Cuidados postoperatorios de las muelas del juicio, día a día: lo que nadie te cuenta

Cuidados postoperatorios muelas del juicio día a día
Primeros cuidados sencillos que marcan la diferencia desde el día uno.

Muchos de los miedos e inseguridades que sentimos al pensar en ir al dentista tienen un origen común: la extracción de las muelas del juicio. Este procedimiento, está envuelto en relatos de familiares, amigos y conocidos, por lo que suele ocupar un lugar especial en nuestra imaginación. Pero la realidad es que no siempre coincide con esos testimonios que circulan, porque cada cirugía tiene su propio ritmo de recuperación y cada boca responde de un modo distinto. La clave está en conocer qué ocurre realmente durante esos primeros días y cómo gestionarlos con sentido común y con información realmente comprobada.

En ciudades como Madrid, especialmente en zonas con alto movimiento sanitario como el Barrio de Salamanca, es habitual que los pacientes busquen un espacio donde recibir indicaciones precisas después de una cirugía oral. La Clínica dental en el Barrio de Salamanca, como la Clínica Dental Ayala 87, acostumbra a ofrecer pautas estructuradas para ayudar al paciente a entender qué es normal, qué debe vigilar y cuándo es necesario pedir una revisión. Tener esta referencia desde el principio facilita que el posoperatorio sea menos confuso y permite que cada decisión que se tome vaya en la dirección adecuada. 

En este artículo queremos ofrecer una explicación completa de los cuidados postoperatorios muelas del juicio día a día, con especial atención a lo que ocurre en las primeras 24 horas, al famoso pico inflamatorio de los días 2 y 3, a la transición alimentaria de la primera semana y a esos elementos que rara vez se comentan con detalle: mal aliento transitorio, rigidez mandibular, moretones inesperados o el pequeño bajón emocional que puede acompañar a la recuperación. 

Las primeras 24 horas: El “Modo Supervivencia”

El primer día después de la cirugía es, sin lugar a dudas, el tramo más delicado del proceso. La boca ha pasado por un procedimiento quirúrgico que, aunque planificado y seguro, deja tejidos sensibles que necesitan un control adecuado del sangrado, de la inflamación y del dolor. Esta fase requiere calma y seguimiento de las indicaciones.

Entender la lógica detrás de cada recomendación ayuda a que el paciente se sienta más tranquilo. Vamos a desglosarlo paso a paso.

1. El sangrado y la técnica correcta para morder la gasa

Tras la extracción, aparece un sangrado que se considera normal. La forma adecuada de controlarlo consiste en morder una gasa estéril durante un periodo que oscila entre 30 y 60 minutos, utilizando presión constante. La gasa debe mantenerse quieta para que el coágulo pueda estabilizarse.

Cambiarla es necesario si queda completamente empapada, aunque conviene evitar retirarla con demasiada frecuencia para no interrumpir la coagulación. Estudios recientes explican que este método sigue siendo la forma más efectiva de controlar el sangrado inicial (Wang, 2025).

  • Si después de varias horas persiste un sangrado notable, se recomienda consultar con el equipo clínico.

2. Hielo y control temprano de la inflamación

El hielo funciona como un aliado poderoso durante el primer día. La recomendación basada en la evidencia consiste en aplicar frío externo en intervalos de 20 minutos, dejando otros 20 minutos de descanso entre aplicación y aplicación. Esta alternancia regula la vasoconstricción y limita la inflamación.

Se trata de una técnica muy útil para prevenir el aumento de volumen antes de que aparezca en toda su magnitud, como señalan las investigaciones recientes en cirugía oral (Sbrana et al., 2024).

  • Conviene aplicar el hielo sobre la piel envuelto en un paño ligero para evitar quemaduras frías.

3. La medicación y el motivo por el que no se debe esperar al dolor

La tentación de esperar a notar molestias para tomar el analgésico puede causar más incomodidad de la necesaria. El dolor suele alcanzar su punto más alto entre las 6 y 12 horas posteriores a la cirugía. Por este motivo, los estudios recomiendan iniciar el tratamiento analgésico en cuanto se llega a casa, sin esperar a que el dolor aparezca (Li et al., 2024).

