¿Cuánto tiempo puede durar una lesión en la rodilla? Guía completa para entender tu recuperación

cuánto tiempo puede durar una lesión en la rodilla
Lesión de rodilla: cuando el dolor va más allá del cuerpo y comienza a preocupar.

“¿Cuánto voy a tardar en curarme?” Esa es la primera pregunta que surge tras una lesión de rodilla. Y es comprensible: nadie quiere vivir con dolor, cojera o limitaciones más tiempo del estrictamente necesario. Y en algunas ocasiones, esta incertidumbre pesa más que la propia inflamación, por eso, entender el proceso ayuda a rebajar esa angustia que tantas personas describen en consulta.

La rodilla es una articulación resistente, aunque vulnerable cuando los tejidos se ven sometidos a giros, sobrecargas o impactos. Cada persona reacciona de forma distinta ante un mismo tipo de daño, y esa variabilidad genera dudas difíciles de resolver sin una guía clara. Por eso conviene conocer qué se suele esperar en una recuperación y qué elementos pueden influir en que avance más rápido o más despacio, según muestran estudios recientes en fisioterapia y traumatología deportiva.

En este artículo encontrarás una explicación cercana y fundamentada sobre los tipos de lesiones, sus síntomas, las fases de rehabilitación, los ejercicios recomendados, los factores que modifican el pronóstico y las señales que indican que debes acudir a un profesional. Al inicio del proceso siempre resulta útil contar con equipos especializados como los de una clínica deportiva en Barcelona, por ejemplo Soma, cuando la recuperación se hace cuesta arriba.

A través de esta guía podrás orientarte desde el primer día y comprenderás por qué la pregunta cuánto tiempo puede durar una lesión en la rodilla tiene varias respuestas posibles según el tejido afectado y el estado previo de la persona.

Lesiones más frecuentes en la rodilla: causas y síntomas

Entender la lesión es el primer paso para estimar una recuperación. Nuestra rodilla puede dañarse por giros, impactos directos, movimientos repetidos o cargas excesivas. Los mecanismos son muy distintos, y las señales que cada tejido emite facilitan una orientación diagnóstica inicial, como señalan guías clínicas de referencia.

A continuación, vamos a describir las lesiones más comunes con sus características principales.

1. Lesiones del LCA, LCP y ligamentos colaterales

El ligamento cruzado anterior (LCA) suele lesionarse por un giro brusco con la rodilla en ligera flexión. Las personas refieren un chasquido, una inflamación rápida y sensación de inestabilidad.

  • Estudios recientes indican que este patrón sigue apareciendo en la mayoría de casos deportivos (Arundale et al., 2023).

El ligamento cruzado posterior (LCP) se daña por un impacto directo en la parte frontal de la tibia, típico en accidentes de tráfico (NIH, 2023). El cuadro cursa con dolor profundo y cierta inestabilidad posterior.

Los ligamentos colaterales (MCL y LCL) se lesionan durante esfuerzos laterales. El MCL representa gran parte de las lesiones en deportes de esquí, según datos epidemiológicos actualizados (Baptist Health System, 2024). Generan dolor localizado en la zona interna o externa y molestias al abrir la articulación bajo presión manual.

2. Lesiones de menisco y molestias típicas

El menisco puede dañarse con un giro sobre la rodilla en carga o con degeneración progresiva. Los síntomas clásicos son dolor en la línea articular, sensación de enganche y dificultad para flexionar completamente. Las revisiones clínicas recientes destacan la importancia de valorar el bloqueo articular como señal de urgencia (World Journal of Clinical Cases, 2025).

3. Tendinopatía rotuliana y sobrecargas del aparato extensor

La tendinopatía del rotuliano aparece en personas que realizan saltos repetidos o aumentos bruscos de carga. El dolor se localiza debajo de la rótula y empeora al bajar escaleras o ponerse en cuclillas. Su manejo se basa en un programa de fortalecimiento excéntrico bien pautado, con evidencia sólida a favor (Mayo Clinic, 2024; Anonymous PMC, 2024).

