Castidad… ¿Un hombre casto o virgen?

Castidad
Castidad, en el hombre

La castidad ofrece más recompensas en la cama que la promiscuidad. No es necesario que seas virgen para ser casto. Mientras que la virginidad sí se refiere literalmente a alguien que nunca ha tenido relaciones sexuales; la castidad más bien se refiere  a una conducta sexual sensata para evitar un acto compulsivo, a que seas selectivo y no promiscuo.

Para que quede más claro, la virginidad es lo que tienes antes de ser una de las dos cosas: promiscuo o casto. En ese sentido, un hombre casto puede significar simple y sencillamente moderación. El ser casto implica el propio conocimiento de la persona, se trata del autocontrol y del autoconocimiento de las características que nos hacen personas.

Castidad: ¿Cuál es una de las principales ventajas?

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La castidad te aleja de la promiscuidad

Mucho mejor sexo. Como hombres de lo único que se tienen que preocupar, en lo que se refiere a sexo en serie, es de enfermedades de transmisión sexual y del aburrimiento. ¿O crees que sólo los casados se pueden aburrir del sexo? De ninguna manera. También los promiscuos se aburren de tanto sexo monótono.

Pero ¿Cómo evitar caer en este tedio? Cuanta más importancia y valor le des a una actividad, mayores recompensas te ofrece. Cuando te vas a la cama con alguien con quién sí te casarías, no solamente tú mejoras sexualmente, ambos lo hacen. Se multiplican nuestras capacidades en todo sentido, como relacionarnos con los demás.

Las relaciones sexuales son maravillosas, son una experiencia placentera, pero hay que saber vivirla. Los medios de comunicación, casi siempre nos hacen creer la farsa de que vivir la castidad es imposible, dejada solo para las monjas y el clero y no es así. Como se mencionó, la castidad es simple autocontrol, evitar la promiscuidad. No es en absoluto, abandonar las relaciones sexuales.

¿Cómo vivir en la castidad? No es fácil deshacerse de una practica de varios años, se debe dar un paso a la vez, reducir los encuentros sexuales con muchas personas, y sustituirlo por encuentros agradables, fijarse un periodo de castidad de una semana, en fin, buscar y desarrollar las propias alternativas.