La fiebre en los niños no es tan malo como parece, incluso puede traer algunos beneficios. La fiebre en sí no es una enfermedad se trata de un síntoma de alguna infección o trastorno viral. También nos indica que el cuerpo está intentando curarse y quiere eliminar todas las toxinas.
Fiebre en los niños. ¿Cómo podría beneficiarse?
Según un estudio del 2004 indicó que los niños que tenían fiebre en el primer año tenían menos riesgos de desarrollar alergias durante la infancia que en aquellos que no la padecían. Al parecer la fiebre podría ayudar al cuerpo del niño a combatir cualquier infección que se presente. Esto es debido a que muchos microbios que causan enfermedades se desarrollan mejor a temperatura normal. Si la temperatura se incrementa unos pocos grados esos microbios no podrían reproducirse.
La fiebre también activa el sistema inmune, acelera su respuesta y estimula la producción de glóbulos blancos. En pocas palabras significa que para curar la enfermedad más rápido lo mejor es que la fiebre siga su curso. Es aconsejable en trastornos como la gripe y el resfrío.
Los episodios prolongados de fiebre en nuestros hijos podrían preocuparnos. En cuanto a esto en los trastornos de los llamados “comunes” el cerebro cuenta con un “termostato” interno. Este no permite que la temperatura supere los 41°C. El daño puede ocurrir solo si la temperatura supera los 42°C, cosa que nunca ocurre.
Aunque la fiebre no parece tan mala como parece es aconsejable consultar con el pediatra para conocer sus causas.
¿En qué momento podríamos preocuparnos?
La fiebre es la manera en la que el organismo ayuda a combatir las enfermedades. Debemos tener en cuenta cuando:
- La temperatura rectal de un bebe de 45 días de nacido supera los 40°C.
- Fiebre alta de más de 5 días.
- La fiebre alta está acompañada de letargo.
- Este mismo tipo de fiebre pero acompañada de: erupción cutánea, dolor de cabeza muy fuerte, fotosensibilidad, contusión y rigidez en el cuello. Podría ser meningitis.