¿Qué enfermedades no cubren los seguros de salud?

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Las enfermedades que no cubren los seguros de salud pueden representar un gran dolor de cabeza para muchas personas, especialmente si tienen una condición médica preexistente o están en riesgo de desarrollar una enfermedad grave.

A menudo, estas enfermedades son de consideración grave o crónica por lo que requieren atención médica costosa y prolongada. Aunque es importante disponer de seguros médicos que proporcionen cobertura para la mayoría de las patologías posibles, hay que entender el contexto de porqué algunas condiciones como el cáncer, la diabetes o la enfermedad cardíaca pueden no estar incluidas.

Si estás en la búsqueda de una póliza de seguro de salud privado y tienes algunas dudas sobre la cobertura de ciertas afecciones, en este artículo te contaremos cuáles son algunas de las enfermedades que por lo general no cubren la mayoría de los seguros, las razones básicas de ello y también algunas alternativas que pueden consideras aquellas personas que las padecen y desean acceder a una cobertura médica.

¿Por qué hay enfermedades que no son cubiertas por los seguros de salud privados?

Una de las principales razones por las que algunas enfermedades no están cubiertas por los seguros de salud es el alto costo de los tratamientos. Por ejemplo, uno de los más comunes es el tratamiento del cáncer, el cual dependiendo del tipo o la gravedad puede tornarse extremadamente caro, con facturas que pueden superar los 100.000 euros.

Ante esto, es normal que los seguros de salud rehúyan a aceptar este tipo de condiciones, pues no están dispuestos a cubrir estos costos tan altos que pueden traducirse en pérdidas financieras para la compañía.

Otra razón por la que algunas enfermedades no están cubiertas es que pueden ser consideradas de bajo riesgo. Los seguros de salud constantemente evalúan estadísticas y datos demográficos para determinar qué enfermedades cubrir. Si alguna es relativamente rara o si solo afecta a un pequeño porcentaje de la población, es menos probable que sea cubierta por el seguro.

Asimismo, existen enfermedades consideradas como “electivas” o que no son necesarias para la supervivencia. Un ejemplo de éstas son los procedimientos estéticos como la liposucción, el aumento de senos o la cirugía de reasignación de sexo, intervenciones que se realizan por razones estéticas y no son considerados necesarios para la salud general.

¿Qué enfermedades no están cubiertas por los seguros de salud?

Aunque algunos de los mejores seguros de salud pueden cubrir algunas de las enfermedades que nombraremos a continuación, muchos no lo hacen. Esto puede dejar a pacientes con facturas médicas elevadas y dificultades financieras para obtener el tratamiento que necesitan. Además, algunas personas pueden no tener acceso a tratamientos innovadores o a terapias más avanzadas debido a la falta de cobertura del seguro.

Si tienes una enfermedad grave, crónica o preexistente y te preocupa la cobertura de su seguro de salud, es importante hablar con su médico de confianza o buscar una compañía de seguros que le pueda resolver todas las dudas, en caso de estar interesado, aquí puedes obtener mayor información.

Algunas de las enfermedades que no cubren los seguros de salud privado son las siguientes:

– Cáncer

Una de las enfermedades que suele no estar cubierta por los seguros de salud como ya comentamos es el cáncer. Aunque algunos planes de seguro médico ofrecen cobertura limitada para ésta condición, muchos optan por no hacerlo más aún si ésta es preexistente (desarrollada y tratada antes de la contratación de la póliza). Los costos elevados de tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia hacen que sea comúnmente excluida de las pólizas básicas.

– Alzheimer

Esta forma de demencia que afecta a la memoria y otras funciones cerebrales, es otra de las afecciones que tienden a no estar cubierta en las pólizas de salud privada. Las razones muy sencillas, a medida que avanza la enfermedad, las personas que la padecen pueden necesitar atención médica especializada, así como cuidados a tiempo completo, lo que puede ser muy costoso. También podría entrar en este grupo cualquier otra enfermedad degenerativa de la memoria.

– Enfermedades autoinmunes

Las enfermedades autoinmunes son patologías crónicas que afectan diversos tejidos del organismo, debido a que el sistema inmune, encargado de proteger nuestro cuerpo, ataca a las células y tejidos sanos causando inflamación y daño en diferentes sistemas u órganos. Por su condición crónica requiere de tratamientos muy variados y realmente elevados, además de que estos suelen prolongarse por muchos años e incluso de por vida. Algunas de éstas son la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide o el Lupus Eritematoso Sistémico (LES).

– Obesidad

Aunque sin ser esta condición crónica o grave, sí puede ser una causa importante de enfermedad y discapacidad, especialmente cuando se torna mórbida. Muchos planes de seguro no cubren ningún tratamiento relacionado con la obesidad u otros que impliquen terapia de reemplazo hormonal o cirugía estética de cualquier tipo.

– Otras condiciones

Otras enfermedades o condiciones que a menudo no están cubiertas por los seguros de salud incluyen la diabetes, enfermedad cardíaca enfermedad de Huntington, la enfermedad de Lou Gehrig (también conocida como esclerosis lateral amiotrófica) u otras menos comunes como la enfermedad de Crohn. Además de las mencionadas, también existen condiciones “menores” como es el caso de infertilidad, alteraciones de la vista o tratamiento psiquiátrico que no suelen contemplar las compañías de seguros dentro de sus pólizas básicas.

¿Qué alternativas tienen las personas cuyas enfermedades que no están cubiertas por sus seguros de salud?

Si bien en la actualidad existen muchas compañías aseguradoras que no solicitan al futuro asegurado una demostración de su condición o estado de salud, lo más recomendable es notificar las enfermedades preexistentes en los formularios de contratación. Igualmente en el caso de haber pasado por quirófano por alguna operación de cualquier tipo. Lo más probable es que la aseguradora asuma dolencias ya existentes siempre y cuando no sean graves o en todo caso contemplen un período de carencia para poder acceder atención médica o tratamiento específico.

En caso de ser rechazados por alguna condición, existen otras opciones disponibles. La más fácil es buscar un seguro de salud que ofrezca cobertura para estas enfermedades sin cobertura médica. También se pueden evaluar alternativas como el seguro de salud a corto plazo, una modalidad que ofrece cobertura temporal para situaciones de emergencia. Sin embargo, hay que considerar que esta alternativa suele ser más costosa y no tiene amplia cobertura como es el caso de los planes a largo plazo.

Otra opción es el seguro para enfermedades crónicas, diseñado específicamente para brindar cobertura a las personas que se encuentre en esta situación. Aunque este tipo de seguro puede ser más asequible que el seguro de salud a corto plazo, todavía puede ser costoso o tener ciertas limitantes como es el caso de una cobertura límite anual o un cuadro médico reducido.

Entendiendo que todo este escenario puede resultar bastante problemático para que las personas que ya tienen una enfermedad grave pueda encontrar un plan que los cubra, nuevamente recalcamos la importancia de plantear cualquier dificultad ante la compañía aseguradora. Al mismo tiempo, recomendamos evaluar diversas alternativas de manera de dar con aquellas que mayores beneficios nos ofrezca a largo plazo y no genere inconvenientes a futuro.

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