Rosácea: Inflamación o enrojecimiento en la piel

La rosácea se conoce como una común enfermedad que afecta a las personas adultas, que resulta más manejable que el acné adolescente. La rosácea afecta comúnmente la zona central de la cara, especialmente la nariz, y cuenta con ascensos y descensos periódicos, variando entre brotes y remisiones.

Los síntomas de este problema pueden aparecer y desaparecer periódicamente. La piel puede aclararse por semanas, meses o incluso años y luego estallar de nuevo. La rosácea suele evolucionar por etapas y generalmente causa la inflamación de la piel en la cara, específicamente las mejillas, frente, nariz y barbilla. Por lo que el tratamiento de esta enfermedad debe hacerse cada vez que haga su aparición, y a continuación se encuentran una serie de técnicas que pueden realizarse desde casa, con el fin de eliminar este mal.

Té de manzanilla: Si nunca se ha tomado manzanilla, es porque se es inmortal. La manzanilla cura diversos problemas en el organismo, ya sea internamente como externa, debido a su gran cantidad de beneficios saludables que contiene, además de ser uno de los remedios más usados y conocidos para este problema. Gracias a sus ingredientes activos como los terpenoides y los flavonoides pueden producir un efecto antiinflamatorio, antiséptico y calmante.

Se puede preparar un té de manzanilla para luego dejarlo enfriar y con un paño humedecerlo y aplicar en las zona de la cara donde se parezca de rosácea. También se puede aplicar las bolsitas en el rostro en lugar del paño o algodón.

Té verde: Otro té que puede ayudar a desaparecer la rosácea es el verde. Gracias a sus propiedades fotoprotectoras y antiinflamatorias puede ser un gran aliado y remedio para este mal. Un estudio de la Academia Americana de Dermatología indicó que las cremas que contenían té verde podrían aliviar sus síntomas.

Utilizar cremas que contengan té verde o también realizar una infusión de este té, para dejar enfriar y empapar un algodón o compresa, y aplicar en las zonas afectadas son remedios favorables ante la eliminación de este mal.

Probióticos: Si las bacterias causan mal, existen las buenas que contrarrestan y hacen difícil el trabajo de las malignas.  Según estudios, estas bacterias pueden ayudar a mejorar las alteraciones cutáneas y ayudan a fomentar las bacterias buenas aparte de controlar los microorganismos nocivos.

Añadir probióticos a la dieta puede ayudar a la piel y el organismo en general. Este tipo de bacterias se pueden encontrar en alimentos fermentados o en cápsulas, por ejemplo el yogurt.

Pepino: Aplicar rodajas de pepino sobre las zonas afectadas de la piel, puede ayudar a reducir los síntomas en una rosácea leve, reduciendo la irritación, inflamación y enrojecimiento.

Usar pepino fresco y aplicar en las zonas durante 5 minutos.