Sabías que las nanopartículas podrían salvarte del veneno de serpiente

¿Te asustan las serpientes? Te aseguramos que son millones quienes responden con un sí. La verdad es que el miedo a los ofidios es muy común, así como también lo es saber que podemos morir por una mordedura de ellos. Lo cierto es que en un futuro no muy lejano, las nanopartículas podrían salvarte de su veneno.

Quizás, ahora pienses: ¿Cómo puede ser posible? La ciencia lo explica. Dos expertos están trabajando en un experimento que permitirá a la persona inyectarse con nanopartículas.  Kenneth J. Shea, químico norteamericano, y José María Gutiérrez, un experto en venenos costarricense, son los responsables del proyecto.

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Aunque no cuentan con financiamiento, ambos aseguran que su estudio está avanzado. Han logrado determinar que las nanopartículas inyectadas son capaces de neutralizar el veneno de serpiente. Lo genial del asunto es que podrás llevarla en el morral cuando salgas de excursión, si eres un apasionado de ella.

El estudio supone un avance para la ciencia, en especial porque son pocos los que se han realizado en este campo. Primero, porque el costo de producción de venenos es elevado, tan elevados como la probabilidad de muerte por una picadura de un ofidio.

Los experimentos con nanopartículas

La revista PLOS Neglected Tropical Diseases se encargó de publicar los avances de la investigación de Shea y Gutiérrez. Como suele ocurrir en todo experimento, la acción de las nanopartículas ha sido usada en ratones.

Lo que ocurre en el organismo de estos animales es que las partículas protegen a los animales de los daños tisulares causados por el veneno. Pero no cualquier veneno. La sustancia actuó en contra del tóxico de la cobra escupidora. El roedor no tuvo una reacción alérgica.

Pero, ¿Cuál es el contenido de la sustancia? Las nanopartículas son de hidrogel y están cubiertas con polímeros. Son tan pequeñas  que se adhieren a las proteínas. Shea logró aislar algunas capaces de actuar en contra del veneno producido por especies como las cobras, las serpientes de mar, los búngaros, las mambas y las corales.

Falta más por estudiar

Shea celebra su creación. Sin embargo, está claro que le falta mucho por investigar. Lo que busca es crear una mezcla de partículas que puedan llevarse en un inyectador. Así como ocurre con la epinefrina.

Las partículas no van a reemplazar a los sueros antiofídicos, pero supondrán una garantía de vida. La persona que resulte con una picadura podrá inyectarse y ganar tiempo para llegar a un centro asistencial. Otra ventaja, es que la sustancia es fácil de preparar y no necesita refrigeración.

En América Latina y los trópicos de Asia y África, las mordeduras de serpientes son muy frecuentes. Existen estadísticas que señalan que más de dos millones de personas son mordidas al año y que cien mil de ellas mueren. También hay otro dato alarmante, cuatrocientas mil sufren amputaciones de miembros por la gravedad del tóxico en el organismo.