Seguir esta pauta evita que el cuerpo alcance el pico de dolor sin control. En general, suele indicarse una combinación de antiinflamatorios y paracetamol. La pauta exacta depende del odontólogo responsable, pero la lógica es siempre la misma: la prevención funciona mejor que la reacción tardía.

Recuperación tras extracción de muelas del juicio

¿Qué comer el primer día tras la cirugía?

La alimentación durante este primer día debe centrarse en líquidos fríos. Los caldos templados, los batidos sin pajita y los yogures bebibles suelen ser bien tolerados. El uso de pajitas introduce un riesgo añadido de succión que puede desplazar el coágulo y originar un alvéolo seco, una complicación especialmente molesta que conviene evitar siempre.

Esta recomendación aparece de forma reiterada en las guías clínicas de referencia, como las de la Academia Americana de Odontología Pediátrica (AAPD, 2023). Conviene recordar que la tolerancia alimentaria depende mucho de cada boca y de la sensibilidad de cada persona.

Lo fundamental es evitar alimentos calientes, picantes o demasiado espesos durante las primeras horas.

Días 2 y 3: El pico de la inflamación, también llamado “el momento Hámster”

En esta fase es habitual mirarse al espejo y notar un aumento notable del volumen facial. La inflamación alcanza su punto máximo entre el segundo y el tercer día. Esta reacción se considera completamente normal y forma parte del proceso fisiológico de reparación.

Entenderlo antes de operarte, es fundamental relativizar la sensación de hinchazón. Los tejidos responden a la manipulación quirúrgica intensificando el flujo sanguíneo y acumulando líquido, lo que genera la apariencia característica de mejillas redondeadas. Este efecto disminuye progresivamente a partir del cuarto día y suele mejorar de forma evidente hacia el final de la semana.

1. Higiene oral suave con clorhexidina o agua con sal

A partir del segundo día, la higiene adquiere un rol protagonista. Los enjuagues suaves con agua templada y sal o con clorhexidina ayudan a mantener la zona limpia sin interferir en la cicatrización. Y aquí la clave está en la suavidad. Tampoco conviene escupir con fuerza para no alterar los coágulos que se encuentran en formación. Además, es el momento de reanudar la limpieza del resto de la boca con normalidad, evitando el cepillo directamente sobre la zona operada.

2. Dormir con la cabeza elevada para controlar el dolor nocturno

La posición al dormir influye de forma directa en la sensación de presión y en el dolor nocturno. Elevar la cabeza con un par de almohadas reduce el flujo de sangre hacia la zona intervenida. Esta simple acción, puede ayudar a disminuir la inflamación matinal y permite que las noches sean menos molestas. 

  • También conviene mantener una buena hidratación para mejorar la sensación general de sequedad bucal al despertar.

Del día 4 a la semana 1: Recuperando la normalidad

A partir del cuarto día, el cuerpo suele mostrar avances visibles. La inflamación comienza a disminuir, el dolor se vuelve más tolerable y la movilidad mandibular se recupera poco a poco. Esta etapa suele generar un alivio emocional considerable. Se trata de una fase de transición en la que el paciente retoma progresivamente sus rutinas.

En la Clínica Dental Ayala 87 destacan la importancia de acompañar esta fase con indicaciones claras sobre higiene, dieta y signos de alerta. Este acompañamiento se considera fundamental para que el proceso avance sin sobresaltos.

1. Transición de dieta hacia alimentos blandos seguros

Después de los primeros días de líquidos fríos, el cuerpo agradece la introducción de alimentos algo más consistentes. Las recomendaciones basadas en la evidencia indican que a partir del cuarto día se pueden incorporar purés suaves, huevos revueltos y pasta muy cocida, siempre que no requieran masticación fuerte (Chen et al., 2024).

