No sentirse identificado con el género biológicamente determinado, es una manifestación que para muchos, aun en los tiempos de tan fácil acceso a la información que se viven, sigue resultando incomprensible. No obstante, esto no ha impedido que cada día sean más las personas se animen a manifestar y defender su realidad.
La disforia de género, poco a poco ha dejado de considerarse un tabú dentro de la familia y a diferencia de hace algunos años, en la actualidad es mucho más común que se aborde abiertamente esta temática incluso desde muy temprana edad. Todo esto, además de representar una especie de liberación para quién lo vive, también ha contribuido a que los procedimientos de reasignacion sexual sean cada día más demandados y aceptados por la sociedad.
Aún así, lejos de lo que muchos piensan, una cirugía de reasignación de género, también conocida como cirugía de cambio de sexo, abarca una serie de procedimientos van más allá de una simple modificación del área genital. De hecho, la gran realidad es que implica un proceso reconstructivo bastante extenso tanto a nivel físico como psicológico. En tal sentido, en esta oportunidad, además de contarte en qué consisten algunas de éstas cirugías, también nos enfocaremos en explicarte cómo la evolución de la cirugía plástica a contribuido a lograr procedimientos más seguros y con mejores resultados.
La evolución de la cirugía plástica en función a la reasignación de género
Si bien desde que el mundo es mundo hemos convivido con personas transgénero, no es un secreto que durante muchísimos años éstas fueron consideradas una ‘depravación’ absolutamente rechazada por la sociedad. Sería incluso imposible conocer la cantidad de personas que bajo esta realidad, nunca pudieron vivir su vida acorde al género con el cuál se sentían identificados.
Por otro lado, aquellas que sí se atrevieron a tomar postura y defender su condición cómo un problema biológico y no un simple capricho, aún con los recursos y el apoyo médico de su lado, en algunos casos tuvieron que actuar de cobayas en procedimientos experimentales que al final no dejaban los mejores resultados. O también, en el mejor de los casos, debían conformarse con procedimientos basados en el cambio de la apariencia física que no necesariamente cumplían con las expectativas del género que deseaban asumir.
Lo cierto es que, desde éstos acontecimientos a la fecha mucha agua ha corrido. La evolución en los procedimientos quirúrgicos mediante la aplicación de nuevas tecnologías, la aceptación de la condición biológica de las personas trans y el apoyo recibido por parte del área de la salud mental, han contribuido a que las cirugías de reasignación de género sean actualmente, una alternativa a la que más personas puedan acceder fácilmente sí ese es su deseo.
Hoy en día, estos procedimientos están diseñados no sólo para modificar estéticamente la apariencia de una persona, sino también a nivel funcional y emocional. Desde el punto de vista médico, pueden ser quirúrgicos o no, y tienen como único objetivo obtener la mayor similitud posible a las características físicas y biológicas del género que el paciente demanda.
¿Cuáles son las cirugías de reasignación de género?
Lo primero que debemos saber es que una cirugía de reasignación de género no se trata de una intervención en específico, sino que involucra una serie de procedimientos que se ejecutan a lo largo de un período de tiempo. Aunque es común asociar este termino a la modificación del área genital, éste es quizás el último paso que se toma a la hora de optar por el cambio de sexo.
Antes de esto, primeramente el paciente debe iniciar su transición por medio de tratamientos hormonales y recurrir a lo que se les denomina como cirugías masculinizantes o feminizantes clásicas, según sea el caso. Aquí nos centramos en la modificación del aspecto físico por medio de cirugías faciales y/o corporales, entre ellas: la mastopexia o eliminación de mamas y mastectomía, lipotransferencia o lipoescultura, procedimientos de modificación facial (rinoplastia, mentoplastia, bichectomía, tratamientos láser).
A este punto, casi todos estos procedimientos podrían considerarse reversibles e incluso comenzar desde una edad temprana, por ello lo más común es que durante éstos, el paciente pase por un proceso de evaluación médica y psicológica, además otro de carácter legal para continuar con su transición definitiva. Una vez tomada la decisión y dependiendo del género que desee adoptar, el paciente pasa a someterse a una serie de cirugías que te resumimos a continuación:
– Cambio de sexo de varón a mujer
- Orquiectomía: que consiste en la extirpación quirúrgica de los testículos.
- Vaginoplastia: que parte de la extirpación quirúrgica del pene, para la posterior creación de la cavidad vaginal reutilizando el tejido o parte del colon.
- Clitoroplastia: creación quirúrgica del clítoris, tanto en la apariencia estética como funcional.
- Labioplastia: creación y diseño de los labios vaginales.
– Cambio de sexo de mujer a varón
- Histerectomía: una cirugía genital que consiste en la extirpación del útero y el cuello uterino.
- Salpingooforectomía: además de las dos alternativas anteriores, también se procede a extirpar ambos ovarios y trompas de falopio.
- Vaginectomía: extirpación total o parcial de la vagina.
- Faloplastia: técnica quirúrgica que permite la creación de un pene funcional, utilizando tejidos de otras partes del cuerpo (piel o grasa), pero también puede realizarse por medio de prótesis específicas.
- Escrotoplastia: creación quirúrgica del escroto.
Como ves, una cirugía de reasignación de género no es algo que tomar a la ligera, ni tampoco ocurre de la noche a la mañana. Por la gran cantidad de procedimientos que involucra, además del agregado psicoemocional y conductual, se requiere de una preparación bastante extensa que puede durar años. Por otro lado, el factor económico, los riesgos y posibles complicaciones, el proceso de recuperación y adaptación, todos estos son factores que se debe evaluar muy delicadamente al momento de iniciar un proceso de transición para un cambio de sexo. Aún así, los beneficios que aporta en cuanto a calidad de vida de las personas trans, es un punto clave que indiscutiblemente puede hacer que todo esfuerzo valga la pena.
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