Está claro que en pleno 2023 la salud mental ha sido considerado como uno de los problemas más graves que está enfrentando la sociedad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 300 millones de personas en el mundo sufren de ansiedad, un claro indicativo de la necesidad de terapias efectivas y accesibles. No obstante, encontrar el enfoque terapéutico adecuado es, muchas veces, una tarea compleja y personalizada.
Barcelona, siendo una de las ciudades más vibrantes y cosmopolitas de Europa, no es ajena a esta realidad. El ritmo frenético de la vida urbana, a menudo, lleva a sus habitantes a buscar espacios de reflexión y herramientas que les permitan manejar sus emociones y conflictos internos. Aquí es donde entra en juego la terapia IFS (Internal Family Systems), una innovadora modalidad que ha ganado popularidad en los últimos años.
La terapia IFS en Barcelona o en cualquier parte del mundo, se centra en el reconocimiento y entendimiento de las múltiples personalidades o “partes” que todos llevamos dentro. Este enfoque permite a la persona identificar, dialogar y armonizar dichas partes, favoreciendo así un equilibrio interno. Es una propuesta que, a diferencia de otras, pone al paciente en el centro del proceso, dándole herramientas para auto-descubrirse y auto-sanarse.
Ahora bien, hemos preparado este artículo para ofrecerte toda información que necesitas sobre este enfoque terapéutico. Durante el desarrollo de esta publicación, te explicaremos más a detalle qué es, cuál es su fundamento y terminaremos con los beneficios de la terapia IFS. La idea de esto, es que veas cómo puede transformar tu bienestar emocional de forma muy innovadora.
¿Qué es y en qué se fundamenta la terapia IFS?
La Terapia IFS, o Terapia de Sistemas de Familia Interna, es un modelo terapéutico desarrollado en los años 80 por el Dr. Richard Schwartz, que surgió de sus observaciones clínicas mientras trabajaba con pacientes. Todo nació porque empezó a identificar que, al interactuar con estas personas, emergían patrones consistentes de pensamiento, emoción y comportamiento, que luego catalogó como “partes” o subpersonalidades internas. Según la teoría, estos “fragmentos de nosotros mismos” pueden trabajar en armonía o en conflicto, dependiendo de nuestras experiencias y traumas pasados.
La terapia sostiene que cada individuo posee una esencia o Self, que es la verdadera esencia de una persona con cualidades como la confianza, la compasión, la calma, entre otras. Sin embargo, a lo largo de nuestra vida, en respuesta a traumas o heridas, nuestras “partes” pueden asumir roles protectores extremos que nos alejan de esa esencia. La terapia IFS contribuye a que las personas recuperen la confianza en el Self y que éste interactúe con sus partes para comprenderlas y ofrecerles su ayuda, para que empiecen a disfrutar de su vida de manera plena y satisfactoria.
Conozcamos los fundamentos de la terapia IFS:
- Multiplicidad de la mente: asume que la mente está compuesta por múltiples subpersonalidades o “partes”, cada una con sus propios sentimientos y creencias.
- Self: cada individuo tiene un Self o esencia que es la fuente interna de sabiduría y sanación.
- Partes: en respuesta al peligro, las personas abrazan roles que pueden clasificarse en tres grupos. Un grupo, que llamamos directivos, tiende a mostrarse muy protector, estratégico o interesado en controlar el entorno para preservar la seguridad. El segundo lo integran los miembros más sensibles del sistema, los exiliados. Cuando estas partes se sienten heridas o resentidas, los directivos los apartan, por su propia seguridad y por el bien del sistema. Por último, un tercer grupo trata de suprimir, anestesiar o desviar la atención de los sentimientos de los exiliados, por lo que reaccionan con fuerza y automáticamente, sin importarles las consecuencias. A los miembros de este grupo se les denomina bomberos porque combaten las llamas de la emoción exiliada.
- No patologización: no se considera ninguna “parte” como mala o negativa, sino que se ve cada una como una entidad que tiene buenas intenciones.
- Curación a través de la relación: se centra en establecer una relación entre el Self y cada una de las “partes”, facilitando el diálogo y la sanación.
- “Descarga” de cargas traumáticas: una vez establecida la relación, se trabaja en liberar a las partes de las cargas traumáticas que han estado llevando.
¿Cuáles son los beneficios de la Terapia IFS?