Tabla comparativa de las distintas lesiones 

LesiónMecanismo típicoSíntomas principales
LCAGiro bruscoChasquido, inflamación rápida, inestabilidad
LCPImpacto frontalDolor profundo, sensación de desplazamiento posterior
MCL/LCLGolpes lateralesDolor interno o externo, molestia al abrir la articulación
MeniscoGiro en cargaEnganche, bloqueo, dolor en línea articular
Tendón rotulianoSobrecargaDolor bajo la rótula y molestias al descender escaleras

Fases de la rehabilitación de rodilla paso a paso

La recuperación por lo general transcurre un camino relativamente predecible en cuanto a objetivos clínicos. Cada fase evoluciona según criterios funcionales, según indican protocolos actuales de rehabilitación (Mass General, 2023; Frontiers in Physiology, 2025). En las fases centrales y avanzadas se integran programas específicos como la rehabilitación del ligamento cruzado anterior, proceso crucial en deportistas que buscan retornar a la actividad.

Fase aguda: control del dolor, inflamación y movilidad inicial

Esta etapa suele abarcar las primeras semanas. La prioridad es reducir la inflamación, restablecer la extensión completa y mantener la activación muscular. Los protocolos recomiendan iniciar movilizaciones suaves desde los primeros días en lesiones sin bloqueo articular (Training and Treatment, 2024).

Uno de los indicadores más claros de que la rehabilitación va por buen camino es que la hinchazón (el llamado «derrame») disminuye con el tiempo. Si, por el contrario, notas que tu rodilla se vuelve a inflamar tras hacer ejercicio, es una señal de que necesitas reducir la carga o intensidad.

Fase intermedia: recuperar fuerza y movilidad sin dañar la rodilla

Entre la cuarta y quinta semana tras la lesión, muchas personas ya pueden empezar a moverse mejor. El foco aquí está en recuperar por completo el movimiento de la rodilla y empezar a ganar fuerza de forma segura.

Para lograrlo, se usan ejercicios que se hacen con el pie apoyado en el suelo (lo que los fisioterapeutas llaman «cadena cinética cerrada«), porque ayudan a trabajar músculos sin estresar demasiado los ligamentos que aún están curando (Zhou et al., 2025).

Si la lesión afecta al tendón rotuliano (la parte delantera de la rodilla), se empieza con ejercicios excéntricos: movimientos en los que el músculo se alarga al hacer fuerza, como cuando bajas lentamente por una escalera. Este tipo de trabajo ha demostrado ser muy útil para fortalecer sin dañar (Mayo Clinic, 2024).

Fase funcional: equilibrio, resistencia y coordinación en movimiento

Una vez que la rodilla tolera bien los ejercicios básicos, se da paso a una etapa más dinámica. Aquí se trabaja la resistencia física, el equilibrio y la capacidad de hacer movimientos más exigentes sin perder estabilidad.

Es el momento de introducir ejercicios que entrenan la propiocepción, que no es otra cosa que enseñar al cuerpo a «recordar» cómo moverse de forma segura y automática. Por ejemplo, mantenerse en pie sobre una sola pierna o caminar sobre superficies inestables.

Estudios recientes muestran que este tipo de entrenamiento mejora mucho la capacidad de saltar y mantener el equilibrio, algo vital si quieres volver a caminar rápido o hacer deporte sin miedo (Verzura et al., 2025; Orthopaedic Surgery and Research, 2025).

Además, si la rodilla lo permite, se pueden incluir ejercicios suaves como bicicleta estática o natación, que ayudan a recuperar el fondo físico sin impacto.

Fase final: volver a la actividad con confianza y seguridad

En esta última etapa no solo se trata de que la rodilla esté fuerte, sino de que esté lista para soportar los movimientos reales del día a día o incluso del deporte. Saltar, girar, frenar… todo eso requiere una preparación física específica.

Los expertos coinciden en que el cuerpo debe estar neuromuscularmente preparado, es decir, que los músculos y nervios trabajen en armonía para proteger la articulación (American Journal of Sports Medicine, 2025). Esto reduce mucho el riesgo de volver a lesionarse.

