Agorafobia, miedo a los espacios abiertos y las multitudes

Agorafobia
Agorafobia

La agorafobia se caracteriza por ser una fobia social, un inconveniente que perturba alrededor de 3,5% de la población mundial. Este trastorno refiere a que la persona advierte un miedo muy agudo cuando se halla en escenarios o lugares en los cuales le puede resultar arduo o delicado escabullirse.

Esta angustia acarrea conductas evitativas. Esto significa que la persona limita su radio de acción a los lugares en los cuales se siente en completa seguridad e intenta permanecer por largo tiempo en casa.

Lo frecuente es que impida mezclarse con la gente, que muestre resistencia a viajar en vehículo, autobús o avión. Que no entre en un ascensor o cruce un puente e inclusive rechace ciertos compromisos básicos del hogar, principalmente cuando estas significan salir de casa.

Agorafobia, miedo a estar rodeado de mucha gente
Agorafobia, miedo a estar rodeado de mucha gente

Evadir estas circunstancias, que son habituales para la mayoría de las personas, va restringiendo progresivamente las relaciones interpersonales.

Cuando la persona se ve forzada a afrontar las circunstancias temidas, logra desplegar una crisis de angustia. Sintiendo pulsaciones fuertes, sudoraciones, estremecimientos, siente que le falta el aire y presenta dificultades para respirar.

Estos síntomas vienen acompañados con una impresión de alucinación, el miedo a tornarse maniático e inclusive a morir. En los casos más severos, no es preciso que la persona viva la situación temida. El simple hecho de acordarse o suponer que puede llegar a afrontarla, comienza ya a liberar estas sintomatologías.

Causas de la agorafobia

A pesar de que las causas no se conocen con certeza, hay diversas teorías que pretenden revelar esta situación. Se ha descubierto que las personas con agorafobia igualmente tienen problemas con la ubicación espacial y se les obstaculiza conservar el equilibrio. No consiguen armonizar bien la información procedente del sistema vestibular, visual y propioceptivo.

La mayoría de las personas que sufren esta fobia tienen conflictos en el sistema vestibular, por lo que se radican más en las señales visuales y táctiles. Cuando se hallan en espacios abiertos o con muchas personas, pueden percibir una desorientación y confusión.

Otra definición se establece en la teoría del apego. Esta teoría, dice que las personas con agorafobia no han logrado desarrollar un apego positivo en su niñez por lo que no han conseguido desarrollar las destrezas sociales básicas.

Por lo tanto, la agorafobia no es más que una contestación de amenaza ante la separación de una base segura. Un estudio propone que el auténtico inconveniente del agorafóbico no es la discrepancia entre el espacio público y el privado. Sino entre la percepción de seguridad y peligro.

El mecanismo a través del cual se establece la agorafobia generalmente es el mismo: la persona advierte una experiencia negativa en un lugar del cual le resulta arduo huir y a partir de ahí crea una asociación negativa que se impulsa cuando entra en un lugar semejante.