Las mujeres las llamamos pose de “aguilita”
Muchas veces debemos utilizar un baño público como una única opción. Es algo que le pasa a la mayoría, pues la vida agitada, el trabajo y la escuela nos dan razones suficientes para pasar más tiempo fuera de casa. Las mujeres lo llamamos pose de “aguilita”. Es esa que aprendimos de pequeñas ya que las infecciones eran el miedo de mamá.
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De hecho, hay baños que de lejos gritan la cantidad de gérmenes que tienen. Aunque también hay otros más limpios que son focos de enfermedades en especial las gastrointestinales. Esto se origina porque hay personas que no tienen el hábito de lavarse antes y después de usar el baño.
Y ¿de qué manera se contamina? Debemos saber que la orina y el excremento de las personas está formado por microorganismo. Si esta tiene una enfermedad entonces puede dejarlo en el retrete. En ocasiones las personas que adquieren el microbio no presentan síntomas.
Según el epidemiólogo Jorge A. Coronado Gonzalez, las enfermedades que podemos adquirir en los baños públicos son la gastroenteritis simple. Entre estas se encuentran la salmonelosis, fiebre tifoidea y hasta la hepatitis tipo A.
En cuanto a cómo se contagia. Este se inicia en el momento en que la persona va al baño. Esta persona al limpiarse no se da cuenta que en su mano quedan residuos del desecho. Entonces tocan las llaves, la palanca y la puerta, el mismo que utilizan terceras personas. Aunque lo hacen sin estar conscientes de que ya lo contaminaron.
Razones suficientes. ¿Qué pasa con las enfermedades de transmisión sexual?
Han surgido muchas teorías que sustenta la idea de adquirir una ETS al sentarse en el retrete. Sin embargo, esta probabilidad es muy baja ya que requiere el contacto con fluidos como la sangre y saliva. Aunado a eso este tipo de parásito es muy difícil que logren sobrevivir.
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