¿Qué pasa cuando hay pérdida ósea severa y se necesitan implantes?

Qué pasa cuando hay pérdida ósea severa y se necesitan implantes
Paciente atendida por dentista en León con tecnología 3D para valorar implantes en casos de pérdida ósea severa.

Cuando se pierde un diente, no solo desaparece una pieza, sino que empieza un proceso que casi nadie conoce, y ni siquiera se percata dentro del hueso que lo sostenía: el cuerpo reabsorbe ese tejido por falta de función. Con el tiempo, esa pérdida ósea puede volverse un obstáculo para colocar un implante dental. Esta situación es más habitual de lo que parece y preocupa a muchas personas que desean recuperar su sonrisa de manera segura y duradera.

En la Clínica dental en León Censadent , este tipo de casos se ve con regular frecuencia. Las personas llegan con dudas, algo de miedo y la sensación de que quizá ya no haya solución. Sin embargo, la implantología moderna dispone de técnicas avanzadas y muy fiables que permiten restaurar la función oral incluso cuando el volumen óseo es limitado.

Los dentistas en León especializados en cirugía oral manejan estas situaciones con planificación detallada y tecnología 3D que ofrece una visión clara del hueso restante.

En este artículo se explicará qué pasa cuando hay pérdida ósea severa y se necesitan implantes, cómo se origina este problema, en qué consiste la pérdida ósea severa, qué opciones de tratamiento existen hoy y cómo se decide cuál es la técnica más adecuada. A lo largo del texto, vamos a integrar información científica reciente, para que estés seguro que todo lo que leas está comprobado, y no son especulaciones. 

¿Por qué se pierde hueso al faltar un diente?

Cuando un diente desaparece, el hueso que lo rodeaba deja de recibir estímulos. El hueso es un tejido vivo que responde a la carga que producen funciones como masticar y hablar. Si el diente falta, ese estímulo desaparece y el cuerpo interpreta que esa zona ya no tiene utilidad. Como consecuencia, inicia un proceso de reabsorción. Esta reacción está bien documentada en la literatura actual y se acelera durante los primeros meses tras la extracción (Tan, 2025).

La pérdida ósea no se nota de inmediato. Avanza con lentitud, aunque es más marcada en los primeros tres a seis meses. En algunos estudios se describe una reducción del ancho alveolar que puede alcanzar entre un 29 y un 63 por ciento. Este fenómeno deja menos base ósea disponible para colocar un implante convencional más adelante.

Algunas personas pierden hueso de forma más pronunciada debido al uso prolongado de prótesis removibles que no transmiten fuerzas al hueso. En otros casos, la causa es la ausencia del diente durante muchos años. También se observa mayor riesgo en personas que han sufrido enfermedad periodontal. El problema principal aparece cuando alguien quiere colocarse un implante y descubre que el hueso disponible ya no es suficiente para garantizar estabilidad.

¿Qué se considera una pérdida ósea severa?

Un caso se considera severo cuando el volumen óseo es insuficiente para colocar un implante con seguridad. Aquí entra en juego la altura, el ancho y la densidad del hueso. Cuando estas dimensiones están por debajo de ciertos umbrales, el implante no tendría la fijación necesaria.

En estudios recientes se suele hablar de pérdida ósea severa cuando la altura del hueso en el maxilar superior es inferior a seis milímetros o el ancho es menor de cuatro milímetros (Jepsen, 2025). En estos escenarios, el profesional necesita valorar alternativas más avanzadas. Esto requiere una tomografía 3D, una prueba muy precisa que permite medir el hueso disponible y planificar la cirugía con detalle.

Entender qué pasa cuando hay pérdida ósea severa y se necesitan implantes ayuda a comprender la importancia del diagnóstico. No es un simple inconveniente. Es un punto que obliga a adaptar la técnica. Con la tecnología adecuada, esta valoración se hace de forma rápida y segura.

Opciones de tratamiento cuando hay poco hueso

No todas las personas presentan la misma cantidad de hueso ni las mismas necesidades. Por este motivo, hoy existen varias alternativas que permiten rehabilitar incluso los casos más complejos. Cada una de ellas actúa de manera distinta y se selecciona según la cantidad y calidad del hueso.

Soluciones para la pérdida ósea severa en implantología
Infografía sobre injertos óseos, regeneración guiada e implantes cigomáticos para tratar pérdida ósea severa.

A continuación se explican de forma clara las opciones más empleadas en implantología avanzada, con el respaldo de la investigación científica más actual.

1. Injertos óseos: reconstruyendo el terreno perdido

El injerto óseo se utiliza cuando la pérdida es moderada o severa y se necesita aumentar el volumen del hueso antes de colocar el implante. El objetivo es crear una base estable donde el tornillo implantario pueda integrarse.

Existen distintos tipos de injerto:

  • Injerto autólogo: se obtiene del propio paciente. Presenta excelente integración, aunque implica una pequeña intervención adicional.
  • Injerto sintético: se fabrica en laboratorio. Es biocompatible y permite aportar volumen sin necesidad de un segundo sitio quirúrgico.
  • Injerto de banco (aloinjerto o xenoinjerto): procede de donante humano o animal, tratado con procesos que garantizan seguridad y compatibilidad.

