Buenas hormonas, malas hormonas. Una batalla

Las buenas hormonas son secretadas por la hipófisis
Las buenas hormonas son secretadas por la hipófisis

Las buenas hormonas y las malas hormonas, es como la vieja historia de buenos contra malos que se repite en el empleo de las hormonas. Tanto para fines deportivos como de salud, pues unas sirven, otras no.

Entre las buenas hormonas tenemos la hormona del crecimiento o progesterona (HC) tiene poderes regeneradores de músculo y fuerza y es capaz de revertir los signos del envejecimiento. Las hormonas malas o dañinas están los proscritos anabólicos, penalizados por las autoridades deportivas por contar con desenlaces fatales.

Los anabólicos siguen siendo una funesta moda en los gimnasios, y son apreciados por modelar la carrera exitosa de figuras estelares del deporte y del espectáculo. Algunas de ellas son reconocidas como prototipos del atleta hecho de anabólicos por su mandíbula prognata y frente abombada.

Y es que los anabólicos también deforman, además de corroer los órganos internos. No son precisamente hormonas secretadas por las glándulas suprarrenales. Es decir, no son sustancias con las que tengamos contacto previo, de ahí su toxicidad.

Batalla entre las buenas hormonas y las malas hormonas como los anabolicos
Batalla entre las buenas hormonas y las malas hormonas como los anabolicos
Desencadenando los siguientes trastornos:

Exceso de flujo sanguíneo y la subsecuente hipertensión.

Riesgo de rompimiento vascular en cerebro y corazón.

Insuficiencias graves como la hepática y renal.

Pérdida de concentración y la memoria.

Los anabólicos someten al organismo a una recomposición total al estilo Frankenstein. Se les detecta con facilidad en la orina, lanzando a los atletas al fracaso y al desprestigio de por vida.

Buenas hormonas, malas hormonas, y todas las vitaminas

La alimentación balanceada consiste en un 60 por ciento de proteínas, 20 por ciento de grasas, más otro tanto de carbohidratos. Si mantienes esta proporción, previenes procesos crónicos regenerativos, excepto si tienes una disposición hereditaria.

Debes combinar el ejercicio físico. Cuentan mucho las vitaminas A, C, D y E, con efecto antioxidante por evitar la fijación de oxígeno en las células que las deteriora. Estas vitaminas existen en buena cantidad de frutas y hortalizas muy coloridas. También se recomienda una baja ingestión de azúcar industrial, porque su metabolismo merma minerales.

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