¿Es la alimentación vegana recomendable para bebés?

niños veganos
Si la dieta de un niño vegano contiene suficientes calorías, lo normal es que tenga un desarrollo y crecimiento adecuados. Imagen vía freepik.es

Alimentar a los niños requiere tiempo y dedicación, y todos los padres deberían reflexionar cuidadosamente sobre la alimentación de sus hijos. Los hábitos alimenticios se adquieren durante la infancia, desde el nacimiento hasta la adolescencia; es además, cuando la tasa de crecimiento es más alta y hasta cierto punto cuando se establece la capacidad de reserva de ciertos nutrientes esenciales, como el calcio. Este artículo examina los beneficios de la dieta vegana en los niños, las preocupaciones más habituales de los padres.

El porcentaje de veganos en el Reino Unido es del 0.5%, pero desconocemos cuántos de éstos son niños. En Estados Unidos, una encuesta realizada por el ”Vegetarian Resource Group”, encontró que alrededor del 0.5% de los niños comprendidos entre los 6 y 17 años de edad no comían carne, pescado, aves, huevos ni productos lácteos.

Los beneficios de las dietas veganas

Varios estudios han examinado la ingesta de nutrientes ingeridos por niños veganos. Uno de ellos, realizado con niños británicos en edad escolar, encontró que la ingesta de fibra era mayor y que los niveles de todas las vitaminas y minerales (a excepción del calcio) estudiados eran comparables a los de niños consumidores de carne. Se observó que los niños veganos pre-escolarizados de Estados Unidos tenían niveles adecuados de proteínas, vitaminas y minerales y que sus dietas alcanzaban sin problemas la cantidad recomendada de todos los nutrientes estudiados, a excepción del calcio.

El estudio que mostraba que los niños veganos tenían niveles más bajos de calcio, se hizo antes de que los productos enriquecidos con calcio (cereales, bebidas y yogures vegetales o tofu) estuvieran disponibles, así que es bastante probable que actualmente los niveles de calcio en los niños veganos sean más elevados. El calcio es importante para el desarrollo de los huesos. Alrededor del 45% del hueso adulto se acumula antes de los 8 años de edad, otro 45% se agrega entre los 8 y los 16 años de edad y el 10% restante se acumula en la siguiente década. Dada la importancia de la ingesta de calcio durante la infancia, todos los padres deberían asegurarse de que las dietas de sus hijos contengan alimentos enriquecidos con calcio, además de las fuentes vegetales como las almendras, semillas de sésamo o tahini, higos secos, brócoli, coliflor y hojas verdes como las acelgas, y de que las cantidades de las fuentes sean correspondientes a su grupo de edad.

A día de hoy, es posible cubrir las necesidades, aunque dependiendo de según qué guías se miren y de qué país, se verán unos u otros datos. Igualmente, para garantizar una buena salud ósea, es necesario poner hincapié en otros factores como los niveles de vitamina D (exposición solar), la actividad física diaria y la ingesta suficiente de proteínas, así como la limitación de consumo de alimentos ultra procesados ricos en azúcares y sal.

Lamentablemente, hay muy pocos estudios recientes que investiguen los efectos a largo plazo de una dieta vegana, sobre todo si se tiene en cuenta que muchas enfermedades propias de la edad adulta tienen su origen en la infancia. Por ejemplo, parece claro que el inicio del proceso de la aterosclerosis (formación de ateromas en las arterias) y la hipertensión arterial, tienen su origen en las primeras etapas de la vida. Asimismo se ha comprobado que la tensión arterial y los niveles de colesterol se determinan en la infancia y están relacionados con la ingesta de nutrientes durante la misma. La masa corporal también se consolida en la primera infancia, teniendo los niños obesos mucho más riesgo de padecer obesidad en la edad adulta que los que no lo son.

