Aprender a escuchar a los demás, es sencillo

Aprender a escuchar
Aprender a escuchar

La mayoría de los errores que ejecutamos en el transcurso de nuestra vida, podemos evitarlo con una práctica simple: aprender a escuchar. En muchos momentos dejamos de lado el escucharnos a nosotros mismos e igualmente a los demás. Nos limitamos a oírlos hablar, pero no nos detenemos a analizar lo que sus frases y sus gestos nos trasmiten.

Saber escuchar es un todo un arte comunicativo que nos abre muchas puertas en las relaciones interpersonales y además es perfecta para evitar tergiversaciones.

Para sobre el arte de aprender a escuchar realmente, toma nota de estas recomendaciones:

Transmite una actitud apropiada: Esto significa, evadir la posibilidad de entretenerte con otras cosas. Nada de echar un vistazo al móvil; proseguir escribiendo en la computadora mientras te hablan, tampoco mirar para otra parte.

Con actitud apropiada, hay que aprender a escuchar
Con actitud apropiada, hay que aprender a escuchar

Mira directamente a los ojos a la persona con la que conversas. Si es una plática a distancia, por telefonía, por ejemplo, trata de concentrarte en lo que tu interlocutor te está expresando.

Igualmente, si te exhibes relajado y receptivo, tu interlocutor se apreciará más positivo y sereno al momento de hablar contigo. Por lo que conseguirá concretar sus ideas más cómodamente y la conversación fluirá con más confianza.

Presta atención a los pormenores: Cuando nos comunicamos con los demás no solamente lo hacemos mediante las palabras que emitimos; sino además mediante el tono, el ritmo, los gestos que las acompañan.

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Evita interrumpir: Si estás de acuerdo como si no con lo que estás escuchando, no vayas a interrumpir al interlocutor, permitirle continuar logra con periodicidad que a lo largo de su alocución explique el por qué indica o procede de un modo concreto.

Al mismo tiempo, al no interrumpir el interlocutor se apreciará verdaderamente escuchado y logrará abrirse más cómodamente a ti y compartir contigo sus emociones reales.

Asegúrate de comprender el mensaje: Si algún aspecto no te queda claro, consulta a tu interlocutor de manera directa pero simple, sin discutir o calificar parte del mensaje que ya ha compartido contigo.

No completes con críticas o reputes lo que has oído, tan solo asegúrate de haber comprendido el mensaje. Más adelante tendrás tiempo de suministrar tu opinión si es preciso y así pretendieras hacerlo.

Como se expresa al principio, aprender a escuchar es un arte que se puede entrenar. Practícalo siempre que puedas y agradece a tu interlocutor la plática mantenida.

Ten presente, que se aprende más escuchando que hablando.