Ya sabemos que el estrés produce transformaciones en nuestro cuerpo, y estos cambios no siempre tienen por qué ser negativos. Existen muchos cambios positivos, si pasamos a profundizar en el impacto que tiene el estrés en nuestro organismo, podemos observar que afecta a diferentes esferas.
Esferas en las que el estrés produce transformaciones en nuestro cuerpo:
Procesos cognitivos: Los cambios en los procesos cognitivos, en principio, son para mejor. El estrés hace que prestemos más atención a lo que nos rodea y a las tareas que ejecutamos; que seamos capaces de recuperar más información de la memoria o tomemos decisiones más rápido.
Las funciones ejecutivas trabajan mejor con un poco de estrés, pero cuando estamos agotados el efecto se invierte y se bloquean.
A nivel físico: Al igual que los procesos cognitivos, el estrés puntual también podría tener implicaciones positivas a nivel físico.
Tener que hacer las cosas rápidamente hace que nos tengamos que esforzar, que aumentemos la tensión muscular, que tengamos que efectuar conductas más ágiles y más rápidas y eso está bien. Es como ir al gimnasio, es mejor realizar actividad física que no tenerla; pero si estamos agotados y pretendemos seguir haciendo un sobreesfuerzo, eso nos va a pasar factura, de modo que se van a agotar algunos sistemas.
Emocionalmente: Por último, el estrés va asociado a un acrecentamiento de las reacciones emocionales, especialmente de la ansiedad y la irritabilidad. Si estamos estresados demasiado tiempo, entonces corremos más peligro de desarrollar un exceso de reacciones emocionales e inclusive trastornos emocionales como ansiedad o depresión.
¿Qué podemos hacer para reconducir el estrés negativo?
Cuando el estrés deja de ser algo puntual y pasa a convertirse en algo frecuente es el momento de pararse y efectuar cambios.
El primer paso es romper con la dinámica que lo causa. Hay que hacer rompimientos en las actividades que estamos desarrollando porque nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones tienden a recuperarse cuando dejamos de tener esa hiperactividad.
El segundo paso sería informarse bien sobre qué es el estrés y las secuelas que puede ocasionar. En ocasiones la falta de información nos puede espantar y provocar el efecto contrario; aunque efectuemos rupturas seguiremos dándole vueltas en nuestra mente y no obtendremos nada. incluso, nos puede provocar más estrés.
Finalmente, aprender técnicas de relajación y adquirir buenos hábitos saludables.
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