LA MASTITIS Y LACTANCIA MATERNA: SÍNTOMAS Y CÓMO TRATARLA.

Lactancia Materna

La mastitis es una de las afecciones más frecuentes durante la lactancia materna, es comúnmente padecida durante las primeras semanas de amamantar.

Sin embargo, también se puede presentar en otras etapas de la lactancia y puede llegar a afectar tanto física como psicológicamente a la madre.

Ya que la misma causa dolor, puede poner en riesgo la continuidad de la lactancia. ¡Pero no te desanimes! Siguiendo el tratamiento adecuado podrás amamantar sin dolor.

La mastitis consiste básicamente en la inflamación de uno o varios nódulos de la glándula mamaria, que puede presentarse con o sin infección.

Los síntomas son muy molestos y pueden requerir incluso que la madre deba permanecer en la cama para recuperarse completamente. Los más frecuentes son los siguientes: 

  • Dolor en los pechos o sensación de ardor durante la lactancia. La mastitis suele afectar un solo seno, muy rara vez se siente en ambos pechos
  • Fiebre de más de 38,5 º, acompañada de temblores y debilidad.
  • Síntomas parecidos a los de una gripe, como dolores articulares, astenia, náuseas…
  • Irritaciones, grietas o lesiones en el pezón (no en todos los casos)
  • Enrojecimiento de la mama (algunas veces el seno parece tomar forma de cuña)

 

¿Porqué ocurre la mastitis?

Esta afección se produce principalmente por la obstrucción del conducto mamario, cuando el pecho no se vacía correctamente y hace que la leche regrese.

Al producirse esta acción, en algunos casos se origina una infección debido a la proliferación de determinados tipos de bacterias existentes en el organismo.

La leche materna está plagada de organismos vivos, principalmente bacterias, destinadas fortalecer el sistema inmune del bebé y ayudarle a compartir infecciones.

Si estos elementos activos permanecen más tiempo del debido en las glándulas mamarias, pueden desencadenar una respuesta inflamatoria dando origen a una infección. 

El germen más frecuentemente implicado en las mastitis es el estafilococo aureus. Las grietas en el pezón también pueden favorecer la aparición de estas infecciones.

 Factores de riesgo que favorecen la aparición de la mastitis

 Los factores de riesgo más comunes que favorecen la aparición de obstrucciones en el drenaje de la leche materna son:

  • El vaciado incompleto del pecho por tomas poco frecuentes, programadas o el uso del chupete.
  • Un agarre inadecuado del niño.
  • Presión en el pecho por sujetadores o prendas poco adecuadas para la lactancia.
  • Disminución de las defensas maternas, por ejemplo, por cansancio o falta de sueño.
  • Algunas variaciones de la anatomía de la mama, como los pezones invertidos.
  • Presencia de grietas o heridas en el pecho.
  • Falta de higiene en los utensilios utilizados en la lactancia, como extractores o pezoneras.
  • Una mala alimentación.

Si evitas estos factores de riesgo, puedes prevenir la mastitis y sus consecuencias, para disfrutar plenamente de este tiempo compartido con tu bebé.

 ¿Se puede amamantar teniendo mastitis?

Sí. Puedes amamantar con mastitis. Quizá sea un poco incómodo al principio, pero la lactancia suele ayudar a resolver el problema más rápido.

También es seguro y bueno para tu bebé. Las propiedades antibacterianas de la leche materna ayudan a proteger a tu bebé contra la infección.

Consulta a tu médico sobre darle pecho a tu bebé si debes tomar antibióticos para combatirla, y que te receten uno compatible con la lactancia.

 ¿Cómo actuar ante una mastitis?

Si empiezas a padecer estos síntomas, deberás acudir al médico, quien te recomendará el tratamiento más adecuado así como algunas medidas que puedes practicar desde las primeras molestias:

  • Favorecer el vaciado del pecho afectado. Es decir, la lactancia es el mejor tratamiento tanto para la recuperación como para la prevención de la mastitis.
  • Hay que poner al bebé al pecho a menudo y asegurarse que éste se vacía. Puede resultar doloroso, pero tras la toma se notará un gran alivio.
  • Si el niño rechaza el pecho afectado –dado que la leche puede tener un sabor salado debido a la infección- deberá utilizarse un extractor o hacerlo manualmente.
  • Para aliviar la inflamación y el dolor, así como para favorecer el drenaje de la leche, se puede masajear cuidadosamente la mama.   
  • Adecuada nutrición, hidratación y reposo de la madre lactante.
  • Se puede tomar analgésicos, como paracetamol para aliviar el dolor y la fiebre, y antiinflamatorios, como el ibuprofeno. Hay muchos medicamentos compatibles con la lactancia
  • Si la mastitis no mejora en 12 horas, es probable que el médico recomiende el uso de antibióticos para combatir la infección y evitar un absceso.

La mastitis puede ser realmente desalentadora y frustrante en ocasiones, pero no tiene que ser un motivo para desanimarse y dejar de amamantar.

La madre puede requerir apoyo para continuar con la lactancia así como para sobrellevar las molestias que ésta conlleva. Los grupos de lactancia son la mejor opción.

Una vez que la inflamación haya desaparecido tu lactancia volverá a ser nuevamente esa hermosa manera de alimentar a tu bebé y compartir lindos momentos juntos. 

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