En el momento en el que vamos a bañarnos optamos por una ducha caliente o tibia en especial durante el invierno. Por otro lado se han realizado investigaciones para buscar analizar qué tan beneficiosas pueden ser las duchas frías.
Duchas frías ¿Qué reacción produce en nuestro organismo?
Según un estudio realizado en los Países Bajos; se analizó a un grupo de adultos para saber si en realidad las duchas frías mejoraban o no la salud.
En la investigación participaron 3 mil personas que no acostumbraban a ducharse con duchas frías. Se los asignó a cuatro grupos quienes cronometraron su tiempo en la ducha de agua fría. Se logró demostró una reducción del 29% en la sensación de estar enfermas en comparación a los demás. Es decir que las personas que se ducharon con agua fría tenían las mismas probabilidades de enfermarse que el resto.
El verdadero beneficio de estas duchas
Aunque no se probó que estas duchas sean saludables; sí se probó que es cuestión de disciplina porque ayudaba a las personas a resistir y a ser más productivas.
Cuando comenzamos con una ducha fría nos hace sentir más despiertos de manera similar a la que sentimos al beber cafeína. Al sentir el impacto del agua fría en la piel hacemos respiraciones profundas para manejar el frío. Este impacto aumenta nuestro ritmo cardíaco liberando sangre por el organismo dándonos una dosis natural de energía.
Según los expertos el frío extremo puede funcionar en el tratamiento curativo para mantener las articulaciones en buen estado y para prevenir lesiones e inflamaciones. Incluso se demostró que darse duchas frías puede: aliviar la depresión, mejorar la calidad de vida y aliviar el estrés. Asimismo mejora la circulación y es beneficioso para la piel y el pelo.
Este tipo de duchas no logran que uno se enferme menos pero sí nos ayuda en mejorar la productividad cumpliendo nuestras obligaciones diarias con más energías y mejorando la calidad de vida.
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