La idea es progresar sin irritar los tejidos, conviene masticar por la parte contraria a la intervención si se extrajeron piezas de un solo lado, y mantener el cuidado con alimentos demasiado duros o crujientes durante toda la primera semana.

2. Uso de la jeringa curvada cuando el profesional lo indica

La jeringa curvada, también llamada siringa de irrigación, se utiliza para limpiar con suavidad los alvéolos que tienden a acumular restos de comida. Pero ojito, no vayas corriendo a comprar una, NO todas las cirugías la requieren. Su uso depende de la valoración del profesional.

En caso de utilizarla, suele introducirse hacia el quinto día, cuando los tejidos han tenido tiempo de asentarse. Se llena con suero fisiológico o agua con sal y se aplica una presión moderada para retirar restos atrapados. Las investigaciones destacan su utilidad como medida preventiva de infección siempre que se emplee con técnica adecuada (AAPD, 2023).

Señales de alerta para distinguir un dolor habitual de una infección

Reconocer las señales que requieren consulta es fundamental:

  • La infección suele manifestarse con fiebre, inflamación que empeora en lugar de mejorar o presencia de pus en la zona
  • También puede observarse un dolor creciente después del tercer día, justo cuando debería estar disminuyendo.

Estos signos indican que los tejidos necesitan una valoración profesional. En estos casos se recomienda contactar con el equipo clínico. En el área de Madrid, contar con la figura de un Dentista en el Barrio de Salamanca facilita la consulta rápida ante cualquier duda, permitiendo una intervención temprana. 

Lo que nadie te cuenta sobre las operaciones de muelas del juicio día a día

Lo que nadie te cuenta sobre las operaciones de muelas del juicio día a día
Síntomas reales que pocos mencionan, pero que es importante reconocer.

La recuperación tras una cirugía de muelas del juicio no se limita al dolor o la hinchazón. Existen efectos secundarios menos conocidos (como el mal aliento, el trismo o incluso cambios de humor) que, aunque habituales, suelen pillarnos por sorpresa. Entenderlos de antemano no solo reduce la ansiedad, sino que te ayuda a manejarlos con más confianza y realismo.

Mal aliento durante la recuperación

El mal aliento transitorio es habitual durante los primeros días. La causa suele estar en la combinación de bacterias acumuladas y restos de sangre que permanecen en la zona.

Esta situación suele mejorar con la higiene suave e hidratación adecuada. Las revisiones científicas lo consideran un síntoma totalmente normal que remite a medida que avanza la cicatrización, así que si te ocurre, no es motivo de alarma. 

Trismus o dificultad para abrir la boca

La mandíbula puede presentar rigidez debido a la inflamación de los músculos cercanos a la zona operada. El trismus dificulta abrir la boca por completo, algo que puede resultar incómodo al hablar o comer. Esta limitación suele mejorar con el paso de los días.

Los ejercicios suaves, como abrir y cerrar la boca lentamente varias veces, ayudan a recuperar movilidad sin forzar los tejidos. Esta recomendación se basa en estudios sobre recuperación funcional tras cirugía de terceros molares (Brucoli et al., 2024).

Aparición de moretones en mejilla o cuello

Los moretones aparecen como manchas amarillentas o moradas en la piel, especialmente en personas cuya piel reacciona con facilidad a los cambios de presión. Surgen como consecuencia del desplazamiento natural de la sangre hacia los tejidos superficiales.

Estas marcas no requieren tratamiento y desaparecen de forma espontánea entre los 5 y 10 días siguientes. 

Cambios emocionales durante la primera semana

Sentirse cansado, irritado o algo desanimado durante los primeros días es más habitual de lo que parece. La incomodidad, la falta de descanso nocturno y la medicación influyen en el estado emocional. Este fenómeno está descrito en estudios recientes que relacionan el posoperatorio de cirugía oral con una ligera alteración del estado de ánimo temporal (Blondeau & Daniel, 2023).

Reconocerlo ayuda a normalizarlo y a recordar que desaparecerá a medida que mejore la movilidad y disminuya el dolor.