Una señal clara de que se puede avanzar es que la rodilla no se hincha después del ejercicio y tolera bien tareas más explosivas, como pequeños saltos o cambios de dirección.

En casos complejos como la lesión del ligamento cruzado anterior (LCA), muchos especialistas recomiendan esperar varios meses más antes de volver a deportes intensos, incluso si te sientes bien (MDPI, 2025).

¿Cuánto tiempo puede durar una lesión en la rodilla?

La pregunta cuánto tiempo puede durar una lesión en la rodilla acompaña al paciente desde el primer día. Sin embargo, el tiempo exacto varía según el tejido dañado, la gravedad y la condición previa. La literatura reciente insiste en diferenciar entre curación biológica y recuperación funcional.

A continuación, veremos una orientación basada en la evidencia.

Tiempos orientativos según tipo de lesión

  1. Lesiones meniscales
    • Meniscectomía parcial: entre 4 y 12 semanas, con apoyo progresivo según tolerancia (World Journal of Clinical Cases, 2025).
    • Reparación de menisco: entre 6 y 9 meses, con restricciones de carga durante las primeras semanas.
  2. LCA (reconstrucción)
    • Retorno general a la práctica de deporte: 9 a 12 meses según estudios recientes (Zhou et al., 2025).
    • Actividades de alta exigencia o deportes con giros intensos: recomendaciones actuales sitúan el mínimo entre 18 y 24 meses, especialmente en personas jóvenes (MDPI, 2025).
  3. Ligamento colateral medial (MCL)
    • Grado I: 1–3 semanas (Cigna, 2024).
    • Grado II: alrededor de 4 semanas.
    • Grado III: uso prolongado de férula y recuperación más lenta.
  4. Tendinopatía rotuliana
    • Duración muy variable. Las mejoras suelen verse entre las 6 y 12 semanas si se aplica un plan de ejercicios específico basado en carga excéntrica (Mayo Clinic, 2024).

Diferencia entre curación biológica y recuperación funcional

Un tejido puede estar cicatrizado en un plazo razonable, aunque la persona aún no tolere las cargas necesarias para volver a correr, saltar o girar. Esta diferencia explica por qué dos pacientes con la misma lesión, mismo tratamiento y edades similares pueden terminar con plazos dispares.

La progresión funcional depende de fuerza, control neuromuscular, equilibrio, coordinación y confianza. Investigaciones recientes mencionan que el papel de los factores psicológicos en la evolución también es determinante (American Journal of Sports Medicine, 2025).

Ejercicios recomendados para rehabilitar la rodilla

Ejercicios recomendados para rehabilitar la rodilla
Rehabilitar con método: el proceso que devuelve movilidad y confianza a tus rodillas.

Los ejercicios deben adaptarse al momento clínico, la tolerancia y los objetivos de cada persona. La evidencia coincide en que una progresión organizada mejora la recuperación (Arundale et al., 2023; Mass General, 2023).

Movilidad y estiramientos seguros

  • Movilizaciones suaves de flexión y extensión
  • Estiramientos controlados de cuádriceps e isquiotibiales
  • Movilización pasiva asistida en fases tempranas cuando la rigidez es evidente.

Ejercicios de fuerza en progresión

  • Isométricos de cuádriceps en fase inicial
  • Sentadillas parciales dentro de rango seguro
  • Prensa de piernas evitando ángulos profundos si hay lesión meniscal
  • Fortalecimiento excéntrico del tendón rotuliano en tendinopatías.

Propiocepción y entrenamiento neuromuscular

  • Apoyo unipodal en superficie estable
  • Progresión a cojines o superficies ligeramente inestables
  • Ejercicios con desplazamientos cortos y controlados.

La investigación más reciente indica mejoras funcionales importantes cuando se aplica un protocolo estructurado de propiocepción (Verzura et al., 2025).

Agilidad y pliometría para fases avanzadas

  • Desplazamientos laterales moderados.
  • Saltos controlados de dos piernas.
  • Progresiones a saltos unipodales cuando se cumple la fuerza mínima recomendada.

