Gestionar las emociones, muchas veces se genera confusión, pues se confunde controlar con gestionar.
Las emociones no se pueden controlar, ya que son reacciones del cuerpo, un estímulo y dependiendo de que lo activa, serán mas o menos intensas.
La intensidad de un emoción es lo que nos lleva a querer deshacernos de ellas o actuar impulsivamente.
Y es en la intensidad, donde debemos realizar la gestión, y así la reacción sea más adaptativa o vivir esa emoción de mejor manera.
Cuando regulamos nos enfrentamos a la emoción, no se busca huir de ella, por eso es regular o gestionar no controlar ni eliminar.
Otro punto que hay que aclarar es que emoción no es igual a sentimiento; la emoción es la reacción y el sentimiento lo que genera aquella emoción.
Una fórmula sencilla para entender, emoción + pensamiento = sentimiento; así que depende de lo que pensemos sobre la emoción que ha despertado la situación podremos sentir de una u otra manera.
Así que regulando lo que pensamos, podemos influir en aquello que sentimos. Ya que no podemos controlar la emoción que se genera.
Gestionar las emociones:
Y cognitivas que son las respuestas comentadas antes del sentimiento, cuando la emoción se hace consciente entra nuestra valoración subjetiva. Podemos regular cognitivamente meditando, haciendo conciencia, entrenamiento mental para el cambio emocional.
Por este motivo debemos ampliar nuestro lenguaje emocional, para poder expresar de la mejor manera lo que nos pasa.
Aplicando las diferentes herramientas podemos disminuir la intensidad de la emoción desagradable que sentimos, y de esa manera gestionarla.