A través de años de práctica, la Terapia IFS ha demostrado ser una poderosa herramienta para aquellos que buscan comprenderse mejor y enfrentar retos emocionales. La riqueza de este enfoque radica en su capacidad para ofrecer una perspectiva más amplia de nuestros conflictos internos, proporcionando así una solución más efectiva y duradera.
La historia de Roser Güell es un claro ejemplo de cómo el autoconocimiento, impulsado por enfoques terapéuticos como la terapia IFS y la terapia Gestalt, pueden resultar en una profunda transformación tanto a nivel personal como profesional. Su viaje, desde auditora de cuentas hasta convertirse en terapeuta y docente, ilustra la importancia de enfrentar y superar las crisis personales con el apoyo adecuado.
Sin más dilación, veamos los principales beneficios de la Terapia IFS:
1. Sanación integral
Uno de los beneficios más reconocidos por la Terapia IFS es que es increíblemente eficaz para abordar y sanar traumas, incluso aquellos que pueden haber quedado arraigados durante años. Imagina a alguien, por ejemplo, que ha pasado por una experiencia traumática en la infancia, como la pérdida de un familiar cercano, sin haber sido acompañado en su duelo. A pesar de parecer haberlo superarlo, las emociones, creencias y recuerdos asociados a este evento podrían en cierta manera afectar su vida diaria. Con la terapia IFS, esta persona puede identificar y establecer una relación con la “parte” herida, permitiéndole procesar y liberar ese dolor.
Con el tiempo, muchos pacientes reportan una sensación de liberación y un alivio significativo. De hecho, según un estudio realizado por la Journal of Traumatic Stress en 2012, el 91,4% de los pacientes con estrés postraumático experimentaron una reducción en sus síntomas después de participar en terapias orientadas a sanar traumas, como la Terapia de Sistemas de Familia Interna.
2. Autoconocimiento profundo
El ser humano es, por naturaleza, una entidad compleja, repleta de emociones, deseos y miedos. Con este modelo terapéutico podremos obtener un valioso “mapa” estructurado para desentrañar esta complejidad. Existen personas que, de alguna manera sienten que siempre están en conflicto consigo mismos. Para ellas, es importante descubrir esa pequeña parte que ansía la libertad y la aventura, pero también halla a otra que teme al cambio y valora la seguridad. Al identificar y entender estos aspectos de nosotros mismos, podremos comprender mejor nuestras decisiones y resolver los conflictos internos.
3. Mejora en relaciones interpersonales
Ahora bien, con la Terapia IFS no solo conseguiremos mejorar la relación entre las partes de nosotros mismos, sino también con los demás. Y es que, al tener conflictos internos, evidentemente no seremos capaces de interactuar correctamente con las personas que nos rodean, causando tensiones y malentendidos. A través de este modelo, podremos identificar y trabajar con los problemas que tengamos, y las relaciones comenzarán también a fluir con más armonía y autenticidad.
4. Desarrollo de la autocompasión
La autocompasión es un pilar fundamental para el bienestar emocional. Cuando somos muy exigentes con nosotros mismos, siempre perseguiremos la perfección, desafortunadamente al ser humanos, los errores aparecerán, por lo que terminaremos decepcionados. Con la Terapia IFS, podemos conocer a esa “parte” crítica, para conectarla con nuestro “Self“, y empezar a potenciar esa esencia compasiva y equilibrada que todos llevamos dentro.
5. Equilibrio emocional
Con este estilo de vida que tenemos en la actualidad, muy pocas personas pueden conseguir un verdadero equilibrio emocional. Pongámonos en el ejemplo de Laura, una ejecutiva con una vida acelerada, que solía sentir que sus emociones la controlaban más de lo que ella las controlaba a ellas.
Antes esa situación, los momentos de ira, tristeza o ansiedad eran frecuentes. Gracias a la Terapia IFS, esta paciente descubrió cómo algunas “partes” de ella estaban en constante conflicto, lo que generaba este caos emocional. Posteriormente aprendió a reconocer y armonizarlas, logrando una mayor serenidad y control sobre sus reacciones.
La búsqueda del bienestar emocional es un camino que todos deberíamos considerar, no sólo para superar adversidades, sino también para crecer y desarrollarnos como individuos. La Terapia IFS ha demostrado ser una herramienta excepcional en este proceso. Sin embargo, es crucial contar con el apoyo y la guía de una terapeuta en Barcelona como Roser Güell, que nos permitirá aprovechar al máximo sus beneficios.