Desde que despertamos hasta que cerramos nuestros ojos, las emociones dibujan el lienzo de nuestra vida diaria. A veces con colores vibrantes y alegres, en otras, con tonalidades más tenues y melancólicas. Muchas veces, principalmente cuando estamos en los momentos más difíciles nos sentimos contrariados porque no podemos controlar sentirnos mal. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es fortalecer y nutrir nuestra mente para aprender a sobrellevar el día a día de la mejor manera.
A esto le conocemos como el cuidado emocional, y es de destacar que no se trata de solo un concepto de moda en el mundo del bienestar, sino que debería ser tratado como un componente crucial de nuestra salud en general. Según el concepto de “salud” descrito por la Organización Mundial de la Salud, es “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Por lo tanto, mantener un equilibrio emocional no solo nos ayuda a sentirnos bien, también contribuye a nuestra salud general.
En la vorágine de la vida moderna, entre el trabajo, la familia y las obligaciones sociales, la mayoría dejamos de lado nuestro cuidado emocional. No obstante esto no debería ser así, y mucho menos en esta era donde la información está al alcance de todos. Hoy contamos con un amplio abanico de recursos accesibles que pueden ayudarnos a mantener y mejorar nuestro bienestar emocional. Un claro ejemplo de ello, son los talleres online para mejorar tu bienestar emocional que son, una excelente opción para aprender y aplicar estrategias de autocuidado, sin necesidad de casa, pero también hay otras técnicas más que nos permitirán disfrutar de una vida más plena.
Precisamente por ello, hemos preparado este artículo para explorar distintas opciones para cuidar de nuestras emociones. Desde la meditación hasta la terapia, pasando por la actividad física y la nutrición, cada camino tiene algo valioso que ofrecer. No importa tu punto de partida, solo recuerda: nuestro bienestar emocional merece totalmente la pena. ¡Vamos a descubrir juntos cómo cultivarlo!
La importancia del autocuidado emocional
Para todos está claro que vivimos en un mundo hiper acelerado, eso hace que nuestro estado emocional se vea afectad fácilmente por las presiones y desafíos de la vida cotidiana. A esto le añadimos que, con frecuencia, nos olvidamos de prestar la debida atención a las emociones.
De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de California en Berkeley, descuidar nuestras necesidades emocionales puede llevar a una variedad de problemas de salud física y mental, como estrés crónico, problemas del corazón, ansiedad y depresión. Allí es donde empezamos a entender la importancia del el autocuidado emocional, ya que es la principal arma que tenemos para enfrentar los retos cotidianos de una manera más saludable, mejorar nuestra autoestima y fortalecer nuestra resiliencia.
Por otro lado, el saber cultivar un sano autocuidado, también tendrá un efecto positivo en nuestras relaciones. Nos permitirá ser más conscientes de las emociones y, por ende, comprender mejor a los demás. De esa manera, ser fortalece también la empatía, el respeto y la comprensión mutua. Así pues, cuidar de las emociones es cuidar de nuestra vida en todos sus aspectos. Es una la mejor inversión de tiempo que podemos hacer para asegurarnos el bienestar en su máxima expresión.
Estrategias para mejorar el cuidado emocional
Ahora bien, para empezar a trabajar en el el cuidado emocional es importante implementar estrategias recomendadas por un especialista. Sin embargo, hay algunas acciones que podemos llevar a cabo por nuestra propia cuenta para ayudar a mantener un equilibrio emocional. Eso sí, debemos tener claros que no se trata de un proceso rápido ni fácil, pero con paciencia y constancia, se pueden lograr resultados notables.
El Centro de Investigación en Salud Mental de la Universidad de Columbia recomienda varias estrategias para mejorar la salud emocional. Aunque cada persona es diferente y lo que funciona para una puede no funcionar para otra, estas son tácticas generales que pueden adaptarse a nuestras necesidades y circunstancias individuales.
