
Ningún médico ni profesional sanitario desea causar daño a sus pacientes. Al contrario, su vocación parte del compromiso de cuidar, aliviar y ayudar a recuperar la salud para que cada persona pueda retomar su vida con normalidad. Sin embargo, a pesar de la buena intención y la preparación técnica, hay ocasiones en las que simplemente no sale como se supone que debería. A veces, el desenlace negativo es consecuencia de la propia evolución de la enfermedad o de complicaciones inevitables. Pero en otras, lamentablemente, puede haber existido un error humano o una actuación negligente que ha perjudicado al paciente.
En estos casos, las víctimas o sus familias se enfrentan no solo al dolor físico o emocional, sino también a la incertidumbre sobre cómo actuar. La negligencia médica es un tema complejo que requiere entender con precisión cuándo existe realmente una mala praxis y cuándo se trata de una complicación no imputable al profesional sanitario. Por eso, es fundamental recibir orientación médica y legal especializada, y contar con abogados en Barcelona expertos en este tipo de situaciones, como los del despacho Catalá Reinón Abogados, que ofrecen asesoramiento cercano y claro desde la primera consulta.
En este artículo explicaremos cuándo se considera negligencia médica, los tipos más frecuentes, qué pasos seguir para reclamar, los plazos legales que hay que respetar y por qué es tan importante contar con un equipo de abogados Barcelona con experiencia en este tipo de casos. También veremos cómo diferenciar un error humano inevitable de una actuación negligente, siempre con ejemplos sencillos y una mirada empática hacia quienes han sufrido las consecuencias de una atención deficiente.
¿Cuándo se considera negligencia médica?
Para saber cuándo se considera negligencia médica, es necesario comprender que en el ámbito sanitario no todo resultado adverso implica una mala práctica. La medicina no es una ciencia exacta; cada organismo responde de manera distinta y los tratamientos, aunque se apliquen correctamente, pueden no dar el resultado esperado.
Se considera negligencia médica cuando un profesional de la salud incumple los estándares aceptados de la práctica médica (lo que se conoce como la lex artis ad hoc) y ese incumplimiento provoca un daño que podría haberse evitado. Es decir, el profesional actúa sin la diligencia, el cuidado o la pericia que se espera de alguien en su posición, y como consecuencia el paciente sufre un perjuicio físico, psicológico o moral (Gómez Durán, Arimany-Manso y Martín-Fumadó, 2024).
El daño puede provenir de acciones directas, como una intervención mal ejecutada, o de omisiones, como no diagnosticar a tiempo una enfermedad o no seguir la evolución de un tratamiento. Por tanto, la clave está en comparar la actuación del profesional con lo que habría hecho otro médico razonablemente competente en la misma situación.
Complicaciones médicas y errores por mala praxis
Es muy importante distinguir entre una complicación médica y un error por negligencia. La primera es básicamente un resultado adverso que puede presentarse incluso cuando el profesional actúa correctamente y aplica todos los medios disponibles según los protocolos clínicos. Por su parte, la mala praxis aparece cuando el daño deriva de una acción incorrecta o de una falta de acción adecuada.
Por ejemplo, si un paciente presenta una hemorragia tras una cirugía con todas las medidas correctas adoptadas, puede tratarse de una complicación. Si, en cambio, esta se produce porque no se respetaron las pautas quirúrgicas básicas o no se controló el sangrado en tiempo y forma, sí estaríamos ante una posible negligencia.
Ejemplos cotidianos
Existen ejemplos frecuentes de situaciones que pueden calificarse de negligentes:
- Diagnóstico tardío: cuando se retrasan pruebas esenciales y la enfermedad progresa de manera irreversible
- Error en medicación: administrar una dosis incorrecta o un fármaco contraindicando para el paciente
- Cirugía errónea: intervenir la parte equivocada del cuerpo o dejar material quirúrgico dentro del paciente
- Falta de consentimiento informado: no explicar los riesgos o alternativas de un procedimiento
- Omisión de seguimiento médico: no controlar la evolución del paciente tras una operación o tratamiento complejo.
Según la literatura médica, muchos casos de litigios por mala praxis se originan precisamente en diagnósticos erróneos o en falta de información al paciente (Martín Herrero, 2024).