Estos ejercicios deben iniciarse cuando la rodilla está estable, sin aumento de inflamación tras las sesiones (Orthopaedic Surgery and Research, 2025).

Factores que influyen en la evolución de la recuperación

Comprender la duración de una lesión exige valorar circunstancias que modifican la evolución. Los estudios clínicos recientes destacan tres grupos principales.

1. Tipo de lesión, edad y condición previa

No es lo mismo una rotura parcial de menisco que una operación de reconstrucción de ligamentos. Algunas lesiones requieren más reposo al inicio, lo que retrasa el inicio de ejercicios activos. Por ejemplo, cuando se repara el menisco, se tarda más en cargar peso que cuando solo se extrae una parte.

La edad también influye: no porque impida una buena recuperación, sino porque suele requerir más tiempo de adaptación. Y si antes de la lesión ya tenías buena masa muscular o eras activo, tienes una clara ventaja.

En cirugías como la prótesis de rodilla, esa condición previa acelera la vuelta a la movilidad.

2. Papel del miedo, la adherencia y el entorno terapéutico

El aspecto emocional es más importante de lo que parece. Muchos pacientes, sobre todo con lesiones graves como la del ligamento cruzado anterior (LCA), sienten miedo a volver a lesionarse. Ese temor puede hacer que se muevan con inseguridad o eviten ejercicios necesarios para avanzar.

Otro punto clave es la constancia. Seguir las indicaciones del fisioterapeuta, hacer los ejercicios incluso en casa, y no abandonar a mitad del proceso marca una gran diferencia. De hecho, en algunos casos seleccionados, la rehabilitación desde casa ha demostrado ser tan eficaz como la presencial, siempre que haya seguimiento adecuado.

3. Calidad del movimiento y control de la carga durante la rehabilitación

Aunque muchas veces se pasa por alto, la forma en que se realiza cada ejercicio y la carga progresiva aplicada pueden marcar la diferencia entre una recuperación eficaz y una recaída.

  • Una mala técnica puede generar microlesiones o agravar estructuras sensibles
  • Avanzar demasiado rápido, sin respetar los síntomas (como el dolor o la inflamación), altera el proceso natural de curación
  • Controlar bien el derrame articular, como comentamos antes, ayuda a dosificar mejor el esfuerzo diario.

infografía sobre el camino de la recuperación de la rodilla

¿Cuándo acudir a un fisioterapeuta o a un traumatólogo?

Hay momentos en los que avanzar por tu cuenta no es buena idea. Aunque muchas lesiones de rodilla mejoran con reposo y ejercicio guiado, hay señales que no debes ignorar. Acudir a un fisioterapeuta o médico especialista a tiempo puede evitar complicaciones mayores.

Situaciones que requieren revisión profesional:

  • El dolor no mejora y te impide hacer cosas tan simples como caminar, vestirte o subir escaleras
  • La rodilla se inflama cada vez que haces ejercicio, aunque sea leve
  • Sientes que algo “se engancha” por dentro o notas bloqueos articulares
  • Te falla la pierna al caminar, pierdes estabilidad o te da inseguridad bajar escalones
  • No consigues doblar o estirar bien la rodilla, ni con ejercicios.

Señales de alerta más graves (acude al médico cuanto antes):

  • La rodilla está muy hinchada, caliente y enrojecida: podría haber una infección
  • Sientes un bloqueo completo, como si la articulación se quedara atascada
  • El dolor es muy intenso y no mejora ni en reposo
  • Aparece hinchazón en la ingle o alteraciones en la sensibilidad de la pierna.

Volver a confiar en tu rodilla: una conclusión necesaria

La recuperación de una lesión de rodilla exige paciencia, constancia y buena orientación. Cada tejido avanza a su ritmo, y la persona requiere un acompañamiento que le dé seguridad. La pregunta cuánto tiempo puede durar una lesión en la rodilla sigue siendo importante en cualquier proceso, aunque la respuesta real surge al observar la evolución semana tras semana. Un buen plan de ejercicios, una pauta clara y una buena gestión emocional permiten recuperar la confianza y reducir el miedo al movimiento.

