Azúcar dulce veneno; si aunque suene duro, esa sustancia dulce anhelada por los seres humanos durante el tiempo que hemos existido; los nativos se arriesgaban de ser mordidos por las abejas, sólo para obtener una cucharada de miel.
Hoy en día el azúcar sigue siendo muy codiciada; el problema es que ahora hay un consumo excesivo de la misma; lo que lleva a enfermedades, especialmente en los niños. A partir de los seis meses los niños están expuestos a fórmulas artificiales, que contienen exceso de azúcares; entonces además se les dan recompensas a través de los dulces.
Cereales en el desayuno cargados de azúcares, zumos de frutas artificiales para la merienda, dulces y refrescos en el almuerzo y la cena; Debido a esto, nuestros hijos, la futura generación, está pagando un alto precio. Esto contribuye a un consumo excesivo de calorías, lo que conduce al aumento de peso.
Veneno en la sobreexcitación en niños
Muchas veces hemos presenciado escenas donde, los niños llegan a una fiesta tranquilos, educados, bien portados; pero en cuanto comienzan a comer los dulces en cantidades grandes, comienzan a transformarse y a mostrarse inquietos y sobreexcitados, ¿a qué se debe? si no es el azúcar, ¿qué es?
La hipótesis de que el azúcar es la responsable de estas conductas es muy generalizada; suposiciones intentan explicar cómo los niños pueden ser alérgicos a la azúcar refinada o por otro lado, tener niveles anormales de glucosa en la sangre. Nada de esto está claramente comprobado.
Hasta el momento no hay evidencia sólida de que la cantidad de azúcar que se consume en las fiestas hace más hiperactivos a los niños. Autores ha señalado que, así como la ingestión de azúcar en Reino Unido y EE.UU. ha aumentado en los últimos dos siglos, también ha aumentado la diagnosis de TDAH en los últimos años.
Pero eso sigue siendo sólo una correlación y los autores del estudio subrayan que se necesita más investigación para que se pueda comprobar un vínculo causal.
Los padres son los principales responsables en el cómo y qué comen sus hijos; Si bien los estudios demuestran que el azúcar no produce directamente un aumento del comportamiento hiperactivo en los niños, no se pueden ocultar los cambios en los niveles de azúcar en la sangre si afectan a la liberación de la adrenalina, lo que afecta al comportamiento y a su rendimiento.