Cuando buscamos los posibles beneficios a largo plazo de las dietas veganas, lo primero que encontramos es que los niños veganos tienen una ingesta mayor de frutas y hortalizas, alimentos indispensables para gozar de una buena salud. Además, se ha demostrado que los niños veganos ingieren menores cantidades de grasas, grasas saturadas y colesterol que los niños no vegetarianos. Esto es muy importante para reducir el riesgo del desarrollo de enfermedades crónicas tales como afecciones cardiacas y obesidad. Por último, las dietas veganas proporcionan a los niños una mayor variedad de todos los alimentos vegetales, estableciéndose, de esta manera, unos hábitos alimenticios saludables para toda la vida.

Los bebés veganos

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Las dietas veganas proporcionan a los niños una mayor variedad de todos los alimentos vegetales, estableciéndose, de esta manera, unos hábitos alimenticios saludables para toda la vida. Imagen vía freepik.es

Durante los primeros 4 ó 6 meses de vida, la dieta de la mayoría de los niños (de padres veganos o no) es idéntica. La alimentación perfecta para los bebés es la leche materna y los demás alimentos no deben ser introducidos antes de los 4 meses de edad. Los niños alimentados con leche materna cuyas madres llevan una dieta vegana equilibrada, tienen un crecimiento y desarrollo normal. Los niños obtienen muchos beneficios de la leche materna, entre los que se incluyen anticuerpos que protegen ante enfermedades infecciosas y un menor riesgo de contraer alergias. Además, es probable que la leche humana, al ser el alimento natural para los bebés, contenga sustancias necesarias para el crecimiento, todavía desconocidas y, por tanto, no incluidas aún en las leches maternizadas. Las madres que amamantan obtienen también sus propios beneficios, entre los cuales se encuentran la incidencia menor de cáncer de pecho, una disminución de los efectos de los cambios hormonales y para algunas, la razón es simplemente de comodidad. 

La Vitamina B12, la vitamina D y el yodo son nutrientes esenciales para un niño alimentado exclusivamente por leche materna de madre vegana. Las madres cuyas dietas contengan niveles bajos o nulos de B12, producirán una leche con bajos niveles de dicha vitamina. Como esta vitamina tiene un importante papel en el desarrollo del sistema nervioso, es crucial para los niños tener una fuente fiable de vitamina B12. Algunas mujeres veganas optan por tomar suplementos, mientras que otras confían en los alimentos enriquecidos como los cereales del desayuno, productos enriquecidos de levadura, leches vegetales, y determinados productos derivados de la soja con objeto de que ambos (la madre y el niño) tengan sus necesidades de vitamina B12 cubiertas. La forma más fiable de garantizar los niveles óptimos es la toma de suplemento (2000mcg de cianocobalamina semanales) junto con los citados alimentos enriquecidos. Si la dieta de la madre no contiene una fuente fiable de vitamina B12, es el propio niño quien debe recibirla directamente, adaptando la cantidad a su edad.

A medida que la alimentación complementaria le vaya ganando terreno a la presencia de leche materna o de fórmula en la alimentación del bebé, tendremos que comenzar a suministrarle directamente la vitamina B12. Podemos comenzar entre el sexto y el octavo mes.

El contenido de vitamina D de la leche materna varía según la dieta de la madre y de su exposición al sol, aunque en general los niveles de vitamina D de la leche materna son bajos. Todos los niños menores de tres años tienen un alto requerimiento de vitamina D, para permitir el depósito de calcio en los huesos. El Ministerio de Sanidad del Reino unido, por tanto, recomienda que los niños entre los 6 meses y los 5 años de edad, independientemente de que sean vegetarianos, veganos u omnívoros, reciban suplementos vitamínicos de las vitaminas A, C y D. La Seguridad Social proporciona los suplementos más baratos o incluso gratis. Además no contienen productos animales por lo que también son aptos para veganos.

En cuanto al yodo, la presencia en la leche materna dependerá de si la madre consume sal yodada o algas regularmente. No se recomiendan grandes consumos de algas por su excesivo aporte de yodo y análogos de B12, así que la mejor forma de que el yodo llegue al bebé es consumiendo sal yodada como sal de referencia a diario.