Tipos de negligencias médicas más comunes
En la práctica médica se pueden distinguir varias formas de negligencia, según el momento o la acción en la que se produce el error.
Diagnóstico erróneo o tardío
Ocurre cuando un médico no identifica correctamente una enfermedad pese a disponer de signos o pruebas que lo permitirían. También cuando se retrasa en solicitar los estudios necesarios. Este tipo de error puede tener consecuencias graves, como el avance de un cáncer o la pérdida de una oportunidad de tratamiento.
Errores en tratamientos o medicación
En estos, están englobadas todas las confusiones de dosis, la elección de fármacos inadecuados o la falta de vigilancia de posibles reacciones adversas.
Desafortunadamente, en hospitales y residencias, este tipo de fallos es más común de lo que se imagina, sobre todo en pacientes polimedicados.
Intervenciones quirúrgicas fallidas o innecesarias
Un procedimiento mal ejecutado o no justificado puede dejar secuelas físicas o psicológicas permanentes. Las malas prácticas quirúrgicas representan una parte considerable de las reclamaciones sanitarias en España.
Falta de consentimiento informado
El paciente tiene derecho a conocer los riesgos, beneficios y alternativas antes de aceptar un procedimiento. Si esta información no se facilita de manera comprensible y el paciente sufre un daño, puede existir responsabilidad legal.
Omisión de seguimiento médico adecuado
Una vez realizado un tratamiento o intervención, el médico tiene el deber de revisar la evolución del paciente y detectar posibles complicaciones. No hacerlo puede derivar en un empeoramiento evitable.
¿Cuándo existe responsabilidad legal por negligencia?
La responsabilidad médica surge cuando concurren tres elementos: daño, relación causal y actuación negligente.
- Daño: debe existir un perjuicio real y comprobable para el paciente, ya sea físico, psicológico o moral.
- Relación de causalidad: se debe demostrar que el daño fue consecuencia directa de la actuación médica incorrecta.
- Actuación negligente: el profesional no actuó conforme a la lex artis ad hoc o incumplió su deber de cuidado.
El instrumento esencial para acreditar estos elementos es el informe pericial médico, elaborado por un especialista independiente. Este informe analiza la actuación, la documentación clínica y los protocolos para determinar si hubo mala praxis.
En España existen tres tipos principales de responsabilidad:
- Responsabilidad civil: aplicable a profesionales de centros privados; busca la reparación económica del daño.
- Responsabilidad penal: se persiguen conductas graves, como imprudencias temerarias que causen lesiones o fallecimiento.
- Responsabilidad patrimonial de la Administración: afecta a la sanidad pública; el Estado responde por los daños causados por sus funcionarios.

¿Qué hacer si crees haber sido víctima de negligencia médica?
Saber cuándo se considera negligencia médica es solo el primer paso. Lo siguiente es actuar con prudencia y método. Estos son los pasos más importantes:
Pasos inmediatos
- Recopilar documentación médica: historia clínica completa, informes, partes de alta, resultados de pruebas y cualquier comunicación escrita.
- Solicitar una segunda opinión: otro profesional puede confirmar si la actuación fue correcta.
- Anotar fechas y hechos: mantener un registro detallado ayuda a probar la secuencia de los acontecimientos.
- Acudir a un abogado especializado
Es fundamental contactar con abogados en Madrid o dónde vivas, especializados en derecho sanitario. Despachos como Catalá Reinón Abogados cuentan con experiencia en reclamaciones por negligencia médica y pueden valorar la viabilidad del caso desde el inicio. El abogado se encargará de reunir pruebas, coordinar el informe pericial y presentar la reclamación por la vía adecuada.
Valorar la vía judicial o extrajudicial
Antes de acudir a los tribunales, se puede intentar una reclamación previa ante el centro sanitario o la administración correspondiente. A veces se logra una resolución amistosa o una indemnización sin necesidad de juicio.
En caso que no exista ningún acuerdo, se interpone la demanda en la jurisdicción civil, penal o contencioso-administrativa, según el caso.
