Han pasado aproximadamente dos décadas desde que el cigarrillo electrónico fue presentado a la sociedad como la mejor alternativa posible para dejar de fumar. Si bien durante estos años, se han colocado sobre el radar todo tipo de “estudios” que afirman tal teoría, la realidad es que se trata de un tema bastante mediático, en el que cada lado de la historia parece crear datos en función a sus intereses. Por un lado, los fabricantes y distribuidores de estos elementos, quienes casi siempre, basándose en un informe publicado en el 2018 por el medio Public Health England, alegan ser hasta un 95% menos perjudiciales que el cigarro tradicional. Informe que, cabe destacar, fue desestimado poco tiempo después por el uso metodologías cuestionables.
Por otra parte, tenemos los alegatos de la comunidad médica y científica, que si bien, constantemente indican que aún carecen de datos suficientes para determinar las consecuencias de vapear a largo plazo; siempre han mantenido que, aunque una alternativa sea aparentemente “menos perjudicial”, no necesariamente significa que sea buena o no genere efectos negativos en la salud.
A este punto, afirmar sí es realmente mejor vapear que fumar una cajetilla de cigarrillos, es algo que ningún portal de salud debería hacer. No obstante, sí que se debe proporcionar información imparcial acerca de este producto, así como las ventajas o desventajas del vapeo en comparación al consumo regular de tabaco.
En este sentido, en esta oportunidad te contaremos todo lo que debes saber del vapeo, lo que se conoce desde el punto de vista medico, y de si es realmente o no, la mejor alternativa para dejar de fumar.
¿Qué es el vaping?
Conocido popularmente como vapeo o vapear, se podría definir como el acto de inhalar vapor. Para ello, se hace uso de distintos dispositivos, algunos de los más comunes son los vapeadores o cigarrillos electrónicos. Dichos dispositivos, cuentan con una batería que calienta un líquido hasta producir un aerosol de finas partículas, este líquido puede o no contener nicotina, así como otras sustancias.
Recordemos que la nicotina, es un compuesto químico sumamente adictivo presente en la planta del tabaco, responsable directo de una de las mayores amenazas para la salud pública a nivel mundial. De hecho, por más que la industria tabacalera, a través de los años ha tratado de idear mecanismos (entre ellos el cigarrillo electrónico) para hacer ver el consumo de nicóticos menos peligroso, la OMS se ha encargado de aclarar que ésta es igual de perjudicial bajo cualquier modalidad de consumo.
La industria del cigarrillo electrónico inició en China alrededor del año 2003, posteriormente se fue extendiendo a nivel mundial, tanto que se perfila como una de las industrias de mayor crecimiento en los próximos años. Actualmente, en Europa todos los productos relacionados con el vapeo está regulados por distintas normativas de seguridad, que en teoría aseguran que cumplan con altos estándares de calidad. Sin embargo, esto no ha menguado la creación de un mercado negro paralelo entorno a este producto.
Entonces, ¿Entre vapear o fumar tabaco existe realmente alguna diferencia?, ¿Es ésta en realidad la mejor alternativa para dejar el cigarro?, ¿Son mayores las ventajas o las desventajas del vapeo? Intentaremos resumirlo a continuación.
Lo que realmente debes saber sobre el vapeo
1. Los cigarrillos electrónicos contienen nicotina
Aunque es cierto que puede no contener, la realidad es que la gran mayoría de líquidos que se comercializan para el uso de cigarrillos electrónicos contiene ciertos niveles de nicotina. Estos pueden ser controlados a disposición del usuario, pero aunque sea bajo o alto, en realidad no se está prescindiendo completamente del químico.
2. Sustancias químicas posiblemente cancerígenas
Así como la nicotina (cuando tiene), mediante el vapeo también se aspira otro tipo de sustancias que pueden resultar potencialmente nocivas para la salud, o al menos así lo afirma la Organización Mundial de la Salud. Los principales activos de estos líquidos aspirados son el propilenglicol, la glicerina vegetal y los aromatizantes. Si bien, estos también son frecuentemente empleados por la industria alimenticia en la producción de alimentos, no se manejan datos consecuentes para afirmar que no generarán efectos negativos a largo plazo por aspiración
3. Vapeo como sustituto del tabaco
Es la consigna representativa de este tipo de productos, no obstante, muchos de los ensayos clínicos o estudios científicos que afirman tal teoría, son promovidos por la empresa privada (y detrás de ellos, la industria tabacalera). Ante esto, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), contundentemente declaró: “Es destacable el interés de algunos trabajos en demostrar que la toxicidad del cigarrillo electrónico y los dispositivos Heat not Burn es menor que el cigarrillo convencional, cuando lo que realmente debemos considerar es que el aparato respiratorio no esté expuesto, de forma gratuita, a ninguna sustancia nociva”.
Asimismo, SEPAR hace énfasis en que actualmente existen medios más seguros y eficaces para disminuir el consumo del tabaco, destacando los tratamientos con vareniclina o bupropion, en conjunto con asesoramiento psicológico pertinente.
4. Si genera efectos secundarios
Cuando hay cuestionamiento entre vapear o fumar, una de las principales preocupaciones son los posibles efectos secundarios. Como hemos mencionado, la antigüedad de los cigarrillos electrónicos no es suficiente como para proporcionar datos sobre efectos a largo plazo, pero en corto la cosa es diferente.
Las consecuencias de vapear pueden ser muy distintas entre una persona que se inicia en el uso de vapeadores sin haber consumido nunca en su vida tabaco y otra que viene de un consumo regular de cigarrillos por combustión. Los más conocidos o frecuentes, en menor o mayor escala son: sequedad en la boca, mareos, dolores de cabeza, tos seca, dolor de garganta o de pecho.
5. Una problemática de salud que se extiende entre los más jóvenes
El vapeo ha pasado de ser una nueva moda a convertirse en un “estilo de vida” principalmente en adolescentes y adultos jóvenes. Esto resulta altamente preocupante, pues ha dado pie a la normalización del consumo de sustancias que aunque menos tóxicas, no aportan ningún beneficio a la salud. De hecho, de acuerdo a diversas estadísticas, es más probable que un adolescente se inicie en el consumo de tabaco luego de experimentar el vaping, a que un fumador regular deje el tabaco y se incline por usar definitivamente cigarrillos electrónicos.
Actualmente en España, según estadísticas los mayores consumidores de este producto son jóvenes entre 14 y 21 años de edad. Considerando que es precisamente durante este período cuando el desarrollo del cerebro, del corazón, los pulmones y vasos sanguíneos puede verse más afectados por el consumo de sustancias adictivas, podríamos enfrentar a futuro severos problemas de salud pública.
En este sentido, entre vapear o fumar, ¿Qué es mejor para la salud? Aunque efectivamente, no podría haber nada más perjudicial o superar la tasa de mortalidad generada por el tabaquismo que el consumo prolongado de cigarrillos por combustión, el vapeo tampoco debe ser promulgado como la mejor solución. Si realmente se desea dejar de fumar, como promotores del cuidado de la salud siempre recomendaremos el acompañamiento médico y psicológico para un tratamiento oportuno de desintoxicación y manejo de adicciones.
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