Todo lo que debes saber sobre los diferentes tipos de estufas de laboratorio

tipos de estufas de laboratorio

La investigación científica y el análisis de muestras humanas, son actividades cruciales para la humanidad porque ayuda a expandir el conocimiento y comprensión del mundo en el que vivimos. En el área sanitaria, son prácticas que por décadas ha contribuido al desarrollo de medicamentos y tratamientos médicos que han mejorado la salud y la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. Gracias a éstas ha sido posible la erradicación de enfermedades como la viruela, y se ha podido hacer frente a otras como el cáncer, el VIH/SIDA, y más recientemente el coronavirus.

Para que esto fuera posible, se debieron alienar una serie de herramientas, conocimientos y capital humano, en un espacio controlado que todos conocemos con laboratorio. Y dentro de este, las estufas son un componente esencial para muchos experimentos clínicos y procesos de investigación.

En este artículo, te presentaremos una guía completa sobre los diferentes tipos de estufas de laboratorio. Conoceremos su funcionamiento, características y usos específicos de cada uno, para finalizar con los beneficios que aportan al área de investigación científica y clínica.

¿Qué es una estufa de laboratorio?

Una estufa de laboratorio es un equipo diseñado para calentar, secar o esterilizar materiales en un ambiente controlado. Se utilizan en una amplia variedad de disciplinas científicas, incluyendo la química, la biología, la física y la ingeniería. Estas estufas pueden ser eléctricas o de gas, y se ajustan para alcanzar y mantener una temperatura específica en su interior.

Son especialmente importantes dentro de la investigación científica y clínica, pues facilitan el desarrollo de experimentos precisos en un ambiente estable y controlado.

En la química por ejemplo, las estufas de laboratorio se utilizan para secar y purificar muestras, así como para determinar la composición química de una muestra. En biología por su parte, su uso es imprescindible para cultivar bacterias y otros microorganismos en un ambiente cálido y estéril. Mientras que en física e ingeniería, son empleadas para estudiar las propiedades térmicas y la resistencia de los materiales.

En páginas como https://www.galileoequipos.com/es/podemos observar que existen varios tipos de estufas de laboratorio. Cada una tiene características y usos específicos, por lo que podríamos clasificarlas en:

  • Estufas de convección
  • Estufas de vacío
  • Estufas de incubación
  • Estufas de secado
  • Estufas de combustión
  • Estufas de microondas

Tipos de estufas de laboratorio

Las estufas de laboratorio son una herramienta esencial para los científicos, ya que les permiten controlar y mantener una temperatura estable y controlada en sus experimentos, ayudando a garantizar la precisión y fiabilidad de sus resultados.

A continuación, te presentamos una guía completa sobre los diferentes tipos de estufas de laboratorio y su funcionamiento.

estufas de laboratorio
Las estufas de laboratorio son herramientas esenciales en la investigación científica debido a su capacidad para proporcionar una fuente controlada y constante de calor.

– Estufas de convección

Es un tipo de estufa que utiliza la circulación de aire caliente para calentar los materiales dentro de ella, favoreciendo una distribución uniforme del calor en todo el espacio interior de la estufa.

Su usos dentro de laboratorios son diversos. En química es común que se empleen para deshidratar muestras, así como para realizar experimentos de cristalización y destilación. En el área de biología, también se utilizan para cultivar bacterias y otros microorganismos.

Dentro de los beneficios de las estufas de convección destaca la precisión, la fiabilidad y la eficiencia. La circulación de aire caliente dentro de la estufa permite una distribución uniforme del calor, garantizando un calor uniforme. Además son muy precisas en la regulación de la temperatura, algo sumamente importante en experimentos que requieren que esta sea constante y controlada.

– Estufas de vacío

Este tipo de estufa opera a bajas presiones para evitar que los materiales dentro de la estufa se dañen o se contaminen. Para ello, se crea una especia de vacío dentro de la cámara de calentamiento que calienta las muestras en un ambiente de baja presión.

Se utilizan comúnmente en la química para eliminar solventes de materiales sensibles al aire y para la eliminación de humedad. Mientras en el área de biología, son usuales para la deshidratación de muestras y la esterilización de materiales sensibles al calor.

Las estufas de vacío son particularmente beneficiosas para la preservación de muestras y la prevención de la contaminación. La baja presión dentro de la estufa evita la oxidación y la degradación de los materiales dentro de la cámara de calentamiento. Además, la baja presión elimina la posibilidad de contaminación externa, lo que es importante en los experimentos que requieren condiciones estériles.

– Estufas de incubación

Llegamos al tipo de estufa de laboratorio que se utiliza para mantener una temperatura constante y controlada, similar a la temperatura del cuerpo humano. Es una herramienta que también puede ser ajustada para controlar la humedad y la concentración de gases en su interior, con la finalidad de imitar las condiciones de crecimiento de organismos vivos.

En biología son el equipo idóneo para cultivar células y tejidos, para la incubación de huevos y para el crecimiento de microorganismos. También comparte utilidad en la medicina para la incubación de cultivos bacterianos para la detección de patógenos, y en la industria alimentaria para el crecimiento de levaduras o bacterias en la producción de alimentos fermentados.

Son herramientas precisas, fiables y versátiles, cuya capacidad de controlar la temperatura, humedad y concentración de gases, permite una regulación precisa y constante del ambiente de cultivo.

– Estufas de secado

Como su nombre lo indica su finalidad es el secado, y se utilizan para eliminar la humedad de las muestras o materiales. En este tipo de estufa, el material se coloca en una cámara de calentamiento y se somete a una temperatura elevada para eliminar la humedad.

Su utilización es similar a la de las estufas de vacío, secar y deshidratar muestras, así como para la eliminación de disolventes. También tienen importante presencia en la industria alimentaria para la deshidratación de alimentos y la preparación de muestras para el análisis.

Uno de sus mayores beneficios es la rapidez y garantía con la que realiza los procesos de eliminación de la humedad, que asegura la integridad de las muestras y disminuye los riesgos de interferencia en los análisis.

– Estufas de combustión

La característica principal de esta estufa es que recurre a la combustión de gases para producir una fuente de calor. Básicamente su funcionamiento parte de la quema gas combustible como el propano o el butano, para generar una llama caliente los materiales dentro de la cámara de calentamiento.

En química se usan para realizar reacciones de combustión y para la destilación. Mientras que en campos como la geología, es habitual su uso para el análisis de muestras de rocas; en la industria alimentaria por otro lado, son especialmente útiles para la esterilización de equipos de cocina y utensilios.

Son capaces de generar temperaturas muy altas en poco tiempo, por lo que calientan muy rápido los materiales. Sin embargo, también hay algunos riesgos asociados con las estufas de combustión, como es el casi de emisión de gases tóxicos y el riesgo de incendio.

– Estufas de microondas

Una estufa de microondas utiliza la energía ondas electromagnéticas para calentar y secar muestras. Esta energía se concentra en la muestra, provocando la vibración de las moléculas de agua dentro de ella y le genera calor.

Tienen un uso muy habitual para acelerar reacciones químicas, para la síntesis de compuestos orgánicos y para la eliminación de disolventes. También se utilizan en la biología para la preparación de muestras para análisis y en la geología para la eliminación de impurezas.

Son muy rápidas en el calentamiento de las muestras, lo que permite una mayor eficiencia en el laboratorio. También son muy eficientes en el consumo de energía, por lo que son uno de los tipos de estufas de laboratorio que más reduce los costos de operación.

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