
La temperatura está comenzando a bajar considerablemente. En ciudades como Madrid, las noches ya registran mínimas de hasta 7°C, mientras que en Barcelona rondan los 12°C. Con la llegada del frío, es común que surjan problemas respiratorios, y la congestión nasal es uno de los más habituales. Aunque generalmente no es grave, esta molestia afecta la calidad de vida de quienes la sufren, alterando el sueño y complicando actividades diarias. Además, la congestión nasal y la necesidad de remedios para la tos pueden derivar en complicaciones mayores si no se tratan adecuadamente.
La congestión nasal ocurre cuando los tejidos internos de la nariz se hinchan debido a la dilatación de los vasos sanguíneos, lo cual reduce el flujo de aire y disminuye la capacidad de respiración. Por lo general, este proceso fisiológico también suele ir acompañado de un aumento en la producción de moco, lo que agrava más la obstrucción. Tal como señala el texto Middleton’s Allergy: Principles and Practice (Elsevier, 2020), dicha inflamación es una natural del cuerpo frente elementos irritantes y puede aparecer en cualquier época del año, aunque es más frecuente en invierno.
Muchos asocian la congestión nasal únicamente con el resfriado común, pero esta puede ser consecuencia de otros factores, desde alergias hasta infecciones más serias. Conocer las causas comunes de la congestión nasal permite a las personas entender mejor su origen y así tomar medidas adecuadas para su prevención y tratamiento.
Por esa razón, nos pareció interesante abordar este artículo, para analizar cómo se produce la congestión nasal, los síntomas que acompañan a este trastorno respiratorio y sus principales causas. También puntualizaremos en qué momento es conveniente consultar a un médico y qué hacer si esta molestia persiste.
¿Cómo se produce la congestión nasal?
Cuando experimentamos congestión nasal, en nuestro cuerpo se desencadena un proceso natural de defensa. Este proceso empieza en los vasos sanguíneos de la mucosa nasal, que se dilatan ante factores como infecciones o irritantes externos. La dilatación provoca una mayor afluencia de sangre a la zona, lo que genera inflamación en los tejidos nasales.
Como explicábamos, la hinchazón dificulta el paso del aire y produce la sensación de nariz «tapada». Por otro lado, en respuesta a la inflamación, las glándulas de la mucosa aumentan su producción de moco, creando una barrera adicional contra agentes externos, pero también contribuyen a la congestión.
A nivel fisiológico, el cuerpo utiliza el moco para retener partículas de polvo, alérgenos y microorganismos que pueden irritar o infectar el sistema respiratorio. Sin embargo, cuando la producción de moco es excesiva, agrava mucho más los síntomas iniciales.
Además de la obstrucción evidente, la congestión nasal puede presentar otros síntomas, tales como:
- Dolor o presión en el rostro, especialmente alrededor de la frente y los pómulos
- Disminución del sentido del olfato y del gusto, debido a la inflamación en las cavidades nasales
- Sensación de goteo nasal posterior que baja hacia la garganta, causando molestias y a veces una tos irritativa
- Dificultad para respirar correctamente, sobre todo en posición horizontal, lo que puede interferir con el sueño
- Dolor de cabeza, derivado de la presión acumulada en los senos paranasales.
Causas comunes de la congestión nasal

Al entender cómo funciona la congestión nasal en nuestro organismo, podemos identificar los factores específicos que pueden desencadenarla. Es importante aclarar que causas comunes de la congestión nasal son tanto para adultos, como para niños y adolescentes, y su frecuencia varía en función de la exposición a factores ambientales y personales.
Con la llegada de temperaturas frías, como las que experimentamos actualmente, es bastante común que la congestión nasal aparezca como resultado de infecciones virales, pero existen otras causas igualmente importantes que conoceremos a continuación.
1. Resfriado común
El resfriado común, causado por varios tipos de virus, es una de las causas más frecuentes de congestión nasal. Este virus infecta las vías respiratorias superiores y desencadena una respuesta inflamatoria en la mucosa nasal. Según la CDC (Centers for Disease Control and Prevention), los adultos pueden tener entre dos y cuatro resfriados al año, y los niños hasta diez, especialmente en invierno. Aunque los síntomas suelen ser leves y se resuelven en pocos días, la congestión nasal puede ser molesta y persistente en algunos casos.
2. Sinusitis
La sinusitis es la inflamación de los senos paranasales y puede ser tanto aguda como crónica. Esta condición ocurre cuando los senos se obstruyen y se llenan de moco, lo cual facilita la proliferación de bacterias. Según la American Academy of Otolaryngology, es una de las condiciones más comunes en los adultos, y su duración varía en función de su origen.
Además de la congestión, suele causar dolor en el rostro y secreción nasal espesa, lo que requiere tratamiento médico si los síntomas persisten más de diez días.
3. Alergias
Las alergias, especialmente la rinitis alérgica, son una de las causas más comunes de congestión nasal, especialmente en primavera y otoño. Cuando una persona alérgica entra en contacto con un alérgeno, como el polen o el polvo, su sistema inmunológico reacciona liberando histamina, una sustancia que provoca inflamación en la mucosa nasal.
Dicha reacción genera una serie de síntomas respiratorios, siendo la congestión nasal uno de los más notables. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las alergias afectan a más del 20% de la población mundial y pueden ser crónicas.
