La sepsis es una infección mortal que ataca el torrente sanguíneo que sin tratamiento oportuno, como mencionamos puede llegar a ser fatal. Anualmente, son miles de personas las que mueren gracias a la sepsis, y esto es porque no se hacen las pruebas necesarias para prevenir un flagelo que va en aumento.
¿Qué es la sepsis y por qué es tan mortal?
La sepsis, también conocida como septicemia es una afección médica que es causada por la liberación de sustancias químicas a través del torrente sanguíneo, que luchan contra una infección. Con una complicación de este tipo, el sistema inmune entra en alerta y emite una respuesta inflamatoria. La inflamación es solo un síntoma de los cambios corporales que pueden dañar múltiples órganos.
Etapas o ciclos de la sepsis
Los médicos consideran que la sepsis tiene tres etapas o ciclos. La primera es leve, para posteriormente elevarse a grave y finalmente desencadenar un shock séptico (insuficiencia circulatoria aguda). El objetivo principal de los especialistas es evitar que llegue a cualquiera de estas etapas; ya que representa un riesgo para la vida del paciente.
Por este motivo, a continuación describimos las diferentes etapas y la sintomatología de cada una:
- Primera etapa: no es tan grave y entre los síntomas podemos destacar la fiebre y aumento del ritmo cardíaco.
- Segunda etapa: mucho más severa, aparece la dificultad para respirar y posible mal funcionamiento de órganos.
- Tercera etapa: es la etapa más grave de todas, ya que aparece el shock séptico. Todos los síntomas de la sepsis están presentes, junto con la presión arterial baja y potencialmente mortal.
¿Cómo es diagnóstica la sepsis?
Puede ser diagnosticada a través de los siguientes síntomas:
- Frecuencia cardíaca de más de 90 latidos por minuto.
- Presencia de infección.
- Frecuencia respiratoria de más de 20 respiraciones por minuto.
El diagnóstico de la sepsis requiere por lo menos dos de los síntomas mencionados para poder afirmar que existe este tipo de infección en el torrente sanguíneo. Si se realiza una prueba hematológica, y se sospecha de la presencia; el cultivo mostrará si existe un agente infeccioso o no.
Esta infección finalmente, puede ser el resultado de algo tan simple como un rasguño en la rodilla, codo o cualquier parte del cuerpo, como también puede estar relacionado con condiciones médicas graves como la meningitis y infecciones urinarias.