Cómo la alimentación puede influir en la prevención y el tratamiento del cáncer de mama

dieta y tratamiento del cáncer de mama

El cáncer de mama es una de las enfermedades más comunes y devastadoras, afectando a millones de mujeres en todo el mundo cada año. A pesar de los avances significativos en los tratamientos, la prevención sigue siendo un componente crucial en la lucha contra esta enfermedad. En este contexto, la dieta y el estilo de vida han emergido como factores clave que pueden influir tanto en el riesgo de desarrollar cáncer de mama como en los resultados durante y después del tratamiento.

Numerosas investigaciones han evidenciado la importancia de la alimentación en el cáncer de mama, señalando que ciertos patrones dietéticos y componentes específicos de los alimentos pueden tener un impacto protector o, por el contrario, contribuir al riesgo de desarrollar esta enfermedad. Por ejemplo, dietas ricas en frutas, verduras y fibra se han asociado con un riesgo reducido de cáncer de mama, mientras que las dietas altas en grasas de mala calidad y azúcares añadidos han mostrado una correlación con un aumento en el riesgo(1). Además la obesidad es el primer factor de riesgo ambiental, principalmente en mujeres postmenopáusicas. Y la obesidad se asocia a una mala dieta y sedentarismo.

Además, para las mujeres que están atravesando el tratamiento del cáncer de mama, mantener una nutrición adecuada se vuelve aún más crucial. La nutrición oncológica nos ha permitido una adaptación correcta de la dieta, no solo puede ayudar a manejar los efectos secundarios del tratamiento, sino también a mejorar la calidad de vida y a fortalecer el cuerpo para una recuperación más efectiva.

En este artículo, exploramos cómo la dieta puede jugar un papel fundamental en la prevención y el tratamiento del cáncer de mama, basándonos en la evidencia científica más actualizada y destacando los componentes dietéticos específicos que merecen atención especial. Abordaremos también la importancia de adoptar un enfoque integral que incluya un estilo de vida activo y un soporte nutricional adecuado, con el objetivo de empoderar a las mujeres para tomar decisiones informadas sobre su salud.

Dieta y prevención del cáncer de mama

El papel de la dieta en la prevención del cáncer de mama ha sido objeto de numerosos estudios e investigaciones a lo largo de los años. Los resultados sugieren que adoptar ciertos hábitos alimentarios puede contribuir significativamente a reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.

La dieta mediterránea es el patrón dietético mas adecuado a seguir para prevenir el cáncer de mama. En su base se encuentran alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, legumbres, granos integrales; y en ella no tienen cabida los alimentos ultraprocesados.

Frutas y verduras

Las frutas y verduras son ricas en antioxidantes, fibra y una variedad de nutrientes esenciales que han demostrado tener propiedades protectoras contra el cáncer. La evidencia científica confirma que un mayor consumo de frutas y verduras está vinculado a un riesgo reducido de cáncer de mama(2).

La recomendación general es incluir al menos cinco raciones de frutas y verduras en la dieta diaria, dando prioridad a una amplia variedad de colores y tipos para asegurar una ingesta diversa de nutrientes.

Fibra

Las dietas ricas en fibra han sido asociadas con un menor riesgo de cáncer de mama. La fibra ayuda a regular los niveles de estrógeno en el cuerpo, lo cual es particularmente relevante ya que los niveles elevados de estrógeno han sido vinculados con un mayor riesgo de cáncer de mama.

Una reciente revisión concluyó que una mayor ingesta de fibra durante la adolescencia y la adultez temprana puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de mama(2). Las fuentes excelentes de fibra incluyen frutas, verduras, legumbres, frutos secos y granos enteros.

Grasas

El tipo de grasas en la dieta también juegan un papel crucial en la prevención del cáncer de mama. Las grasas saturadas y trans, comúnmente encontradas en alimentos procesados, principalmente, han sido asociadas con un mayor riesgo de cáncer de mama. Por otro lado, las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, presentes en el aceite de oliva, los frutos secos y los pescados grasos, pueden tener efectos protectores.

Dieta durante el tratamiento del cáncer de mama

dieta y cáncer de mama

Alimentación en los efectos secundarios

Es importante conocer que los tratamientos pueden producir efectos secundarios que condicionan la ingesta de alimentos como náuseas, vómitos, diarreas, estreñimiento, mucositis, fatiga… El paciente debe tener una guía de nutrición oncológica que le permita conocer cuáles son las recomendaciones nutricionales, lo alimentos adecuados y a evitar así como las técnicas culinarias para cada uno de esos efectos secundarios.

Control de Peso

El manejo del peso es un componente esencial en el cuidado de pacientes con cáncer de mama. Diversos estudios han demostrado que el aumento de peso, principalmente asociado al aumento de grasa abdominal, durante y después del tratamiento está asociado con peores resultados, incluyendo un mayor riesgo de recurrencia y una menor supervivencia global.

Playdon y colaboradores(3), realizaron una revisión sistemática concluyendo que el aumento de peso después del diagnóstico de cáncer de mama se relaciona con un aumento de la mortalidad por todas las causas. Principalmente en los tratamientos hormonales es muy importante la consultoría oncológica para prevenir o reducir el aumento de grasa en el perímetro abdominal.

Proteínas y nutrientes esenciales

Durante el tratamiento del cáncer, las necesidades nutricionales del cuerpo pueden aumentar. Las proteínas son fundamentales para la reparación de tejidos y la conservación de la masa muscular, y deben ser incluidas en la dieta diaria. Es el nutriente  que aumenta sus necesidades en este tipo de pacientes y debemos aportar al cuerpo lo que necesita  a través de la dieta. Fuentes de proteínas como el pescado, pollo, legumbres y frutos secos son opciones saludables.

Además, ciertos tratamientos pueden resultar en deficiencias de nutrientes específicos, por lo que es importante asegurarse de obtener una amplia variedad de nutrientes a través de la dieta o, en algunos casos, mediante suplementos tras consultar con un dietista-nutricionista oncológico.

Conclusión

Adoptar una dieta estilo mediterránea, rica en frutas, verduras y fibra, y baja en grasas saturadas, no sólo es beneficioso para la salud general, sino que también puede desempeñar un papel vital en la prevención del cáncer de mama.

Una dieta nutritiva durante el tratamiento del cáncer de mama es un pilar fundamental para sostener el cuerpo, manejar los efectos secundarios y mejorar los resultados del tratamiento. El control de peso, una ingesta adecuada de proteínas y otros nutrientes esenciales, son aspectos clave que deben ser considerados para optimizar la atención y el soporte nutricional durante este período crítico.


BIBLIOGRAFÍA

1.Shu L, et al. Association between ultra-processed food consumption and risk of breast cancer: a systematic review and dose-response meta-analysis of observational studies. Front Nutr. 2023 Sep 4;10:1250361. doi: 10.3389/fnut.2023.1250361.

2.Hu J, Wang J, Li Y, Xue K, Kan J. Use of Dietary Fibers in Reducing the Risk of Several Cancer Types: An Umbrella Review. Nutrients. 2023 May 30;15(11):2545. doi: 10.3390/nu15112545. PMID: 37299507; PMCID: PMC10255454.

3.Playdon MC, Bracken MB, Sanft TB, Ligibel JA, Harrigan M, Irwin ML. Weight Gain After Breast Cancer Diagnosis and All-Cause Mortality: Systematic Review and Meta-Analysis. J Natl Cancer Inst. 2015 Sep 30;107(12):djv275. doi: 10.1093/jnci/djv275. PMID: 26424778; PMCID: PMC4715249