Quienes necesitan apoyo adicional pueden buscar centros especializados. En Barcelona existen opciones con enfoque multidisciplinar, como Soma, que ofrece programas personalizados de salud deportiva. Las personas interesadas pueden solicitar valoración profesional en Carrer de Lluçà, 27, 08028, Barcelona, espacio donde se trabaja la readaptación física con enfoque técnico y humano.

Referencias consultadas:

  • American Journal of Sports Medicine. (2025). Psychological readiness, especially fear of reinjury, was a significant barrier to RTP after R-ACLR. Recuperado de https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/40949537/
  • Anonymous PMC. (2025). The most common tendinopathy in the knee is of the patellar tendon. Recuperado de https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC9484571/
  • Arundale, A. J. H., Bizzini, M., Dix, C., et al. (2023). Exercise-Based Knee and Anterior Cruciate Ligament Injury Prevention [2023 Update]. Academy of Orthopaedic Physical Therapy and the American Academy of Sports Physical Therapy.
  • Baptist Health System. (n.d.). Lesiones de rodilla frecuentes | Causas y tratamientos de las lesiones de rodilla. Recuperado de https://www.baptisthealthsystem.com/es/services/oncology/cancer-patient-navigator/corporate-content/lesiones-de-rodilla-frecuentes
  • Díaz, E. (2025). Todo lo que debes saber sobre la rehabilitación tras la prótesis de rodilla: plan de 6 meses paso a paso. Recuperado de https://doctoreugeniodiaz.com/2025/03/17/todo-lo-que-debes-saber-sobre-la-rehabilitacion-tras-la-protesis-de-rodilla-plan-de-6-meses-paso-a-paso/
  • Frontiers in Physiology. (2025). Rehabilitation after surgery is equally important. Recuperado de https://www.frontiersin.org/journals/physiology/articles/10.3389/fphys.2025.1501458/full
  • Mass General. (n.d.). Rehabilitation Protocol for ACL. Recuperado de https://www.massgeneral.org/assets/mgh/pdf/orthopaedics/sports-medicine/physical-therapy/rehabilitation-protocol-for-acl.pdf
  • Mayo Clinic. (n.d.). Patellar tendinitis: Diagnosis and treatment. Recuperado de https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/patellar-tendinitis/diagnosis-treatment/drc-20376118
  • MDPI. (2025). Return to strenuous sports, especially in younger athletes, should be delayed by at least 18 months or 2 years after ACLR. Recuperado de https://www.mdpi.com/2077-0383/14/16/5699
  • NIH. (n.d.). Medial Collateral Ligament (MCL) Injuries. Recuperado de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK431095/
  • Orthopaedic Surgery and Research. (2025). A comprehensive analysis of 22 randomized controlled trials revealed that proprioceptive exercise significantly improved performance of the Timed Up and Go test. Recuperado de https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC12234485/
  • Sports Medicine – Open. (2024). Home-based physical therapy is a valid option for the post-operative rehabilitation of patients undergoing TKA. Recuperado de https://www.mdpi.com/2673-1592/7/2/34
  • Training and Treatment. (n.d.). La rehabilitación de rodilla operada es un proceso clave. Recuperado de https://www.trainingandtreatment.es/blog/rehabilitacion-rodilla-operada/
  • Verzura, P., et al. (2025). Proprioceptive training significantly improved subjective knee functional scores and single-leg hopping ability in ACLR patients. Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports. Recuperado de https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/07853890.2025.2542441
  • World Journal of Clinical Cases. (2025). Impact of time between meniscal injury and isolated meniscus repair on post-operative outcomes: a systematic review. Recuperado de https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC12531567/
  • Zhou, C., et al. (2025). Published rehabilitation programs for patients with ACLR lacked sufficient detail to enable clinicians to reproduce the programs in practice. JOSPT Open. Recuperado de https://www.jospt.org/doi/10.2519/josptopen.2025.0160