4. Uso excesivo de descongestionantes nasales
El uso frecuente y prolongado de aerosoles descongestionantes puede llevar a un efecto de rebote, conocido como rinitis medicamentosa. Este efecto aparece cuando el organismo se adapta al descongestionante y, al suspender su uso, la congestión nasal empeora. Según un estudio publicado en The Journal of Allergy and Clinical Immunology, el uso de estos aerosoles por más de tres días consecutivos aumenta significativamente el riesgo de dependencia.
5. Pólipos nasales
Los pólipos nasales son pequeñas masas benignas que se forman en la mucosa de la nariz o en los senos paranasales. Estos pueden obstruir las vías respiratorias, generando una congestión constante. Aunque no son peligrosos, los pólipos grandes pueden requerir tratamiento médico o incluso cirugía.
Un artículo de Mayo Clinic indica que los pólipos suelen aparecer en personas con historial de asma o rinitis alérgica.
6. Cambios hormonales
Durante el embarazo, algunas mujeres experimentan congestión nasal debido a los cambios hormonales que incrementan el flujo sanguíneo en las mucosas nasales. Este tipo de congestión, conocido como rinitis del embarazo, suele ser temporal y desaparece después del parto. Los cambios hormonales relacionados con la pubertad o el ciclo menstrual también podrían producir síntomas similares.
7. Contaminantes y tabaco
La exposición al humo del tabaco y otros contaminantes ambientales irrita la mucosa nasal y provoca inflamación crónica. De acuerdo a datos de la OMS, los contaminantes aumentan el riesgo de problemas respiratorios, incluida la congestión nasal persistente, especialmente en grandes ciudades o zonas industriales.
¿Cuándo preocuparse por la congestión nasal?
Como mencionábamos en la introducción, la congestión nasal por lo general no es más que una molestia pasajera, en ocasiones es preciso estar atentos. Algunos síntomas acompañantes pueden ser indicativos de infecciones o condiciones que requieren intervención médica. Ignorar estos signos puede llevar a complicaciones serias y afectar la salud respiratoria a largo plazo.
- Dolor intenso en el rostro o hinchazón: estos síntomas pueden indicar una infección bacteriana.
- Fiebre alta persistente: puede sugerir una infección más grave, como sinusitis aguda.
- Secreción nasal maloliente o de color inusual: la presencia de pus o secreciones verdosas podría ser señal de infección.
- Congestión que no mejora en más de dos semanas: esto puede indicar una condición crónica o la necesidad de una evaluación médica.
- Dificultad para respirar o respirar por la boca: en niños, puede ser síntoma de adenoides agrandadas o problemas estructurales.
¿Qué pasa si no se me quita la congestión nasal?

Cuando la congestión nasal persiste, es importante tomar medidas adicionales. Una opción es probar métodos naturales como el uso de humidificadores y soluciones salinas, que ayudan a mantener las mucosas hidratadas y a facilitar el drenaje nasal. También es recomendable reducir la exposición a posibles irritantes y consultar a un médico, especialmente si los síntomas interfieren con la vida diaria.
Otra medida es realizar un examen más exhaustivo para identificar posibles alergias, infecciones crónicas o factores estructurales, como un tabique desviado, que puedan estar causando la congestión. En casos crónicos, algunos tratamientos incluyen corticosteroides en spray nasal o, en situaciones complejas, cirugía. Sin embargo, cualquier tratamiento o procedimiento debe ser recomendado y supervisado por un profesional de la salud.
De lejos, la congestión nasal es una de las molestias más comunes del planeta, que aunque generalmente no es grave, puede afectar notablemente la calidad de vida de quienes la padecen. Comprender sus causas comunes y cómo se produce en nuestro cuerpo nos permite tomar medidas preventivas y aplicar tratamientos que pueden aliviar esta condición.
Para quienes experimentan congestión persistente, es totalmente recomendable acudir a un profesional de la salud que pueda realizar un diagnóstico detallado y ofrecer un tratamiento adecuado. Mantener una buena hidratación, evitar irritantes y mantener un ambiente húmedo pueden ser aliados en el manejo de los síntomas.
Fuentes consultadas:
- Middleton’s Allergy: Principles and Practice, 9ª edición, Elsevier, 2020. Capítulos sobre rinitis alérgica y congestión nasal. Este texto explica detalladamente los procesos fisiológicos relacionados con la inflamación de la mucosa nasal.
- Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Información sobre el resfriado común y su impacto en las vías respiratorias superiores. Disponible en www.cdc.gov.
- Mayo Clinic: Artículos sobre sinusitis, congestión nasal y rinitis no alérgica. Disponible en www.mayoclinic.org.
- American Academy of Otolaryngology: Datos y estadísticas sobre la sinusitis y tratamientos asociados. Disponible en www.entnet.org.
- Journal of Allergy and Clinical Immunology: Estudios sobre rinitis medicamentosa y su impacto en la congestión nasal. Publicación accesible a través de bases científicas especializadas.
- Organización Mundial de la Salud (OMS): Información general sobre alergias y su prevalencia global. Disponible en www.who.int.































