Quiero perdonar, pero no puedo

Quiero perdonar, pero no puedo
Quiero perdonar, pero no puedo

Quiero perdonar, pero no puedo. Estas tan atado a ese pasado de dolor, de rabia, de impotencia, de miedo que no puedes ver ni darte cuenta de que la única persona que está perdiendo eres tú. El perdón libera toda esa carga enérgica emocional retenida, que te impide avanzar hacia una vida prospera, llena de salud, bienestar, amor, armonía y paz. Una vida como la que tu quieres y mereces.

El perdón obra milagros. Perdonar no es fácil, en ocasiones puede resultar bastante difícil y saltan las preguntas ¿Cómo voy a perdonarlo, con el daño que me hizo? Si yo tengo razón ¿Cómo le perdono? Si lo perdono lo hará de nuevo. Y mientras haces estas reflexiones te sientes muy mal por estar atrapado en esa situación.

Perdonar no es ir hasta donde esta la persona y pedir perdón. Se trata de que tu te liberes de esa situación y sigas adelante sin ningún malestar emocional, la otra parte no tiene por qué enterarse. Cuanto más te cueste perdonar, ese es el termómetro para saber que es urgente ese perdón. Recuerda cual es el objetivo de tu vida, es ser feliz y cuando no personas esa felicidad está lejos.

Perdonar nos libera
Perdonar nos libera

Existen diversas técnicas para perdonar:

  1. Tómate un espacio y tiempo para pensar en esa persona que deseas perdonar, pero tienes resistencia ¿Cuáles son tus pensamientos? ¿Qué sientes?
  2. Toma tres respiraciones profundas tres veces, exhalando por la boca bien abierta; y dejas que vengan esas negaciones a perdonar y piensa está bien no querer perdonar.
  3. Respira profundamente tres veces, exhalando por la boca abierta. Ahora piensa en 5 beneficios que obtendrías perdonando a esa situación o persona.
  4. Haz una respiración profunda y visualiza una situación donde te veas como si ya hubieses perdonado. Toma conciencia de lo que sientes.
  5. Respira profundamente y vuelve a pensar en esa persona que deseas perdonar.
  6. Repite todo el ejercicio.
  7. Trae a tu mente a la persona y colócala frente a ti mirándole a los ojos. Ahora comienza a salir de tu pecho una luz rosada que llega a su corazón, formándose así un circulo de amor y perdón.

Continúa mirando sus ojos. Si ya le puedes perdonar, agradécele el estar allí. Dale un abrazo y siente placer de tu liberación.

Si por el contrario todavía existe resistencia, manifiéstaselo amorosamente y dile que lo intentaras nuevamente en unos días. Inténtalo de nuevo en una semana, lo más seguro es que este ejercicio te será de gran ayuda. Así que estas invitado a intentarlo. Atreve a experimentar y sentir el éxito de tu liberación y sé feliz.

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