentendidos sobre la celiaquía es crucial para evitar confusiones y promover una mejor calidad de vida para quienes la padecen. Asimismo, al entender las realidades de la celiaquía, las personas afectadas pueden tomar decisiones informadas sobre su dieta y estilo de vida, lo que les permitirá mantener una vida saludable y plena.