¿Momento difícil? Ánimo y mira adelante
Momentos, solo eso, un periodo que pasara pronto. Sea bueno o malo, llegan, están y debemos tener la certeza que entre mas rápido lo afrontemos o los vivamos mas rápido pasaran.
Si no sabemos gestionar nuestras emociones, es muy posible que nos dejemos embargar por ellas ante una difícil situación. No es evadirlas o que esté mal sentirlas, es no anclarse en ellas. Si sientes miedo, siéntelo, reconócelo pero déjalo ir. Sientes rabia, afronta la situación y suéltalo. Sientes felicidad, vívelo, disfrútalo y añora cada instante.
Ante un momento que nos genere dolor o tristeza, es normal que sintamos eso. Pero deben ser días, no meses. Esto nos puede llevar a una depresión de durar largos periodos.
Un tiempo a solas puede ser tanto positivo como negativo, todo depende del uso que le des. Cuando una persona se encierra en si misma, sin dejarse ayudar, apoyar es dañino. Siempre es bueno exteriorizar aquello que nos hace sentir mal.
Pero, si el tiempo que nos tomamos a solas es usado para reflexionar sobre la situación que nos aqueja o el mal momento que se presenta, podemos gestionar las emociones y ver el panorama de forma mas objetiva. De esta manera podemos detectar las oportunidades que se tienen, o las decisiones que se pueden tomar.
Así que ten presente que el tiempo a sola será bueno siempre y cuando no abuses de el para evadir, encerrarte, victimizarte o negarte.
Ánimo y mira adelante
Cada persona lo motiva o lo hace sentir bien diversas cosas. Son esas cosas que se hacen lo que le produce un estado de tranquilidad, positivo o relajado. Si estás atravesando un mal momento, no dejes de hacer aquellas cosas que te generan ese estado de calma.
Cuanto más tranquilo o mejor nos sintamos mejor se afrontan las situaciones. Por ejemplo ir al gimnasio, te hace drenar y llenarte de energía. Y no es que se busque evadir o negar aquello que hace que el momento sea malo, se trata de no caer en la desesperación, depresión o encierro que no ayuda en nada.
Toda situación difícil te hace crecer aunque en el momento no lo puedas apreciar producto de la misma circunstancia negativa.
Son los momentos malos los que precisamente desarrollan tu capacidad de resiliencia. Gracias a ella es que nos levantamos ante las adversidades y nos fortalecemos ante ellas.
No dejes de ver un mal momento como una oportunidad de cambio, y de aprendizaje para seguir adelante.