En la literatura reciente se destaca que los injertos autólogos ofrecen tasas de integración superiores, aunque los sintéticos y los xenoinjertos muestran resultados muy predecibles sin necesidad de incrementar la cirugía (Scarano, 2023).

También se emplea la regeneración ósea guiada, una técnica que utiliza membranas biocompatibles para dirigir el crecimiento del hueso y proteger el área injertada. Esta técnica mejora la estabilidad del injerto y facilita que el hueso nuevo tenga la forma adecuada.

2. Regeneración ósea guiada: ayudando al hueso a crecer donde falta

Como ya adelantábamos, la regeneración ósea guiada se utiliza para aumentar el volumen en zonas donde el hueso ha perdido forma o densidad. Esta técnica crea un espacio protegido en el que el hueso puede crecer sin interferencias de otros tejidos. La evidencia disponible muestra resultados muy positivos, sobre todo cuando se combina con biomateriales preparados para favorecer la formación ósea (Thoma, 2023).

3. Implantes cigomáticos: cuando el hueso no es un problema

Hay casos en los que la pérdida ósea es extrema, sobre todo en el maxilar superior. En estas situaciones, los implantes cigomáticos permiten evitar los injertos. Se anclan en el hueso cigomático, que se encuentra en la zona del pómulo y presenta gran densidad.

La literatura reciente indica que estos implantes alcanzan tasas de éxito que oscilan entre un 96 y un 98 por ciento incluso a largo plazo (Goetze, 2023). Son una solución muy eficaz para quienes buscan rehabilitación fija y estable sin someterse a cirugías regenerativas extensas.

En los últimos años, esta técnica ha mejorado de forma notable gracias a la navegación digital y la planificación en tres dimensiones.

Para entender mejor las diferencias entre opciones, a continuación se muestra una tabla comparativa basada en datos documentados.

Comparativa de técnicas en casos de pérdida ósea severa
Técnica¿Requiere injerto?Complejidad quirúrgicaTiempo hasta la prótesisResultados documentados
Injerto autólogoModeradaVariableAlta integración y excelente estabilidad
Injerto sintéticoModeradaVariableBuena predictibilidad y menor morbilidad
Regeneración ósea guiadaModeradaVariableFavorece la formación ósea y mejora la estabilidad
Implantes cigomáticosNoAltaMás rápidoTasa de supervivencia del 96–98% (Goetze, 2023)

Esta tabla permite observar cómo cada técnica se ajusta a necesidades distintas. Elegir una u otra depende del tipo de pérdida ósea y de la valoración clínica.

¿Qué tratamiento es el adecuado para cada persona?

La planificación digital con radiografías 3D permite valorar la pérdida ósea y definir la técnica de implante más segura para cada paciente. Imagen cedida por Clínica Dental Censadent, para uso referencial.
La planificación digital con radiografías 3D permite valorar la pérdida ósea y definir la técnica de implante más segura para cada paciente. Imagen cedida por Clínica Dental Censadent, para uso referencial.

La selección del tratamiento requiere una evaluación individualizada, es decir esto significa que no existe una solución universal. La tomografía 3D y el estudio clínico permiten determinar la técnica idónea.

En la clínica dental Censadent Santa Ana, los profesionales realizan un diagnóstico completo que abarca desde el análisis del hueso hasta la revisión del estado general de la boca. Esta forma de trabajar permite tomar decisiones acertadas. Estos especialistas en implantes dentales  valoran la densidad ósea, la altura y el ancho disponible, así como las expectativas del paciente.

Un futuro con más opciones y mejores resultados

Como hemos visto, la pérdida ósea ya no es una limitación definitiva. Gracias a la implantología moderna, hoy es posible colocar implantes dentales en León incluso en pacientes con poco hueso, utilizando técnicas como los injertos óseos, la regeneración guiada o los implantes cigomáticos. Estas soluciones permiten recuperar la función y la estética con resultados estables y naturales.

El avance en biomateriales, navegación digital, planificación virtual y técnicas mínimamente invasivas permite tratar casos que hace años se consideraban imposibles. La implantología continúa evolucionando y se prevé que nuevas tecnologías sigan mejorando los resultados en personas con pérdida ósea avanzada.

Las soluciones existen, los resultados están documentados y el futuro en este campo es prometedor. Las clínicas que combinan experiencia, tecnología y planificación cuidadosa, como una clínica dental en León orientada a este tipo de procedimientos, ofrecen a los pacientes un alto grado de confianza.

Referencias consultadas:

  • Goetze, E., et al. (2023). Long-term treatment outcomes with zygomatic implants: A systematic review and meta-analysis. International Journal of Implant Dentistry, 9(1), 17. https://doi.org/10.1186/s40729-023-00479-x
  • Jepsen, S., et al. (2025). AO/AAP consensus on prevention and management of peri-implant diseases. Journal of Periodontology, 96(3), 456–478. https://doi.org/10.1002/JPER.25-0270
  • Scarano, A., et al. (2023). Bone grafts in dental medicine: An overview of autografts, allografts and synthetic materials. Materials, 16(11), 4115. https://doi.org/10.3390/ma16114115
  • Thoma, D. S., et al. (2023). Clinical efficacy of guided bone regeneration in peri-implantitis defects: A network meta-analysis. Periodontology 2000, 93(1), 236–253. https://doi.org/10.1111/prd.12526