Hipohidrosis, cuando sudamos menos de lo normal

Hipohidrosis, ausencia de sudor
Hipohidrosis, ausencia de sudor

¿Has escuchado acerca de la hipohidrosis? Este es un estado que logra que una persona transpire menos de lo usual. Como es bien sabido, la sudoración provee de asistencia al cuerpo para enfriarse. No transpirar lo suficiente consigue inducir a padecimientos relacionados con el calor, como la debilidad.

De tal forma, estamos hablando de una manera menos fuerte de anhidrosis (que es la inexactitud o ausencia de sudor); en la que no se suda para nada o se hace en mínima cantidad de lo preciso. Igualmente es posible que una persona transpire de forma excesiva, lo que se conoce como hiperhidrosis.

Al sudar menos, al cuerpo le cuesta mucho más para refrescarse, causando una piel reseca; con poca tolerancia al calor y una sensación general de malestar.

Entre los síntomas de la hipohidrosis tenemos:

Una piel muy seca, sonrojo de la piel, imposibilidad para soportar el calor, dificultad para aguantar el esfuerzo físico, sentirse desmedidamente acalorado. Así mismo un gran aprieto para respirar, sentirse atolondrado, tener calambres musculares o agotamiento.

La hipohidrosis sobreviene ya que las glándulas sudoríparas trabajan mal. Regularmente, conforme acrecienta la temperatura corporal, el sistema nervioso autónomo incita las glándulas sudoríparas, que prontamente liberan humedad sobre la superficie de la piel. La evaporación de la transpiración enfría la piel.

La hipohidrosis supone un mal funcionamiento de las glándulas
La hipohidrosis supone un mal funcionamiento de las glándulas

Una lesión de la piel o una contusión logran perjudicar las glándulas sudoríparas y minimizar la transpiración. La hipohidrosis igualmente consigue ser uno de los indicios de una condición inmune o neurológica.

Uno de los grandes peligros de hipohidrosis es el progreso de una ola de calor, un estado médico difícil y fatal. Entre las señales se encuentran: sed intensa, dolor de cabeza, vahídos y desconcierto; respiración rápida o pulsación rápida, fiebre, fatigas y pérdida de apetito o espasmos en los brazos, piernas y estómago.

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