Plazos legales para reclamar
Los plazos para presentar una reclamación por negligencia médica varían según la vía elegida:
- Responsabilidad civil: un año desde la estabilización de las secuelas o desde la fecha del fallecimiento.
- Responsabilidad patrimonial (sanidad pública): también un año desde el daño o desde su manifestación.
- Responsabilidad penal: seis meses a cinco años, según la gravedad del delito.
Estos plazos pueden parecer amplios, pero en la práctica el tiempo pasa rápido mientras se reúnen pruebas y se obtiene el informe pericial. Por eso es crucial consultar cuanto antes con un profesional del derecho sanitario (Blanco Mercadé, 2023). Actuar a tiempo permite preservar pruebas y evitar la prescripción.
La importancia del asesoramiento legal especializado
El proceso de reclamación puede ser largo y emocionalmente agotador. Por eso es fundamental contar con un equipo jurídico de confianza. Los abogados especializados entienden los aspectos médicos y legales de estos casos, lo que mejora las posibilidades de éxito.
Un despacho como Catalá Reinón Abogados, con presencia como abogados en Sabadell, en Barcelona y en Madrid, pueden ofrecer una atención personalizada, revisar los informes médicos, solicitar las periciales adecuadas y acompañar al paciente o la familia en todo momento.
Además, existen recursos públicos y asociaciones de pacientes que ofrecen asesoramiento gratuito, como el Defensor del Paciente o la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Su labor es orientar sobre los primeros pasos y evitar errores procesales.
Qué hacer ahora: serenidad, método y apoyo legal
Saber cuándo se considera negligencia médica permite a los pacientes y familias entender sus derechos y actuar con conocimiento. No se trata de buscar culpables sin fundamento, sino de exigir una atención sanitaria responsable y de garantizar que los errores se analicen para evitar que se repitan.
Si crees haber sufrido un daño derivado de una actuación sanitaria incorrecta, es vital reunir la documentación, solicitar una segunda opinión y contactar con abogados especializados en derecho sanitario. Ellos te guiarán para determinar si hubo una vulneración de la lex artis ad hoc y te ayudarán a reclamar la reparación que corresponda.
Eso sí, ten presente que la justicia médica no se mide en compensaciones económicas, sino también en el reconocimiento del sufrimiento y en la mejora de la seguridad del paciente. Una reclamación bien fundamentada contribuye a construir un sistema sanitario más justo, transparente y humano.
Referencias consultadas:
- Blanco Mercadé, A. (2023). Ética del error médico: De la ambigüedad a la honestidad. Revista EIDON, 59, 13‑26. https://www.revistaeidon.es/index.php/revistaeidon/article/view/193/169
- Hernández Herrero, M., & Tomillo Urbina, J. (2024). Obstetrics and gynecology: An analysis of malpractice in the public healthcare system in Spain. Revista Española de Medicina Legal, 50, 92‑99. https://doi.org/10.1016/j.reml.2024.07.002
- Gómez Durán, E. L., Arimany-Manso, J., & Martín-Fumadó, C. (2024). Obstetrics and gynecology: An analysis of malpractice in public healthcare in Spain. Revista Española de Medicina Legal, 50, 92-99. https://www.elsevier.es/en-revista-spanish-journal-legal-medicine-446-pdf-download-S2445424924000414
- Martín Herrero, P. (2024). Medicolegal aspects of documentation and the electronic health record. Revista Española de Medicina Legal, 50(2), 64-70. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38448298/
- Somani, A. A. (2024). Professional liability in dentistry: Analysis of surgical treatments. [Trabajo de Fin de Grado, Universidad Europea].
Preguntas frecuentes rápidas
No siempre que haya un daño existe una mala praxis. Si el médico actuó conforme a la lex artis ad hoc y la complicación era previsible e inevitable, no se considera negligencia.
Dependen del tipo y la gravedad del daño, así como de las secuelas. Pueden incluir compensaciones por daños físicos, morales y patrimoniales.
Los procesos judiciales pueden prolongarse entre uno y tres años, aunque las reclamaciones extrajudiciales pueden resolverse antes si existe voluntad de acuerdo.
































