¿Por qué cada vez más personas sufren alergias? La respuesta está en el cambio climático

por qué hay más alergias últimamente

Hace poco leí un artículo escrito por un médico alergólogo que hablaba sobre cómo el cambio climático está alterando la vida de quienes sufrimos alergias. Me hizo pensar en algo que, seguramente, muchos también os habéis preguntado: ¿Por qué hay más alergias últimamente? No es solo una cuestión de percepción; hay una explicación científica detrás de este fenómeno, y os lo voy a contar de la manera más sencilla posible.

Imagina un mundo donde las estaciones del año no se comportan como antes: inviernos más suaves, primaveras que llegan antes de tiempo y veranos que parecen eternos. Todo esto afecta a la naturaleza, y, por ende, a nuestro cuerpo. Las plantas producen más polen, los contaminantes están más presentes en el aire, y las alergias encuentran el escenario perfecto para fastidiarnos la vida. Pero tranquilos, no es un problema sin solución.

A lo largo de este artículo, vamos juntos a conocer las consecuencias del cambio climático para los alérgicos y por qué nuestra forma de vivir está contribuyendo a este aumento de alergias. También os daré algunas herramientas y consejos para afrontar mejor estos cambios y proteger vuestra salud. Con información y pequeños ajustes, podréis tomar el control y mejorar vuestro día a día. ¡Vamos allá!

El cambio climático y las alergias: una conexión ineludible

¿Sabías que el aumento de las temperaturas ha alterado drásticamente el calendario de polinización? Antes, la primavera llegaba con su tradicional explosión de flores y polen, pero ahora, el cambio climático ha prolongado esta temporada, haciendo que sea cada vez más intensa. Esto explica, en gran parte, por qué hay más alergias últimamente.

Pero, no se trata de las flores únicamente. El aumento de dióxido de carbono ha generado plantas más robustas y con mayor producción de polen. Estas partículas microscópicas viajan largas distancias y se combinan con la contaminación para empeorar las enfermedades respiratorias. El aire que respiramos está más cargado de irritantes, y eso no ayuda en absoluto a quienes tienen sistemas inmunológicos sensibles.

Si eres de los que se levantan con la nariz congestionada, picazón en los ojos o incluso con problemas para respirar, puedes culpar en parte a este fenómeno.

El impacto del cambio climático en las enfermedades alérgicas no se limita a las ciudades. En áreas rurales, donde las plantas silvestres y los mohos también están proliferando, el problema es igualmente alarmante.

Veamos más a detalle, cómo el cambio climático está afectando a los alérgicos:

  • Temporadas de polinización más largas y potentes: ahora, el aumento de las temperaturas prolonga la temporada de polinización, haciendo que las plantas liberen polen durante más tiempo. Es como si las flores estuvieran en «modo turbo», afectando especialmente a personas con rinitis alérgica y asma.
  • Mayor producción de polen debido al aumento de CO₂: el dióxido de carbono es un fertilizante natural para las plantas. Con niveles más altos en la atmósfera, estas crecen más fuertes y producen cantidades masivas de polen. Es un ciclo que no solo afecta a quienes están en contacto con las plantas, sino a todos los que respiramos el aire cargado de estas partículas invisibles.
  • Polen más agresivo: no es solo cuestión de cantidad, sino de calidad. Las partículas de polen ahora contienen proteínas más alergénicas, lo que significa que pueden desencadenar reacciones alérgicas más severas. Por eso, síntomas como congestión, picazón y lagrimeo se sienten con mayor intensidad.
  • Contaminación y polen: una combinación peligrosa: en las ciudades, el polen se mezcla con contaminantes del aire, como los óxidos de nitrógeno y partículas finas. Esto potencia su capacidad de irritar las vías respiratorias. Es como si el polen fuera un soldado que encuentra un arma extra en la contaminación.
  • Proliferación de moho y hongos: con los cambios en la humedad, las lluvias más intensas y el calor, los mohos están en auge. Estos no solo afectan a quienes viven en zonas rurales, sino también a aquellos en áreas urbanas con espacios mal ventilados. Las esporas de moho, al igual que el polen, son altamente alergénicas y están presentes casi todo el año.
  • Alergias en estaciones inesperadas: antes, era común sufrir alergias en primavera y otoño. Ahora, con inviernos más suaves y veranos extendidos, muchos pacientes alérgicos notan síntomas durante todo el año. Es como si ya no hubiera un respiro entre las temporadas.

La contaminación, un enemigo silencioso de los alérgicos

La contaminación, un enemigo silencioso de los alérgicos

No podemos hablar de alergias sin mencionar la contaminación. Los niveles elevados de partículas en el aire agravan problemas como la rinitis alérgica y el asma. La relación entre contaminación y alergias respiratorias es directa y devastadora.

Los gases emitidos por automóviles e industrias irritan nuestras vías respiratorias y potencian la reacción del sistema inmunológico ante alérgenos.

Por ejemplo, los pacientes que viven en ciudades grandes suelen experimentar síntomas más severos que aquellos en áreas menos contaminadas. Esto se debe a que las partículas contaminantes, como el dióxido de azufre y el monóxido de carbono, actúan como «vehículos» que transportan alérgenos más profundo en los pulmones.

¿El resultado? Tos crónica, dificultad para respirar y una calidad de vida reducida.

¿Qué podemos hacer al respecto?

No todo está perdido. Aunque el panorama parezca complicado, existen medidas para reducir alergias relacionadas con el clima que puedes tomar desde ya.

  1. Cuidado del hogar: mantén las ventanas cerradas durante la temporada de polen y utiliza purificadores de aire. Esto puede reducir la exposición a alérgenos externos.
  2. Alerta con la limpieza: aspira tu casa con filtros HEPA para atrapar partículas de polvo y polen que se acumulen en muebles y alfombras.
  3. Uso de mascarillas: sí, esas que todos usamos durante la pandemia. Estas no solo protegen de virus, sino también de partículas de polen y contaminación.

A nivel global, necesitamos también estrategias para mitigar alergias por cambio climático. Esto incluye políticas que limiten las emisiones de gases de efecto invernadero, inversiones en transporte limpio y la promoción de energías renovables. Estas acciones no solo mejoran el medio ambiente, sino que tienen un impacto directo en nuestra salud respiratoria.

El cambio climático no es solo una crisis ambiental; también es un desafío para nuestra salud. Nosotros, los alérgicos, en particular, estamos sintiendo sus efectos de manera más intensa con cada año que pasa. Desde la proliferación de alérgenos hasta la combinación con contaminantes, las consecuencias del cambio climático para los alérgicos son graves y requieren atención inmediata.

Mi recomendación es simple: infórmate, toma medidas y exige cambios. Solo con un esfuerzo colectivo podemos frenar esta tendencia y garantizar que las futuras generaciones vivan en un mundo más saludable.

Cuando tengas tu aerosol nasal en la mano y te preguntes por qué hay más alergias últimamente, recuerda que una parte de la respuesta está en el aire que respiramos y en cómo cuidamos nuestro planeta.