Probablemente hayas oído hablar del DHA, un ácido graso fundamental para el desarrollo de la vista y del cerebro, que se encuentra sobre todo en alimentos de origen animal. Sin embargo, los veganos pueden sintetizarlo a partir de otros ácidos grasos como el alfa-linolénico, el cual sí que se encontrará en la leche materna si la madre se asegura de que en su dieta se incluyan buenas fuentes de este ácido graso, tales como aceites de semilla de lino, semillas de chía o nueces. Además, reduciendo el consumo de otros aceites como el de maíz, de girasol, y de cártamo (contienen ácido linoleico) y limitando el consumo de alimentos que contengan grasas hidrogenadas (contienen ácidos grasos trans), la leche tendrá niveles adecuados de DHA. La razón es que el ácido linoleico y los ácidos grasos en forma trans interfieren con la síntesis de DHA. Si la lactancia materna no es posible o está contraindicada, existe una fórmula válida para niños veganos: ”Fórmula de Soja Farley´s de Heinz”, avalado por la Sociedad Vegana del Reino Unido. De ninguna manera, la leche de soja, de almendras, de arroz, de avena, ni de guisantes ni otras “fórmulas preparadas” en casa, deberían usarse en sustitución de la leche materna, porque no contienen la proporción adecuada de nutrientes y pueden poner en peligro la vida del niño.

Otras marcas son Prémiriz (a partir de proteína de arroz) de Premibio, Bisoja de Bimbosan, Nutribén Soja, Blemil arroz hidrolizado de Ordesa o Novalac Arroz.

Introduciendo alimentos sólidos

Los alimentos sólidos no se deberían introducir antes de los 4 meses de edad. Hay que intentar introducirlos de uno en uno, y espaciarlos 2 ó 3 días. Así será más fácil identificar el alimento responsable de una posible reacción adversa.

Los primeros alimentos pueden incluir papillas a base de arroz o maíz, purés de frutas como el plátano, la pera y la manzana, y hortalizas como la zanahoria, las patatas y calabacín. A los 6 meses se pueden introducir las papillas de trigo, gofio y de avena. También alimentos ricos en proteínas como las legumbres cocinadas y trituradas, el tofu triturado y el yogur de soja. Los frutos secos y semillas también pueden incluirse a partir de los 6 meses, en forma de cremas o bien triturados, mezclados con las verduras o frutas. Los niños pueden acostumbrarse poco a poco a la comida sólida con trozos suaves y pequeños para sustituir las papillas y los purés.

En el caso de que el riesgo de atopía o alergia a frutos secos sea alto, se recomienda la introducción de estos alimentos entre el cuarto y sexto mes. Si el riesgo es muy alto, mejor en presencia del pediatra, siempre en forma de cremas diluidas en cantidades muy pequeñas, dando a probar con la punta de la cuchara y esperando 10 minutos para observar si existe reacción. En caso de que sí, no se debe continuar y se debe llevar al bebé al hospital.

Si existe alergia a frutos secos, es muy interesante incluir en su lugar semillas trituradas o en cremas. El tahini (pasta de sésamo) es una excelente opción.

Tomar “snacks” y comer a menudo ayuda a proporcionar la adecuada ingesta de energía. El consumo de grasa en los niños no debe estar restringido en condiciones normales, y fuentes como los aceites vegetales (sobre todo oliva), aguacate, coco, cacao, frutos secos y semillas deberían incluirse en su dieta.

Para evitar el riesgo de atragantamiento, no se deberían dar a los niños menores de tres años los siguientes alimentos: frutos secos enteros, frutas desecadas enteras, aceitunas enteras, patatas fritas, cremas de frutos secos con trocitos, perritos calientes veganos, trozos grandes de frutas y verduras, granos de uva enteros, ni caramelos, ni palomitas. Sin embargo, haciendo polvo los frutos secos, partiendo en rodajas pequeñas los perritos calientes y partiendo en dos las uvas, se puede reducir el riesgo y se garantiza que los niños de entre 1 y 3 años puedan tomar todos los alimentos. El sirope de maíz y la miel (que no es vegana) no se deberían dar a niños menores de 1 año porque hay riesgo de botulismo, un tipo de intoxicación alimentaria. Se desaconseja también el uso de sal y azúcar en las preparaciones hasta mínimo el año de edad. La leche de arroz debe evitarse por su bajo aporte nutricional y alto contenido en arsénico, y el arroz cocido es preferible que esté antes en remojo y se deseche el agua de cocción.

