Cateterismo: qué es, cómo se realiza y para qué sirve

cateterismo procedimiento

Todos alguna vez hemos escuchado hablar del cateterismo como intervención médica. Sin embargo, haber sabido de oídas sobre este proceso y conocerlo son cosas muy diferentes, por lo que en este artículo queremos ofrecer la información más relevante sobre él. ¿Quién sabe cuándo tendremos que someternos a uno? Por si acaso, siempre es más conveniente saber a qué nos exponemos. 

Aunque el término cateterismo es el más extendido para referirse a la prueba, los tecnicismo médicos con los que se denomina realmente son arteriografía o angiografía, lo que vendría a significar algo así como escritura o dibujo de la arteria. Para ello, el médico introducirá un líquido (conocido como contraste) en nuestras arterias y a través de una radiografía podrá observar nuestro esquema arterial a la perfección. ¿Por qué entonces el nombre de cateterismo? Pues porque el mencionado líquido del contraste se inyecta en las arterias a través de un fino tubo que viaja internamente y al que se conoce como catéter. 

Actualmente, este procedimiento se tiene como el más eficiente para el estudio de las dolencias arteriales gracias al nivel de detalle que se puede obtener con el contraste. Y es que su función no se limita únicamente al diagnóstico o la prevención, sino que puede ser usado igualmente para la inyección de medicamentos que necesariamente deban actuar sobre zonas concretas del cuerpo. Es el caso, por ejemplo, de la terapia contra cánceres y tumores, que en ocasiones necesita de la aplicación de un fármaco en zonas muy localizadas. 

¿Es molesto el cateterismo?

Una de las reticencias de muchos pacientes a la hora de ser intervenidos con esta prueba es la duda de si les provocará dolores un tubo de plástico hurgando en un espacio tan delicado como el de una arteria. Sin embargo, la respuesta es que no, el cateterismo no provoca ni molestias ni dolores mientras el médico maneja el catéter en el interior del cuerpo hasta llegar a la zona que desea. Quizá, dependiendo de nuestra sensibilidad, la punción en la ingle, la muñeca o el codo (según el lugar de entrada) puedan causarnos algún dolor, aunque será muy leve tanto en la introducción como en la extracción. Igualmente, la liberación del contraste en el interior de la arteria suele provocar una sensación de calor, aunque es muy pasajera y ni siquiera llega a ser molesta.

En resumidas cuentas, aunque a priori puede resultar una intervención muy invasiva, es menos dolorosa y molesta que algunas actuaciones tan sencilla y comunes como una inyección de Urbason. Su molestia casi inexistente frente a las bondades que ofrece la convierten en una prueba muy eficiente para diagnosticar y tratar dolencias que pueden ser muy peligrosas a la larga. 

¿Tiene efectos secundarios?

Cuando nos referimos a operaciones o intervenciones en el propio cuerpo, más que de efectos secundarios hablamos de riesgos y complicaciones que pueden derivar de su práctica. Pero, al fin y al cabo, casi todo lo que la medicina idea para curar puede tener sus consecuencias negativas en casos peculiares. En efecto, el cateterismo no queda exento, aunque se considera uno de los procedimientos más seguros de los que se practican en la actualidad. 

Como ocurre con las vacunas, la punción en la zona determinada genera normalmente pequeños hematomas que pueden causarnos alguna molestia (más bien leve) durante un plazo muy breve de tiempo. Quizá un día o dos. Rara vez el hematoma deriva en trombo o embolia. Del mismo modo, el contraste puede provocar reacciones alérgicas al yodo, aunque para evitarlo, previamente nos habrán realizado una serie de pruebas y consultas en las que habremos debido decir todo lo que nos afecta. Ser totalmente sinceros con el médico es fundamental.

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