La Infección de orina son muy frecuentes en la etapa de la infancia y más en las niñas que en los niños. En los niños más pequeños es difícil de identificar.
La infección de orina o del tracto urinario (ITU) puede afectar cualquiera de las estructura por donde pasa la orina. Esta va desde la formación de la orina en los riñones hasta su expulsión por la uretra. Cuando se localiza en las vías bajas de los tramos inferiores (vejiga y uretra) se llama cistitis o infección urinaria. Ahora la de las vías altas se llama pielonefritis y afecta al riñón.
Infección de orina ¿Cómo podemos reconocerla?
No es fácil reconocer la infección de orina en los recién nacidos y lactantes por la clínica. Se puede manifestar por la fiebre, vómitos y/o escasa ganancia de peso. En los niños más grandes son más identificables los síntomas. Les causa molestias al orinar, micciones frecuentes con escasa cantidad, dolor en la parte baja del abdomen y fiebre elevada.
El diagnóstico se hace por medio de un examen de orina. Existen pruebas rápidas que pueden determinar la presencia de una infección urinaria como las tiras reactivas. Para un diagnóstico certero se realiza una prueba llamada urocultivo y se necesita de algunos días para obtener sus resultados.
En ciertas ocasiones si la infección es en las vías urinarias altas el pediatra podría indicar realizar pruebas de imagen. Para descartar alguna malformación que favorezca la infección urinaria recomendaría una ecografía o una cistografía. Si se ha afectado el riñón lo mejor es identificarla con una gammagrafía.
La malformación principal en la cual el pediatra tendría que investigar tras un TIU es el reflujo vesicoureteral. Esta malformación consiste en el retorno hacia los riñones de la orina cuando ya ha alcanzado la vejiga. El mal funcionamiento es debido a una válvula que no trabaja en las condiciones normales favoreciendo nuevas infecciones urinarias.
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