Aprende a tocar el oído. El cerumen que se produce en el oído externo es una protección necesaria contra las infecciones y las partículas extrañas. Sin embargo, para algunas personas tiene otros efectos.
El exceso de cerumen puede acumularse y bloquear el canal auditivo; lo cual puede amortiguar la audición, dar sensación de obstrucción e incluso causar mareos; explican los especialistas otorrinolaringólogos. La complicación más grave sucede cuando esta se produce de manera excesiva; y bloquea el conducto además molestias como zumbidos, y sensación de picor.
Lo más peligroso es que la mayoría de las personas no saben cómo tratarlo de modo correcto y recurren a objetos como las pinzas para el pelo, los hisopos de algodón e incluso los dedos.
Estos parecieran que extraen una gran cantidad de cerumen acumulado, pero, realmente, empujan la gran parte de él hacia el interior del oído.
Como controlar esta sustancia que se produce en el oído:
Mantenlo limpio: limpia tu oído externo a menudo, usando agua jabonosa tibia y una toallita.
Suaviza la sustancia: dos o tres veces por semana vierte una tapita de peróxido de hidrógeno en el oído y deja que actué durante cinco minutos para que suavice la materia endurecida.
Bebe más agua: estar bien hidratado minimiza la sequedad, afirman los expertos. Una buena hidratación permite que el cerumen puede salir con facilidad.
Cero Q-tips: utilizados de manera inadecuada, estos pequeños adminículos pueden introducir cera u otras materias infecciosas en el oído interno. Para liberar los residuos atrapados, pídele a un especialista que te haga una irrigación.
Escoge el método que pienses es el más conveniente y deshazte de la demasía de cerumen antes de que ocasione la obstrucción en los oídos. Es importante que recuerdes que debes obviar el empleo de objetos punzantes o hisopos de algodón ya que logran originar inflamación e infección.
(También puedes leer: El peligro de usar hisopos para la higiene de los oídos)