Las náuseas y los vómitos son los síntomas de una enfermedad o condición. La causa subyacente de la enfermedad que causa náuseas y vómitos debe ser identificada y tratada. Pueden ser desde migrañas, embarazo, gripe, gastritis, menstruación, fiebre, intolerancia a algún alimento, síndrome del colon irritable, ir en coche, barco o autobús, entre algunos otros más, pueden producir náuseas y o simplemente las ganas de vomitar.
Si la persona que padece las náuseas, le resulta frecuente su aparición, es necesario investigar el origen de las mismas, para poder instaurar un tratamiento adecuado. Si las náuseas se acompañan de vómitos es necesario rehidratarse y controlar el nivel de electrolitos.
Existe una serie de remedios caseros que ayudan a evitar o eliminar las náuseas de una manera eficaz, con los que no es necesario asistir a un doctor, al menos que la enfermedad se vea en un estado más complicado, que los remedios no surtan efecto o en su defecto, que genere efectos secundarios debido a alergias u otro tipo de intolerancia personal.
Tomar agua: Con frecuencia, las náuseas hacen que el organismo se deshidrate, perdiendo una sin fin de minerales vitales para la composición del mismo, así que es aconsejable tomar líquidos transparentes, como té de hierbas o agua fría cuando se sientan las náuseas, principalmente porque el cuerpo querrá digerir lo menos posible en ese momento. Los líquidos azucarados podrían ayudar a calmar la sensación en el estómago, pero evitar las bebidas ácidas, como el jugo de naranja o el café es lo más recomendable. Chupar cubitos de hielo también resulta una buena opción.
Infusión de manzanilla: La manzanilla contiene antiácidos y analgésicos que afectan al organismo de la mejor manera. Esto hace que sea un buen remedio contra las náuseas, eliminándola debido a sus propiedades.
Preparar una infusión con dos bolsitas de manzanilla o añadiendo una cucharadita de ella en una taza de agua hirviendo y tomándola dos veces al día bastará para ayudar al organismo a recomponerse.
Menta: Esta planta, debido a sus propiedades, puede hacer calmar las náuseas y los mareos. Tomar un té de menta es una buena opción. En una taza de agua hirviendo, se añade una cucharadita de hojas secas de menta, dejando reposar para luego colarlo. Beberlo un par de veces al día será suficiente. Otra opción es hervir hojas de menta y masticarlas.
Comer alimentos ligeros: Si ya se ha vomitado anteriormente, es buena idea comer porciones pequeñas de galletas ligeras o de pan tostado, a fin de comenzar a llenar el estómago. Evitar los alimentos grasosos o ácidos y todos aquellos que tengan olor fuerte es lo más importante a la hora de alimentarse teniendo presente las náuseas. La dieta BRAT (según las siglas en inglés de plátanos, arroz, puré de manzana y pan tostado) fue diseñada justamente para evitar o mejorar esas sensaciones, creada con este simple propósito.