¿Alguna vez has oído hablar de una gripe de verano? No es una enfermedad. Esta patología es a lo que los médicos llaman la enteritis. Los picos de la enfermedad se presentan en el verano o principios de otoño. Los síntomas de la enteritis o gripe de verano se parecen a los del resfriado común, se manifiesta con mala salud, secreción nasal, tos, ojos llorosos, fiebre, pero todas estas características y más se añaden a los signos de infección intestinal. La conocida “enfermedad de las manos sucias” es otro nombre para la gripe de verano. Esto ocurre debido a que la infección se origina directamente por una mala higiene personal.
Conoce como prevenir la “gripe de verano”
La enteritis es una enfermedad infecciosa que se transmite por el contacto de los hogares, y se manifiesta por diversos síntomas. El principal culpable de la enfermedad, se considera que es un microorganismo que puede entrar en el cuerpo a través de los alimentos, las manos sucias o el agua impura. El hecho más reconfortante es que los microorganismos que causan enfermedades pueden ser eliminados mediante reglas simples de higiene personal. Los gérmenes mueren por la acción de ebullición, desinfección y rayos UV. La enfermedad se evidencia por los síntomas que la acompañan, como fiebre, dolor abdominal, diarrea, vómitos, hay un malestar general, dolor de garganta y fiebre.
La enteritis es peligrosa porque conduce a una gran pérdida de líquidos en el cuerpo. Principalmente, se pierde existencias de sales minerales. La pérdida de líquidos se debe al hecho de que el cuerpo está expuesto a los vómitos frecuentes y diarrea. Cuando existe la pérdida de líquido corporal necesita una restauración inmediata del balance de agua y sal.
Para curar la enteritis o “gripe de verano” es muy importante beber agua con frecuencia y en pequeñas porciones. Se puede beber manzanilla, agua mineral, soluciones farmacéuticas que contengan minerales esenciales, etc. También es importante liberar el cuerpo de sustancias dañinas que causan vómitos y diarrea. Para ello, se deben tomar las medicinas que el doctor ordenó, con especial énfasis en aquellas que se llevarán a las toxinas.
Cuando la “gripe de verano” está presente es difícil comer porque en los primeros días, la mucosa del intestino delgado es muy sensible a los efectos de los alimentos. Cuando se cocina, es importante preparar alimentos con suma higiene. También se recomienda moler los productos que pudieran dañar el intestino delgado. Es importante comer en pequeñas cantidades, pero a menudo.