Desde el punto de vista nutricional surge una interrogante ¿para qué sirven los ácidos grasos de omega-3? Según el Reglamento Europeo 432/2012 algunos ácidos grasos ayudan a mantener y regular la función cardíaca. Entre estos estarían el EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico).
El DHA ayuda con el mantenimiento de la función cerebral así como también tiene efectos positivos para la visión. Este último se logra por su efecto sobre los fotorreceptores y otros componentes del ojo. Ninguna información positiva sobre los efectos de los omega-3 ha surgido sobre la función cognitiva o el estado de ánimo de las personas. La responsabilidad para dicha información está en manos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.
Conocidos los efectos concretos de los ácidos grasos de omega-3 en la salud humana nos hacemos una pregunta ¿Dónde podemos encontrarlos? En primer lugar podemos obtenerlos a través de la dieta normal. La principal fuente natural es el pescado como: la trucha, los salmonetes, el besugo, las sardinas, las anchoas, el atún, el bonito, el rodaballo, etc. También se puede encontrar en nueces, brócoli, cardo, aceite de linaza, de canola, etc.
En segundo lugar podemos recurrir a la cantidad de suplementos enriquecidos en omega-3 que inundan los negocios comerciales como: parafarmacias, herboristerías o tiendas de productos dietéticos.
Ácidos grasos de omega-3. La mejor opción
La mejor opción evidentemente es la primera y hay tres razones para eso, veamos cuales son. La primera razón es nutricional. Del pescado, los aceites o las nueces no sólo nos aporta omega-3 también otros nutrientes de gran calidad. La segunda razón es por el lado económico.
Estos suplementos alimenticios ricos en ácidos grasos omega-3 son muy caros. Comparen este detalle: en una rodaja de salmón existe el mismo omega-3 que en 81 comprimidos de algún suplemento muy conocido.
Con relación a la última razón está el sentido común y es que no necesitamos suplementarnos en omega-3. La cantidad recomendada de EPA y de DHA para una salud normal es de 200-250 mg/día.
