El aguantar las ganas de orinar puede ocasionar daños en tu salud generando infecciones hasta cálculos en los riñones.
Una vejiga puede alberga alrededor de ocho vasos de agua. Más allá de esa cantidad se necesita liberar espacio a través de la orina.
Una persona puede liberar entre 200 y 500 mililitros de orina en cada visita al baño eso representa unos cuatro y seis veces al día.
No es bueno aguantarse las ganas de orinar. Cuando haces eso la vejiga se extiende y puede acumular bacterias lo cual podría ocasionar daños a tu organismo. Incluso podrías poner en peligro tu vida. Veamos algunas consecuencias.
Al ganas de orinar puede provocar cistitis intersticial
Este padecimiento se caracteriza por la necesidad de orinar con frecuencia y urgencia ocasionando dolor. Son muchas las causas que la pueden originar una de ellas es la infección bacteriana que se produce al aguantar las ganas de orinar.
Infección urinaria
Por esperar mucho tiempo para ir al baño se puede acumular diferentes bacterias. Estas pueden entrar en las vías urinarias y provocar daños en tu cuerpo. Según National Kidney and Urologic Diseases Information Clearinghouse (NKUDIC) una infección puede impactar a tus riñones.
Cálculos renales
Se conoce también como piedras en los riñones. Son cristales sólidos que se forman en el riñón debido a sustancias que se encuentran en la orina. Estas se originan producto de una infección urinaria ocasionada por la falta de ir al baño.
Pielonefritis
Se produce a causa de una infección del tracto urinario iniciada en la uretra o en la vejiga. Cuando no es tratado a tiempo puede ocasionar daños severos al riñón como la obstrucción del tracto urinario.
Reflujo vesico-uretral
Se genera cuando la orina se regresa a la uretra y riñones ocasionando infecciones en el tracto urinario. Se origina por las bacterias acumuladas por aguantarse las ganas de orinar.
Mantén una buena limpieza íntima para que puedas estar protegido de cualquier infección urinaria. Además mantén una hidratación adecuada y no olvides que no es bueno aguantar las ganas de ir al baño.
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