Una recuperación más llevadera con información clara

La extracción de las muelas del juicio genera dudas y temores comprensibles, aunque una explicación detallada del proceso hace que la recuperación sea más manejable. Conocer qué ocurre en cada fase, desde el control del sangrado inicial hasta el descenso progresivo de la inflamación, permite anticipar sensaciones y actuar con prudencia. Cada indicación tiene un motivo clínico y entenderlo aporta seguridad.

Los cuidados postoperatorios muelas del juicio día a día requieren constancia, higiene suave, control del dolor y paciencia. Las pautas basadas en evidencia garantizan una recuperación más cómoda. Contar con profesionales bien formados, como los de la Clínica Dental Ayala 87, marca una diferencia notable porque ofrecen seguimiento cercano.

Una guía clara y un equipo accesible son los mejores aliados para que la vuelta a la normalidad se produzca sin sobresaltos.

  • Nombre: Clínica dental Ayala 87
  • Dirección: Cl. de Ayala, 87, Salamanca, 28006 Madrid
  • Teléfono: 911158690.

Referencias consultadas

  • American Academy of Pediatric Dentistry. (2023). Management considerations for pediatric oral surgery and oral pathology. Pediatric Dentistry, 45(5), 383–393. https://www.aapd.org/globalassets/media/policies_guidelines/bp_oralsurgery.pdf
  • Blondeau, F., & Daniel, N. G. (2023). Extraction of impacted mandibular third molars: Postoperative complications and their risk factors. Journal of the Canadian Dental Association, 73(4), 325–330.
  • Brucoli, M., et al. (2024). Clinical and surgical indications and current guidelines on surgical removal of third molars. Crystals, 14(6), 537. https://doi.org/10.3390/cryst14060537
  • Chen, Y., et al. (2024). Evaluation of complications and quality of life of patients after surgical extraction of mandibular impacted third molars. BMC Oral Health, 24(1), 137. https://doi.org/10.1186/s12903-024-03877-8
  • Kazancıoğlu, H. O., et al. (2023). Risk factors for delayed-onset infection after mandibular wisdom tooth extraction. Healthcare, 11(6), 871. https://doi.org/10.3390/healthcare11060871
  • Li, W., et al. (2024). Pain control following impacted mandibular third molar surgery: A comparison of the effectiveness of two different protocols. Scientific Reports, 14(1), 89744. https://doi.org/10.1038/s41598-024-89744-0
  • Sbrana, M. C., et al. (2024). Impacted mandibular third molar: Approaches and current perspectives in surgical therapy. Cureus, 16(9), e69635. https://doi.org/10.7759/cureus.69635
  • Wang, J., et al. (2025). Postoperative pain and influencing factors after prophylactic extraction of impacted mandibular third molars: A multicenter prospective cohort study. BMC Oral Health, 25(1), 5974.

Preguntas frecuentes sobre la recuperación

¿Cuántos días de baja son necesarios después de la cirugía?

La mayoría de estudios coinciden en que un periodo de entre tres y cinco días suele ser suficiente para recuperar la normalidad funcional y reducir la inflamación inicial (Li et al., 2024). Las personas cuyo trabajo requiere esfuerzo físico o largas jornadas hablando pueden necesitar un poco más de tiempo, especialmente si la cirugía ha sido compleja.

¿Cuándo se puede retomar la actividad física?

La actividad física suave puede retomarse con precaución después de una semana. El ejercicio intenso, especialmente el que eleva la presión sanguínea, puede aumentar el riesgo de sangrado. Por este motivo, conviene volver al gimnasio o a entrenamientos exigentes a partir de los siete días, aunque depende del caso y de la recomendación del profesional que realizó la cirugía (Chen et al., 2024).

¿Es normal notar un sabor salado o metálico en la boca?

Este sabor suele deberse a pequeños restos de sangre. La sensación se percibe con mayor intensidad durante los primeros días y desaparece progresivamente. Solo se considera signo de alarma si se acompaña de dolor creciente, mal olor persistente o sensibilidad acusada. En esos casos se recomienda consultar (Kazancıoğlu et al., 2023).