Muchos padres eligen los preparados para bebés (los potitos), y de hecho hay productos aptos para veganos comercializados, sin embargo es conveniente leer cuidadosamente las etiquetas. Como la oferta de potitos aptos para veganos es muy limitada, la mayoría de los padres optan por preparar directamente ellos las comidas, lo cual es la mejor opción. La comida debe lavarse minuciosamente, cocinarla y pasarla por la batidora hasta que adquiera la consistencia adecuada. Los preparados en casa pueden guardarse en la nevera durante dos días como máximo o congelarse en pequeñas cantidades para poder descongelarlos después fácilmente.

Alrededor de los 6 meses, las reservas de hierro se agotan, tanto en niños veganos, como en vegetarianos y omnívoros, por lo que los alimentos ricos en hierro deben ser incluidos en la dieta. Tomar cereales enriquecidos puede ser una buena forma de suplir el hierro en niños veganos. Otras buenas fuentes son las legumbres, las verduras de hoja verde y los frutos secos. Para favorecer la absorción del hierro, es conveniente añadir vitamina C, que se encuentra en verduras crudas, cítricos y frutos rojos.

Las hojas verdes como espinacas y acelgas, y la remolacha no deben incluirse antes del año de vida por su alto contenido en nitratos, que puede provocar metahemoglobinemia en bebés.

En los niños no veganos, la leche de vaca se introduce alrededor del año. Las leches enriquecidas no animales se pueden añadir a la dieta de los niños veganos alrededor de la misma edad, siempre que el crecimiento del niño sea normal, que su talla y peso correspondan a su edad y que esté tomando una variedad de alimentos, incluyendo derivados de soja, legumbres, cereales, frutos secos, semillas, frutas y verduras. Para niños con crecimiento más lento, que ya han sido destetados, hay que asegurarse de que la dieta proporciona la energía suficiente añadiendo aceites vegetales como el de oliva, o elegir la fórmula Farley´s soya, marca avalada por la Sociedad Vegana y producto adecuado por ser más rico en calorías que otras bebidas no animales y garantizar la ingesta adecuada de energía (N. del T.: en España, hay alguna marca como Ordesa que la proporciona), u otras de las fórmulas mencionadas anteriormente. Elegir variedades de leches no animales sin sabores especiales a vainilla, cacao o algarroba puede ayudar a evitar el desarrollo de hábitos o preferencias de bebidas dulces de los niños jóvenes.

Crecimiento de niños veganos

Si la dieta de un niño vegano contiene suficientes calorías, lo normal es que tenga un desarrollo y crecimiento adecuados, y de hecho los estudios realizados en niños veganos muestran que su ingesta de calorías está cerca de los niveles recomendados y son similares a los de los niños no vegetarianos.

Se ha comprobado que los niños veganos del Reino Unido y de Estados Unidos tienen un peso y una talla ligeramente menor que la media, pero su ritmo de crecimiento está dentro de la normalidad. Los niños necesitan mucha energía (en relación a su talla) y la dieta aparte de ser equilibrada, es muy importante que tenga una buena densidad de energía. Si se incluyen alimentos como aguacates, semillas, crema de frutos secos, legumbres, levadura nutricional y aceites vegetales, se pueden garantizar ambos objetivos: nutrientes y calorías. Las frutas desecadas son también una fuente concentrada de energía y son muy atractivas para los niños. Conviene acostumbrar a los niños desde muy pequeños a lavarse los dientes después de tomar fruta desecada y otros alimentos dulces para prevenir la caries dental.

Las dietas veganas bien planificadas según las recomendaciones nutricionales actuales pueden cubrir las necesidades nutritivas de bebés y niños veganos, darles un buen inicio en la vida y ayudarles a establecer buenos hábitos alimenticios. De igual manera, se recomienda la asesoría pediátrica y nutricional para mayor información.


Con información de UVE Unión Vegetariana Española