En base a lo recomendado por esta prestigiosa institución educativa, hemos reunido varias estrategias que podemos implementar para mejorar nuestro cuidado emocional:
1. Meditación y mindfulness
La meditación y mindfulness, o atención plena, son prácticas que han demostrado ser efectivas para mejorar nuestra salud emocional. Según un estudio del Journal of Behavioral Medicine, estas estrategias puede reducir los niveles de estrés y ansiedad, mejorar la concentración y promover la calma. La atención plena nos ayuda a estar presentes y a reconocer nuestras emociones sin juzgarlas.
Incorporar la meditación en nuestra rutina diaria puede ser sencillo. Solo necesitamos dedicar unos minutos al día a centrarnos en nuestra respiración y a observar nuestros pensamientos y emociones sin tratar de cambiarlos. Existen múltiples aplicaciones y guías online que pueden ayudarnos a comenzar con estas prácticas.
2. Actividad física regular
En repetidas ocasiones hemos hablado de esto, la actividad física es una de las prácticas más saludables que existen, tanto a nivel físico, como en nuestra salud emocional. El Centro de Control de Enfermedades y Prevención (CDC) señala que el ejercicio puede reducir los síntomas de depresión y ansiedad, mejorar nuestro humor y aumentar nuestro autoestima.
Es importante señalar que no hace falta convertirse en un atleta profesional. Simplemente debemos buscar actividades que disfrutemos y nos hagan sentir bien. Puede ser caminar, correr, bailar, hacer yoga o cualquier otra actividad que implique movimiento. Lo importante es hacer de la actividad física una parte regular de nuestro estilo de vida.
3. Alimentación equilibrada
Alimentarnos correctamente siempre será positivo en nuestra salud, y claro que también incluye en el cuidado emocional. Según la Harvard Medical School, una dieta saludable y equilibrada puede ayudarnos a mejorar el estado de ánimo y energía. Un buen equilibrio de frutas, verduras, proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos tendrá un impacto positivo en nuestra salud emocional.
Para implementar esta estrategia, podemos comenzar por hacer pequeños cambios en nuestra dieta diaria. Por ejemplo, podríamos intentar incorporar más verduras en nuestras comidas, reducir el consumo de alimentos procesados y beber más agua. También puede ser útil buscar el asesoramiento de un nutricionista.
4. Expresión emocional
Expresar lo que sentimos también es una muy buena estrategia para cuidar nuestra salud emocional. Mucha gente está mal acostumbrada a reprimir lo que sienten, sin embargo, esto puede ser el causante principal de estrés y agotamiento emocional. Por el contrario, expresar lo que sentimos nos permite liberar tensiones y encontrar soluciones a nuestros problemas.
Podemos expresarnos de diferentes maneras; bien sea hablando con un amigo de confianza, escribiendo en un diario, realizando actividades creativas como la pintura o la música, y por supuesto, buscando la ayuda de un profesional de la salud mental. Lo importante es encontrar una vía de expresión que se adapte a nosotros y nos haga sentir cómodos.
5. Apoyo social
Por último, también podemos optar por buscar apoyo social, de hecho es una de las estrategias más efectivas de todas. Según la web Mayo Clinic, es recomendable encontrar una red de apoyo que nos pueda ayudar a manejar el estrés, superar desafíos y sentirnos más comprendidos y menos solos.
Para desarrollar una red de apoyo, podemos mantenernos en contacto con amigos y familiares, participar en actividades comunitarias o grupos de interés, o buscar el apoyo de un grupo de ayuda o un terapeuta. También es importante recordar que dar apoyo a otros también puede ser beneficioso para nuestra propia salud emocional.
Estas son solo algunas de las estrategias de cuidado emocional que podemos poner en práctica para cuidar nuestra salud emocional. Pero recordemos, cada persona es un mundo único y lo que funciona para unos puede no funcionar para otros. Así que, no tengamos miedo de probar diferentes técnicas y encontrar la que mejor se adapte a nosotros. Y recordemos, siempre está bien buscar ayuda profesional si sentimos que la necesitamos. Nunca olvidemos que nuestro bienestar emocional es una prioridad.
